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viernes, abril 19, 2024

El resurgir de la antigua normalidad – Les Arts vol. VII

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El Festival de Les Arts ha vuelto a la capital del Túria siguiendo su camino hacia el éxito tras una séptima edición de récord: más de 40.000 asistentes fueron partícipes de la vuelta a la vieja normalidad, tal y como la conocíamos

Apenas siete meses después, con todos los abonos vendidos desde hacía semanas, con las entradas de días contadas para los más rezagados y abriendo el espacio de acreditación un día antes para evitar colas masivas, aunque debido a la gran afluencia las hubo, sobre todo el sábado a primera hora de la tarde, el Festival de Les Arts daba su pistoletazo de salida el pasado viernes 3 de junio con una Alba Reche estrenando la edición que, sin duda, ha marcado un antes y un después en la vida de cada asistente. De poco importan las críticas previas al evento ni los comentarios negativos del público descontento, decepcionado por los horarios e incluso el cartel. Les Arts acaba venciendo siempre por espacio, tiempo y organización manteniéndose así, durante siete años, en una alta posición en el ranking de festivales «al que hay que ir sí o sí». Y más en este 2022 donde el covid parecía no haber existido nunca y las mascarillas ni siquiera se mencionaban. Excepto si tenías la suerte de volver a casa en taxi, eso sí. 

Viernes de reencuentros

Una de las cosas que más me gusta de Les Arts es el ambiente de ansiosos encuentros. El festival por excelencia de quedar con tus amigos para disfrutar y acabar viendo a todo el mundo menos a tus amigos. Porque es en València, porque es el evento más importante de la ciudad cada mes junio. Gente a la que ves de año en año, o gente con la que es difícil cuadrar agenda para veros, el festival de Les Arts es la excusa perfecta para compensaros con esas cervezas que os debéis

Alba Reche era la encargada de abrir el festival. A las 17:45 h puntualidad británica, la ilicitana asaltaba un escenario donde esperaban almas deseosas de disfrutar de una de las voces más reconocidas, queridas y cuidadas de las últimas ediciones de Operación Triunfo. No contenta con el concierto, a la artista se la pudo ver todo el resto de la jornada disfrutando entre el público como una más, incluso después de cantar ‘Allí donde solíamos gritar’ con Love of Lesbian en el escenario principal. 

El jovencísimo y queridísimo Sen Senra era el siguiente. Y a las 18:45 h de la tarde consiguió agolpar, un viernes, y frente al escenario Heineken Silver, el principal, a un interesante número de personas. Era uno de los artistas más esperados por el público más joven valenciano, y de las confirmaciones más celebradas. Al igual que Ciudad Jara, grupo que allá donde va, triunfa. 

Caía la noche y, como ya es costumbre en el Festival de Les Arts, la recibían La M.O.D.A., grupo con cuota fija en cada edición. Aun así, el público siempre está entregado a la causa. Imposible moverte entre la oleada de personas que se amontaban, minutos previos a la primera canción, delante del escenario. Camisetas del grupo ocupaban las primeras filas y muchas gargantas se quedaron afónicas tras la primera ovación al grupo. Aun recuerdo su actuación de 2019, pre-pandemia, donde el sonido no les acompañó muy bien. Pero esta vez sí, los burgaleses volvieron a demostrar que no hay una banda que te ayude a descargar tanta tensión acumulada como lo hacen ellos. Ese ‘Héroes del Sábado’, esos ‘Lobos’, esos ‘Nómadas’… Esa ‘Inmensidad’.

Nada que envidiar el siguiente grupo que deslumbró, sin duda, la noche del viernes. Tu Otra Bonita no dudó en salir al escenario Sklum a darlo todo, de principio a fin. La espectacularidad del show ofrecido cautivó hasta los despistados que se acercaron a ellos sin saber lo que les iban a ofrecer. Consiguieron meterse al público en el bolsillo, tanto que fueron los encargados de sujetar al vocalista en su aventura por el «barro» cuando bajó a cantarles bien cerquita. 

