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viernes, abril 26, 2024

Crónica de algún disco

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Espero que sepáis apreciar lo que voy a escribir a continuación porque, os lo adelanto con total seguridad, puede costarme mi puesto en esta web. En realidad no voy a hablar de ningún disco pero poniendo este titular evito la censura del Editor Jefe (el cual creo que es un mono que sólo revisa si hay faltas de ortografía en los titulares y así nos va).

Me levanto a las 8 de la mañana totalmente a desgana. Voy a la cocina, miro la cafetera y si bien me veo tentado a prepararme un café bien cargado opto por un vaso de whisky. ¿Os extraña? No debería si supierais lo que me espera todos los lunes a las 9:30hs.

El whisky y una ducha fría sientan bien. Me visto y voy al Consum de enfrente de mi casa a comprar unas empanadillas de pisto a las cuales llevo aficionándome desde hace tiempo. Suena «Lazarus» de Bowie. En un Consum. «Lazarus».

Después me subo al autobús, esquivo un par de cadáveres congelados y disfruto de los -10º que nos regala la EMT en verano.

Subo las escaleras del edificio y toco el timbre. Mientras espero a que me abran miro las 400 pegatinas de «La Gramola de Keith» que hay pegadas en la puerta. La puerta se abre sola, como en el castillo de Drácula, entre humo y olor a humedad. Camino por el pasillo esquivando cajas las cuales, supongo, contendrán cientos de pegatinas más.

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No encontré ninguna captura de la puerta del castillo pero esta se asemeja a como luce mi jefe en las reuniones.

«Esto es marketing y lo demás es tontería», pienso.

Llego a la sala de juntas y veo, a través del cristal que nos separa, el ambiente desolador que reflejan las caras de mis compañeros de trabajo. Están todos sentados en una punta de la mesa. ¿Y en la otra? El Señor Gramolo, el jefe, esa persona que nos valora tanto.

Entro y doy los buenos días. Nadie me contesta, siquiera me miran. Me siento en silencio ante la mirada implacable del Boss.

Ni las plantas se salvan.
Ni las plantas se salvan.

¿Para qué nos reunimos todos los lunes, preguntarás? A esta hora de infierno semanal la llamamos «Reunión de contenidos» y el fin es ese: saber de qué cojones vamos a hablar el resto de la semana.

  • Bueno, empecemos. ¿Qué novedades me traéis?-

Su voz suena dura. «Pero para dura su cara», pienso. Y sonrío un poco.

  • ¿Te hace gracia, Alén?-

Noto sus ojos clavados como espadas o agujas de acupuntura  en mi cara. El resto de compañeros también me mira con terror. De sus gestos puedo traducir un espeluznante: «No lo cabrees, por favor».

  • No, nada, lo siento. Y me llamo Alain, no…-
  • ¡Basta! Me da igual, Alien. ¿Tienes alguna novedad o qué?-
  • Si, espere que voy a mirarlo en mi libreta.

Mientras abro la mochila, el Señor Gramolo les pregunta lo mismo al resto de compañeros. Saco la libreta y la abro por la hoja marcada. Tengo varias novedades musicales interesantes que proponer.

  • Señor, se va a estrenar el documental de Oasis– dice uno de mis compañeros.
  • ¿Pero esos no estaban separados?-
  • Eh, si, pero el documental repasará su trayectoria como banda.-
  • ¿Aunque estén separados?- insiste el Señor Gramolo.

Cuando insiste en estas cosas quiere decir que no le interesa y mi compañero, listo e inteligente él, se calla y reza porque alguien más proponga algo.

  • Eh, señor, The Pixies acaban de sacar tema nuevo- dice uno de gorra.
  • A ver, Victor, ¿cuántas veces te tengo que decir que The Pixies murieron en los 90s?-
  • Ya, ya, pero bueno, siguen en activo. No como Oasis

Esta última afirmación viene con miradita al anterior compañero. Ya empieza a subir la temperatura.

Se crea un silencio y el Señor Gramolo se levanta y apoya su culo encima de la mesa. Nos empieza a acorralar.

