No sabíamos si acudir con el paraguas a la cita que teníamos anoche en Costello club de Madrid con Bartlett y Partido, pero finalmente el tiempo se portó bien y permitió que la gente llenara una sala con ganas de música.
Los primeros en subirse a las tablas del club fueron Bartlett. Se presentaron sin la formación al completo, sólo asistieron dos de sus tres integrantes, y como resultado hicieron una adaptación de los siete temas a una voz, guitarra, un bajo cargado de efectos, sintetizadores y toques de percusión africana. Y si amigos, solo entre dos músicos.
Este despliegue instrumental, a priori, difícil de combinar dio lugar a una serie de canciones llenas de matices que nos llevan de un lado a otro, de un optimismo encubierto que nos recordaba en las guitarras a Jeff Buckley, a un sonido oscuro rozando lo tétrico en los que las lineas de bajo tenían el papel principal.
Hay que dejar claro que llegue a la sala sin conocer a agrupación y que la falta de un integrante tal vez me deje cierto mal sabor de boca por no haber podido disfrutar al completo de una banda que no dejó indiferente al publico de Costello por su eclecticismo.
Un ligero descanso al finalizar la actuación de Bartlett permitió que la sala acogiera una asistencia mas que aceptable. Para comenzar, Partido escogió Get into un titulo muy apropiado para presentarse tanto por la temática, como por el desarrollo musical y emocional de la canción.
La banda de Victor Partido se asentaba en el escenario con el paso de las canciones. No era la primera vez que los de Barcelona venían a la capital, y eso se nota. A lo largo de su directo la progresión se palpaba en el ambiente haciendo un recorrido por sus tres trabajo. Sin embargo, el grueso de su actuación se centró en la presentación de su último trabajo, The Ruins, por lo que no faltaron temas adecuadamente distribuidos en el setlist como Hi-lo, The Apollogist o The Wait.
¿Alguien cumple los años hoy? Fue la pregunta que lanzó el líder de la banda al hilo de la canción Happy Birthday llegando a la recta final del concierto. Fue dedicada a una chica que alzó tímidamente la mano ante una sala espectante y algo inquieta. Esta no fue la única interacción de la banda, que estuvo preocupándose por el ánimo del público en todo momento. Estaban viendo a una banda con sonido completo y de calidad en el que cada instrumento tiene su sitio correcto.
Mereció la pena poder conocer a esta banda en directo, fue la primera vez del que os escribe, y observar que el panorama de las salas madrileñas goza de un buen estado de forma con propuestas tan interesantes como estas. Esperamos que Partido tenga una actuación tan digna como la que ofrecieron en Madrid en su siguiente fecha programada en París el próximo 17 de octubre.
Texto y fotos: Pablo Quejigo
