El pasado 5 de febrero llegaban a Valencia uno de los grupos nacionales de moda, ese de que todo el mundo habla, los murcianos Perro. El lugar elegido fue la sala 16 Toneladas. Estábamos citados a las 23:00 pero el acontecimiento se retrasó casi una hora.
Los encargados de abrir el evento musical fue la banda valenciana de rock, Laverge. Nos ofrecieron un bolo de lo más sublime, muy bien ejecutado, con un sonido que rozaba la perfección. Tal fue así que en poco más de un par de temas tenían al respetable caliente, que poco a poco se fue acercando y acercando al escenario, y los que estaban en la barra no podían controlar esa pisada rítmica o ese vaivén de la cabeza. La interacción fue reciproca por parte de ambas partes, mientras el publico iba en crescendo, los miembros de la banda daban hasta el último alé, tal fue así, que más tarde en las Redes Sociales de Laverge nos mostraron como el baterista acabó la mano en carne viva, literalmente. La única pega, por decir algo (y que se entienda mi bufonada), es que el setlist venia escrito en un trozo de papel higienico. Grandes.
Y tras casi un ahora de puro desert rock, y con un sornoso «Alfonso Rus», que consiguió arrancar la carcajada de muchos, aparecieron los integrantes de la banda murciana. El show que ejecutaron, y es que son puro espectáculo, estuvo a la altura de las expectativas de los asistentes. Música, cachondeo y un setlist que englobó casi a la perfección una equidad de ambos trabajos que tienen en el mercado. Empezar con ‘Gran ejemplo de juventud‘ de su primer largo (Tiene bacalao, tiene melodía) y con unos golpes al bajo cual Mike Tyson, hacían prever que estos benditos lunáticos nos lo iban a hacer pasar muy bien.
Con un sonido contundente y unas melodías casi lisérgicas acompañaron ese desfile y vaivén de integrantes, es decir, el bajo pasa a guitarrista, el segundo baterista pasa a la guitarra, el guitarrista a los teclados y así un infinidad de combinaciones posibles. No me extraña que en algún momento el bajista principal bailara como si le estuviera dando un tabardillo, todo muy cómico. Les siguieron canciones como Ediciones Reptiliano del LP Estudias, Trabajas del pasado 2015, El ecco y el Equiseto, Marlotina o Cuñao, Cuñao, Cuñao hasta llegar al final del concierto.
En definitiva, una noche de los más loca en la que pasamos del fantástico rock de Laverge al rock-punk más gamberro y arlequinado de Perro. Para repetir sin duda.
