Ha llegado, por fin, el segundo single del recopilatorio de Nacho Vegas “Oro, salitre y carbón (10 años de marxophonismo, 2011 – 2020)” que se publicará este otoño. Después de un primer single en forma de homenaje a la cantautora chilena Violeta Parra, Nacho lanza hoy «Fabulación», un tema que nos remite al estilo de sus primeras canciones: esas canciones en las que Nacho es capaz de crear un espacio donde parece que el rock y el folk hayan estado conviviendo toda la vida.
Bajo la crítica y provocadora portada que ha diseñado Julen Alberdi a partir de una fotografía de Yakamuki Miki, se presenta una de las canciones más políticas del artista. Como bien lo describe la nota de prensa,
En ella se van sucediendo en forma de enumeración caótica diferentes ejemplos de las falsedades que se crean en torno a nuestras vidas y nuestra sociedad. No basta con mentir; hay que crear un relato que resulte convincente por obsceno que pueda parecer. Hay que fabular. Por suerte hay ocasiones en las que la cultura nos revela las verdades incómodas que se ocultan bajo tanta fabulación.
El nuevo single pone sobre la mesa en tan solo 5 minutos todas las cuestiones políticas que están agitando los cimientos del Estado español y de esta democracia que podríamos coger con pinzas: desde la obscurantista y polémica dinastía de los Borbones, hasta la forzosa y asfixiante unidad de España, pasando por injusticias como la de los jovenes de Altsasu y por una potente crítica al feroz capitalismo que somete nuestras vidas.
Algunos de los comentarios de sus fans respecto a la nueva canción se empeñan en dibujar dos Nachos diferentes, el de la depresión y el de la política. Pero si hay algo que diferencia a Vegas del resto del Indie del Estado español es justamente su capacidad para dotar de significado y de contenido esa frase que dice que «lo personal es político». Nacho siempre ha sido muy crítico con la despolitización del Indie español que según él consistió desde el principio en «Hacer canciones cosméticas, al estilo de tal, querer sonar así o asá, todo muy guay y muy cool, pero con nada fuerte que decir por debajo, desprovisto de la sensación de urgencia, sin el arrebato necesario. (…) Como si no fuera importante que la música tuviera algo que decir o que careciera de sentido más allá de la melodía» (Nacho Vegas, 2012).
Con canciones así, Vegas continúa reivindicando la música como un foco de resistencia activa que cuestiona el mundo en todas sus formas, dignificando la figura de los cantautores que, a diferencia de la tradición latinoamericana y anglosajona, ha estado y sigue estando tan despreciada en España. Por todo esto, la música de Nacho Vegas es la banda sonora que necesita la historia reciente del estado Español.
