El pasado 15 de febrero, a un mes para las Fallas, la ciudad de Valencia ya empezó a calentar motores con el primer concierto del año de La Bien Querida. El lugar de origen de la llama: La Rambleta. La causa: la presentación de su nuevo álbum Fuego.
Antes de las 22.00 horas, la sala RamClub ya estaba repleta e impaciente por ver a Ana, David, Nieves, Josema y Manu. Veinte minutos después, empezaba a sonar la melodía pegadiza de Permanentemente. “Vivo permanentemente entre la esperanza y la decepción”, coreaban todos los asistenes.
Pero poco después, con la mirada fija en el techo y la expresión iluminada, la voz dulce y afelpada de Ana Fernández-Villaverde nos quiso descubrir El lado bueno de las cosas, acompañada en todo momento por las ovaciones del público.
La artista hizo alarde de su “energía poderosa” con temas como Peor que las demás y La pieza que me falta, junto a David Rodríguez. Más lentos, pero igual de absorbentes, fueron Dinamita y Fuerza mayor, declaraciones de amor y deseo en toda regla. La Bien Querida confirmó que ese ese grupo que nos acompaña si estamos tristes, pero que también sale con nosotros si por la noche hay fiesta, como dice la letra de su canción.
La sorpresa de la noche llegó con Recompensarte, momento en el que Jorge Martí de La Habitación Roja saltó al escenario para cantar la parte de J de Los Planetas. El público animado recibió al valenciano entre vítores y aplausos, y se unió a la canción con palmas y bailes. Jorge reapareció poco después para rematar 7 días juntos, interpretada en el disco por Joan Miquel Oliver. La frescura de estos dos temas convirtió la sala en una auténtica fiesta de disfraces.
Tampoco faltaron canciones de anteriores álbumes como 9.6, Sentido común, Hoy y Alta tensión. Las penetrantes Arenas movedizas y, sobre todo, Ojalá estuvieras muerto crearon atmósferas más oscuras y frías, con una Ana con los brazos en alto, seducida por los sonidos eléctricos de los sintetizadores y guitarras a lo New Order.
Tras un bis, Los jardines de marzo y A veces ni eso dejaron a los espectadores haciendo eses. Parecía que la noche llegaba a su fin, pero entonces volvió la banda con la composición estrella de su discografía, De momento abril. Un final perfecto para un concierto lleno de fuego que, sin duda, dejó al público con más esperanza que decepción.
Texto: Susana M. Monfort