Santi Balmes, Love of Lesbian :: África Piqueras

A las 23:20 h, minutos pasados, arrancaba uno de los platos fuertes del cartel del viernes. Los catalanes Love of Lesbian fueron recibidos por un público que, incluso, esperaron durante largos minutos en las primeras filas para no perderse ningún detalle del concierto. Y así salieron, poniendo patas arriba todo el Festival de Les Arts con un concierto que ya es memorable. No hay duda de que el grupo sigue en pleno crecimiento, después de tantos años. Con ganas, pasión y fuerza. Las garra de Santi Balmes demuestra que sigue en forma. Y eso, a los que estamos ahí bajo sedientos de un buen show, nos devuelve la paz y la emoción que necesitábamos. Aunque el final fue un poco fugaz, donde se esperaba quizás más fiesta, mejor cierre, y a pesar de que casi todo el recinto se esperaba los fuegos artificiales, tú te pones a pensar en el bolo de casi hora y media que se marcaron y te recuerdas feliz, saltando y abrazando a todo aquel que tenías alrededor. Porque Love of Lesbian es eso, curativo, reconciliador

Tras un concierto de Cala Vento arrollador, y mayoritariamente comentado por los que aun seguían con ganas de más, asaltaba el escenario principal Carlos Sadness. Incrédulo ante si sus fans acérrimos habrían aguantado despiertos para acompañarle en una noche que, para él y su banda, iba a ser muy especial. Acostumbrado a tocar no mucho más tarde de las diez de la noche, cerrar el primer día de un festival como es el de Les Arts es, cuanto menos, cargar con una gran responsabilidad en tu espalda. Pero lo consiguió, lo consiguió con creces. Hizo el concierto más «Carlos Sadness» que nunca. Hizo perrear, saltar, llorar y cantar a grito pelado. Mi primera fila favorita de toda la jornada, se veían muchas lágrimas de emoción al ver a la banda tocar los primeros acordes. Durante hora y media se creó un aurea de buenrollísmo en un concierto que fue, sin duda, vibrador positivo. Su última canción, su «esto es algo que sucede una vez y nunca más», acompañado de los esperadísimos fuegos artificiales, hizo saltar por los aires las emociones de todos los que allí seguían presentes y siendo testigos de un final mágico. 

Y ahora ten suerte para coger un taxi y volver a casa. Si no, prepárate, quítate las zapatillas si es necesario y cólmate de paciencia para irte andando a casa. Suerte si, mínimo, tardas una hora. 

Carlos Sadness:: África Piqueras

Un sábado para el recuerdo

Me vais a permitir la licencia, pero lo que yo viví el sábado en esta segunda jornada de la séptima edición del Festival de Les Arts… No lo voy a superar jamás. Seguid leyendo si queréis saber el porqué. Os prometo que no os voy a defraudar y, ojo, spoiler, de promesas va el asunto. 

Guitarricadelafuente mi primer artista. Había más gente de lo normal para ser un sábado a «primera hora». Claro que, este año, más de 40.000 personas han querido ser partícipes de la vuelta a la antigua normalidad. Artista bien elegido para esa hora, eran las 18:45 h. Público entregado al sol, público entregado pero buscando sombra. La VIP llena de familias con niños que lejos de asustarse corrían de una lado para otro, peleas de pistolas de agua y mucho, mucho brillerío. Y purpurina. El joven benicense supo cómo camelarse al público en cuanto se subió al escenario. Creó un ambiente de armonía y, también, mucho amor. No había persona que al cruzarse no hablara en positivo del artista y su banda(za). 

Acto seguido, las Cariño, desde el escenario Sklum, recordaron que estábamos en junio, «el mes del orgullo», utilizando ese altavoz para reivindicar el amor libre, sin complejos. Hicieron bailar, hicieron vibrar. Pero sin duda el momento de mayor éxtasis fue durante «Bisexual». Cuando cantaron eso de «me gustan las chicas», el público observaba a una pareja de mujeres, subidas en el puente Azud del Oro, que se besaran a petición de allí los presentes. 

Alberto Jiménez, Miss Caffeina:: África Piqueras

Y aquí viene lo bueno. Hablaré en primera persona, pido perdón desde este preciso instante. Tras un viernes aventurero intentando salir del foso para encontrar a mis amigos entre la marabunta, el sábado me sorprenden quedándose a un ladito, por atrás, para que me fuera fácil encontrarlos. «Maravilla, fantasía», pensaba mientras desenfundaba la cámara. Les tocaba a los Miss Caffeina recibir a la luna, y yo no podía tener más ganas. El primer concierto en València tras la salida de su último disco «El año del tigre». La escenografía ya apuntaba maneras. Sergio con ese traje y esas gafas ya marcaba un rollo que solo puede ser de ellos, de los «missca». Y Alberto, enfundado en un traje amarillo, con un abrigo de plumas, también amarillo, terminaba de confirmar que son el grupo del momento por excelencia. Y méritos propios, porque trabajan y cuidan su trabajo como nadie. Tres primeras canciones, buenas sensaciones, el público entregado 100 % a la causa. Me dispongo a buscar a mis amigos, los encuentro fácil y, de repente, un círculo de personas se abre a todo mi alrededor. Mi novio está de rodillas, saca un anillo y… ¡ME CASO! Le dije que sí, sin dudar. Con Miss Caffeina de fondo, ¿cómo iba a dudar? Y con los amigos más maravillosos que se puede tener. A partir de ahí viajé en una nube el resto del festival. Disfruté como nunca había disfrutado del directo que tenía allí delante. Y ellos, demostraron una vez más, que llegaron a la música para quedarse. Y romper esquemas. Porque si algo tiene Miss Caffeina es que en directo son mucho mejores que en disco, fíjate si son buenos. 

