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sábado, abril 27, 2024

Fallos técnicos, reivindicaciones y un Bad Bunny diferente a lo esperado

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Los dos últimos días de festival estuvieron marcados por los cabeza de cartel, pero también por varios inconvenientes. El equipo del escenario Negrita falló durante varias actuaciones y el horario del festival sufrió cambios debido a la caída del cartel de Full.

El día 4 tuvo un buen comienzo gracias a la cantautora Bely Basarte. La artista ya había actuado en otras ediciones, sin embargo, esta era la primera en la que cantaría temas propios, procedentes de su nuevo disco, Desde mi otro cuarto. La cantante mostró su mundo interior a un público que formó parte del ambiente íntimo y bonito que se creó. Esta conexión con el público también la consiguieron otros artistas como Carlos Sadness, cuya música traslada a un verano infinito, y Juancho Marqués, que permitió que un gran público hiciera las letras suyas por un instante.

Otros artistas no pudieron demostrar la calidad de su directo debido a los problemas de sonido que empezó a tener el escenario Negrita. El grupo Sidecars fue el primer afectado. Solo podías escuchar bien el concierto si te encontrabas muy cerca del escenario, quienes se encontraban alejados casi ni percibían las letras de las canciones. Lo mismo pasó con Recycled J, aunque su directo no pueda comparase al del primer grupo, también se vio afectado por estos fallos de sonido. Sin embargo, ambos sacaron las actuaciones adelante, destacando la sorpresa de Recycled J, quien anunció un disco con Selecta, Dj que suele acompañarle en las actuaciones. A raíz de esa declaración, presentaron su nuevo tema, lo que fue una gran sorpresa para los asistentes, aunque se echo de menos que fuera en directo. Que menos que presentar un nuevo trabajo como toca.

Después de “Your Beautiful” el público del Arenal Sound no sabía que esperarse del directo de James Blunt. El artista sorprendió con una actuación lleno de ganas y un estilo pop bastante movido. El cantante tocó la guitarra, el piano y dio mucho juego al público con sus temas más sonados. Quien sorprendió también fue la otra cabeza de cartel, Azealia Banks, quien hizo esperar bastante a los asistentes. En un principio parecía que el escenario se le quedaba grande; la artista se mantenía bastante distante con el público. Sin embargo, fue creciendo a la vez que su actuación.  Era una diva, como estaba etiquetada ya desde antes de empezar, pero con razón, su voz desde el primer momento recompensó a todo el que había estado esperando. Las canciones invitaban a bailar. Sonaba hiphop y R&B, sin duda, ella tenia todo el flow del Arenal Sound. Además, todo explotó cuando la artista sacó un megáfono, y lo juntó con el micro. Si la gente estaba flipando con su voz, lo hizo aún más.

Bad Gyal llegó el día 5 para dar el ritmo, al estilo trap, que faltaba en el Arenal Sound. Relacionado con este estilo, el directo no suele ser lo más destacado, pero la actitud de la artista lo fue. La cantante iba acompañada de dos bailarinas a las que se unía en la mayor de las ocasiones. Bailes en los que predominaba el estilo twerk y que fueron aliados perfectos para transmitir las emociones de cada una de sus canciones. Este era uno de los conciertos más esperados, lo que se reflejó en la cantidad de público que acudió a verla.

Pronto este público se desplazó hasta el escenario principal para recibir a Juanito Makandé. Él añadió el toque flamenco al festival. Su directo: cuidado de pies a cabeza, y con unos músicos de calidad. Cabe destacar, que en este último día de festival muchos artistas aprovecharon para realizar reivindicaciones. Juanito Makandé fue uno de ellos. El artista hizo un llamamiento a la igualdad de las mujeres, indicando que también tenían que formar parte de la lucha los hombres, y añadió: “ojalá llegué el día que no hablemos de hombres y mujeres, sino de personas”. La Raíz por otro lado, en lo que era uno de sus últimos conciertos, aprovechó para defender la libertad de expresión. Esto lo hizo el grupo en referencia a la polémica que giraba entorno al festival: la organización no había permitido la entrada de ciertas banderas. Green Valley también se unió al llamamiento por la igualdad de las mujeres, pero además, habló por quienes están en la cárcel o están teniendo problemas con la ley por las letras de sus canciones.

Sexy Zebras no dejó indiferente a nadie, a pesar de estar en el escenario de la playa, pudiendo estar para muchos asistentes, en el escenario secundario del festival. Siendo dos músicos, fueron capaces de llenar el escenario con esa fuerza y rabia que les caracteriza. Al otro lado, ya en el escenario principal, La Pegatina triunfó como siempre, y si hay una anécdota que puede que cuente todo asistente, es que en su tema “Lloverá y lloveré” empezó a chispear. Esta casual intervención de la lluvia ha sido contada hasta por los artistas en sus redes sociales. Y ya no solo eso, lo que tampoco van a poder dejar de recordar es la inmensa energía que transmitió el grupo.

Se acercaba la hora de Bad Bunny. El aforo del Arenal Sound, podría decirse de forma exagerada, que se triplicó. A poco de empezar el concierto, ya casi nadie podía moverse por el festival. Fueron muchas las personas que tuvieron que ser asistidas por los servicios médicos debido a las horas que llevaban esperando en las primeras filas del escenario principal del Arenal. “Estamos bien” fue el tema con el que empezó el cantante, al ritmo de miles de gritos. A partir de ahí no dejaron de sonar los temas más conocidos del artista, que en el panorama musical español son la mayoría de sus canciones: “Me acostumbré”, “Sensualidad”, “Ahora me llama”, “Mayores”. No se dejó ni un solo tema. Sin embargo, lo que más destacó del artista, aparte de su puesta en escena, fue su humildad. Bad Bunny no dejaba de agradecer todo lo que le estaba pasando al público, lo repitió varias veces, y además animó a que todo el mundo luchara por sus sueños: “hace dos años estaba trabajando en un supermercado y ahora estoy aquí”. Otra muestra de ello, fue que el artista se bajó del escenario y recorrió todo el foso de punta a punta pasando su mano por todos los asistentes. En una de las primeras filas había una chica que estaba llorando desde la primera canción, el artista se paró donde estaba ella y la abrazó. Si se espera algo de un artista con tanto éxito como Bad Bunny es, quizá, una actitud más distante, y el artista demostró lo contrario, lo que es admirable.

Tras el concierto del llamado conejo malo, hubo problemas para que los asistentes pudieran salir del festival. Era imposible. Había una salida justo al lado izquierdo del escenario, que iba directa al parking y por la que se podía salir perfectamente. Sin embargo, la organización no dejó salir a nadie, ni si quiera a la prensa, quien tenía la sala de prensa justo detrás de dicha puerta. A pesar de ello, quien se quedó pudo disfrutar de Steve Aoki. Su actuación estuvo repleta de temazos, empezando por “Lie to me”. Su show siguió como siempre: invitó a algunos asistentes a subir a la cabina, a otros les propició sus famosos tartazos, y todo acabó con fuegos artificiales.

Texto: Elia Yago

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REDACCIÓN
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Redacción, La Gramola de Keith.
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