  • ¡Joder! ¿Es que no habéis aprendido nada? ¿Cuántas veces os tengo que recordar que banduchas como Oasis, The Pixies y el viejo ese del sombrero…-
  • Dylan, señor, Dylan– interrumpe Victor.
  • ¡Ese! Me la sopla como se llame. ¿Cuántas veces os tengo que decir que esos no atraen visitas, no atraen likes? ¿Sabéis quién os paga el sueldo? ¿Eh?-
  • No cobramos- le dice una chica.
  • ¡Los likes os pagan! ¡El medio millón de visitas al mes! ¡Así que dadme algo de verdadero interés u os echo a todos a la puta calle!-

Todos los trabajadores nos miramos en silencio. Todos sabemos lo que significa para el Señor Gramolo la frase «algo de verdadero interés». Y también todos sabemos que tampoco tenemos medio millón de visitas al mes como nos hace creer.

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Uno se atreve a hablar y dice algo así:

  • Soledad Velez acaba de escalar una montaña-

Se crea silencio y, de repente, el jefe se gira y dice:

  • ¡Por fin, coño! ¿Tan difícil es darme algo de interés como lo que acaba de decir el chico ese con más barba que pelo?-
  • Me llamo Alex, jefe-
  • Si, si, Alex. Es que hay muchos Alex aquí…(supongo que lo dice por mi, aunque me llame Alain). ¿Cuán alta es la montaña?-
  • Eh, no sé, tendría que mirarlo en Wikipedia
  • ¡Vamos, hombre, no hace falta! ¿Muy alta o media alta?-
  • Eh…supongo que muy alta-
  • ¡De puta madre! ¡Ya tenemos portada! Coge lápiz y papel y escribe lo que te voy a dictar: «La grandiosa artista Soledad Velez encuentra la inspiración para componer su nuevo disco en lo más alto del Everest«.-
  • Pero…señor, con todo respeto, ya sacó disco y ahora lo está girando.-

Silencio. El silencio significa «me importa un carajo» como la copa de un pino. ¿Por qué se dice copa de un pino si la copa de un pino es finita? La voz del jefe me saca de mis cavilaciones.

  • Vale, es hora de jugar al «Sorteo Gramolero»

Y acto seguido comienza él mismo a aplaudir. ¿Queréis saber lo que es el «Sorteo Gramolero»? Consiste en sacar un bombo, como el del Sorteo de la Lotería de Navidad, pero en lugar de bolitas hay papelitos doblados. Dentro de los papelitos hay nombres de artistas valencianos, nunca internacionales.

Mientras el Señor Gramolo le da vueltas al bombo haciendo rodar los papelitos. Cuando para coge uno y…

Si, ya sé, es un método de mierda para elegir contenido. Pero podría ser peor si se confirmase la teoría que tenemos todos los trabajadores de La Gramola de Keith. ¿Qué teoría?

  • El artista de la semana es…redoble de tambores…¡Maronda!

Y comienza a aplaudir y a saltar. Seguro que todos los papelitos ponen «Maronda» porque sale siempre. Y, seamos sinceros, Maronda no saca cosas todas las semanas como para que estemos hablando siempre de él. Ni siquiera sube montañas.

Así son los papelitos del Sorteo Gramolero (nótese nuestra sensibilidad ecológica al utilizar pegatinas para esta labor)
Así son los papelitos del Sorteo Gramolero (nótese nuestra sensibilidad ecológica al utilizar pegatinas para esta labor)
  • Quiero que se hable de Maronda
  • Maronda no está haciendo nada nuevo-
  • Seguro que si-
  • Vale-
  • ¿Y de Tórtel qué se sabe?-

Silencio.

  • Bueno, vale, esta semana no hablaremos de Tórtel. Pero de Ramírez si, ¿no? Llevamos dos días sin escribir nada de Ramírez.-

Yo ya me quiero morir. Miro la ventana y me imagino la caída libre y en lo libre que también sería yo. ¿Volaré como Birdman?. Imagino tirándome después de cagarme en su escritorio y de escribirle en la pared de su despacho un : «sectario de mierda». Pienso en los segundos que tardaría en llegar al suelo, en la brisita fresca de la caída en mi cara, en mi sonrisa breve pero preciosa una vez me reviente contra el pavimento y en el autobus fresquito de la EMT que me terminaría por rematar.

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Alain Dupláa
Alain Dupláa
Músico, escritor y fotógrafo. O eso intento. Productor de cine y propietario de Cerati Café. Formo parte de la Gramola de Keith por enchufe más que por méritos. I'll see you on the dark side of the moon.
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