Con el subidón, aunque no todo el mundo de acuerdo, le tocaba el turno a Delaporte. Un concierto electrónico que la mayoría de los presentes hubieran preferido disfrutarlo al final, como cierre. No en vano, y una vez más en Les Arts, ofrecieron un concierto de fiesta tecno, con temas propios y ajenos que, para muchos, fue el colofón perfecto del sábado. No defraudan, da igual la hora y el lugar. 

De Delaporte al grupo indie de referencia. Eran el plato fuerte, me atrevería a decir, de toda la edición. Lori Meyers llevaba, fácilmente, cuatro años sin tocar en la Comunidad Valenciana. Y había ganas, tantas ganas que se vaciaron de repente hasta los puestos de comida para pasar a llenar un escenario principal hasta los topes. Como nunca antes se había visto. Saltos, bailes, cervezas por los aires y un cantante entregado, de forma literal, al público, pues se dio un buen paseo entre todos los allí presentes. Sin duda, el subidón tocó techo durante los tres minutos que duró ‘Emborracharme’. La lluvia de cervezas marcaba la locura que se estaba viviendo en ese concierto. Como diría Paloma Cuesta, «las caras, Juan, las caras». Solo tenías que estar allí para vibrar. No tenías escapatoria. 

Las Ginebras aguantaron y mantuvieron el nivel que, seguramente, se les exigía. No puedes ir a un concierto de ellas y no pasártelo bien. Es imposible. La música española necesitaba el aire fresco que esta banda de mujerazas han traído. Las referentes, e ídolas, que las nuevas generaciones necesitaban. «¿Tú qué quieres ser de mayor? Una ginebra, como ellas». Solo con eso ya deben estar orgullosas de conseguir lo que están consiguiendo y de estar donde se merecen estar. Larga vida a estas cuatro mujeres que saben enloquecer al público, transmitir alegría y revindicar siempre lo diferente, el respeto y el amor sin etiquetas.

Y con un inicio accidentado, Dorian consiguió salir del paso cerrando, una vez más, la edición del Festival de Les Arts. Teniendo todavía presente el cierre de 2019, el grupo catalán tenía una presión mayor. Se les pedía más, más caña. Y lo hicieron. La banda barcelonesa hizo caso a las mentes del público que pedía los temas más famosos y conocidos, los que no te cansas de cantar y bailar cada vez que ves al grupo en directo. ‘Hasta que caiga el sol’, ‘A cualquier otra parte’, ‘Arrecife’, ‘Los amigos que perdí’. A pesar de no cerrar con ‘Tormenta de Arena’ al ritmo de los fuegos artificiales, el público se entregó a ellos desde la primera canción. Con un recinto un poco más vacío, pues había ansía de postparties, el final de la séptima edición no pudo ser más emotivo. La magia de Les Arts te posee desde el momento en el que llegas a la zona de acreditación. Sin exagerar.

Festival de Les Arts 2022:: África Piqueras

Final de festival. Tres y cuarto pasadas de la mañana. Sin voz, casi sin piernas. Sin taxis. Sin cabify. Pero felices, un año más. Como dicen mis amigos, los cuales tienen más razón que un santo y, además, han hecho de esta séptima edición un fin de semana más especial de lo normal, el Festival de Les Arts, te guste más o menos su cartel, es una cita obligatoria, como Nochevieja. Y la esperas con ansia, pasa rápida y el domingo te levantas mirando al techo y diciendo «joder, ¿ya?». Y entonces empiezas la cuenta atrás para el siguiente año.

El 9 y 10 de junio de 2023 volveremos a cruzar las puertas del Festival de Les Arts. Una edición a la que le deseo progresión y mantenimiento en cuanto a instalaciones, personal y trabajadores, que, por cierto, desde aquí le mando un abrazo enorme a todo el cuerpo de seguridad, sobre todo los encargados de la zona VIP, no podían ser más buena gente. Y, por pedir, que el año que viene vuelva la zona de DJ’s, no pudo ser mejor acierto. 

Nos seguimos bailando.

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África Piqueras
África Piqueras
Periodista titulada, a veces pienso que por vocación. Melómana de profesión y redactora por amor.
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