Hace ya unos años que vemos a nuestros amigos abandonar el país por diferentes motivos. La crisis, estudios… cada uno tiene los suyos. Después te toca emigrar en primera persona y al llegar a Londres te enteras que en unas semanas toca el nuevo grupo de Bruno Gargallo, al que conoceréis por haber sido el frontman de The Welcome Dynasty. Ahora afincado en la capital británica, ha puesto en marcha su nuevo proyecto al que han llamado King Korea, pero esta vez lejos de casa.
La de Bruno es una de esas voces inolvidables, de esas que te ponen los pelos como escarpias y más cuando la última vez que la escuchaste en directo fue ya hace mucho tiempo (sí, lo siento, soy muy fan). King Korea daba su primer concierto frente a una legión de asistentes en Nambucca, al norte de Londres. Llegamos pronto porque eran cuatro las bandas que componían el cartel y aquí los horarios son, ya se sabe, británicos…
Todavía soy una novata en cuanto a conciertos en la capital inglesa, pero fue una pena ver cómo los dos primeros grupos tocaban delante de un escaso público, unas 5 o 6 personas sentadas, a las cuales les hubiese arrancado de cuajo los móviles de sus manos. Ambos cumplieron en una sala desolada a esas horas.
Llegado el turno de King Korea, la sala cambió radicalmente. Llena de gente riendo, bebiendo, bailando. Creo que estaba claro a quién íbamos a ver (casi) todos. Sonrisas entre Bruno, Roger y James, complicidad, mucha complicidad, y mucho calor. El del público y el de la sala, porque sudamos a mares.
Lejos quedan ya las canciones de los “Dynasty”, tomando el relevo un rollo punk que te presiona el estómago hasta hacerte explotar por dentro. Los tres parecen haber encajado a la perfección, no hubiésemos dicho que era su primer bolo, ni mucho menos.
Cerraron con su primer single, ‘Zoo Generation’, que podéis escuchar en su perfil de Soundcloud (https://soundcloud.com/kingkorea), pero yo me quedo con un tema del que desconozco el nombre y desde ya para mi será ‘I’m a man’ con el que en el próximo concierto me calzaré unas espuelas y me cardaré el pelo, rollo rodeo-punk (menudo palabro me acabo de inventar…)
En fin, tras esta crónica poco objetiva y llena de melancolía, les deseamos a los tres reyes de King Korea que su andadura musical en Inglaterra les traiga millones de éxitos. La materia prima es buena, las ganas que tienen son más que evidentes y el talento desborda por todos los lados. Lo dicho, God Save the King Korea.
Texto y fotos: Haydee Fayos
