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viernes, abril 26, 2024

Una noche de post-rock con Viva Belgrado

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El pasado Viernes asistí a mi primer concierto de post-rock  fuera de festivales. A la cabeza, los cordobeses Viva Belgrado, con los valencianos Our Next Movement como teloneros. La sala elegida: Matisse.

Para mi sorpresa, cuando llegué a la sala el aforo ya rebasaba la mitad, cosa rara para unos teloneros. Debe ser que los Our Next Movement hicieron los deberes, y esto lo digo tanto por la gente como por su brillante actuación.

La velada empezó con Sr. Shemyrs, seguida por Goodbye, Dust Harry, la primera con voces, que fueron subiendo un poco el ánimo del público. Cayó también una nueva, que entre risas bautizaron como Car Song.

No tardó en llegar el dúo Who the Fuck Invited Murphy? e Ihan Kaunis y, para poner la guinda al pastel, dos temones: Mi favorita, y por lo visto la de gran parte del público, Michael’s Secret Stuff y Love You So Math, la única representante del Polyhedral Trails.

Llegaba el turno ahora de Viva Belgrado, que salieron a escena entre vítores con nuevo batería y los primeros compases de Pleiades, para empezar suave ¿Sabes?

Siguieron la actuación con Madreselva, enlazada a la perfección con Höstsonaten. Aunque para bajar un poco las pulsaciones, la siguiente en el setlist fue Por la mañana, Temprano.

La bajada no duró mucho, ya que venían Báltica y, la que es ya casi un himno, De Carne y Flor, con la corta pero intensa Fresas Salvajes justo detrás.

Volvíamos al relax con Apaga la Llum, y esta vez duraba un poco más con ~, en la que Cándido se marcó unos screams sin acercarse al micro que nos dejó a cuadros. Creo que fue después de esto cuando hicieron un parón para dar las gracias al público por el apoyo y por haber mantenido el silencio durante toda la actuación.

Esto te hace darte cuenta de lo mal que está la cosa, por culpa de una práctica cada vez más habitual en los conciertos: No cerrar la boca un segundo para disfrutar del espectáculo. Da que pensar, desde luego.

Después de este momento filosófico vuelvo a la última parte del concierto, con Erida y Annapurnas a la cabeza, un no parar vamos.

Uno de los nuevos temas aparecía ahora, con el nombre de La Cima, y al grito de: “¡Osario!” de un asistente, comenzó la canción del mismo nombre, con aplausos por parte del público.

Terminamos la noche con algo viejo y algo nuevo: de lo primero, El Gran Danés, y de lo segundo, Ravenalia.

Aquí fue cuando caí en que en apenas una hora y poco de duración había pasado por una montaña rusa de emociones. Y es que los Viva Belgrado se vuelcan de una manera sobrehumana sobre el escenario, aunque del bajista solo podría recordar sus gemelos, ya que estuvo toda la actuación de espaldas.

¿Opinión de mi primera noche en el mundo del post-rock? Insuperable, repetiré sin duda.

Texto: Ángel Martínez Palomares

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REDACCIÓN
REDACCIÓNhttp://www.lagramoladekeith.com
Redacción, La Gramola de Keith.
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