Asistimos el viernes 11 de marzo a la presentación del nuevo disco de La hora del té en la sala Loco Club. Una gran noche con unos anfitriones de lujo: Odd Cherry Pie.
Llevamos tiempo hablando de La hora del té, ya sea por cambio de miembros, por la grabación de su segundo disco de estudio o por sus videos promocionales. Pero todo esto tiene que tener una culminación, una explosión final. Tal y como si de una obra de teatro se tratara: horas de ensayos, horas de promoción, dinero y sudor no tendrían sentido sin un estreno por todo lo alto. Del mismo modo, tantos post sobre la banda valenciana no valdrían la pena sin una presentación a lo grande. Y, a partir de ahora, viene lo importante.
La sala tenía que ser Loco Club, una de las mejores (si no la mejor) de Valencia. Y los encargados de abrir y calentar la noche serían los Odd Cherry Pie: un dúo, el de Nando Vidagañ y Marta Domingo que un viernes 11 de Marzo se convirtió en un quinteto. Por sus 10 manos pasaron los instrumentos que dieron forma a las canciones de su primer EP Samarkanda (temazos como «Bluebird» y «She» sonaron poderosos) y a otras de su segundo disco (el cual está a punto de salir del horno) entre las que destaco «¡Hey, Pauli!». Una banda que crece y que sonó compacta, pero a la cual le faltó un je ne sais quoi. No sé si no supieron crear la atmósfera adecuada para terminar de convencer al público o fue este el que no ayudó. De todas formas fue un buen concierto lleno de carisma por parte de sus dos frontmans. Que me dejaran un poco frío es lógico si hablamos de un formato que se estrenó esa misma noche y que todavía falta engrasar.
Lo importante, el plato fuerte, llegaba ahora. El otro quinteto se subía al escenario con la presión de defender un discazo como es el Outstanding Places. Presión y nervios que se hacen notorios en algunas caras pero que se fueron poco a poco desvaneciendo a lo largo del concierto.
Suena la explosión guitarrera de Sweet Holland en manos de Juan Salvador, como avisándonos que lo que vendrá será movido. El tema que abre el disco suena poderoso en directo y es, sin duda, la mejor forma de empezar a calentar la sala. Le sigue Forest, el cual no está en ninguno de los discos pero ya es un clásico de los conciertos de la banda. Old Hippie te sumerge en un buenrrollismo ya patentado y bien conocido de La hora del té mientras coreas «dreams were lost in the end» junto a Vicent Orón (teclista y violinista). Mención especial para Alejandro Sales, cuyas líneas de bajo son de un buen gusto impecable.
Los clásicos siguen: Don´t believe in ghosts con guiño a Johnny B. Zero y Hold me tonight arranca los primeros coros masivos del público presente. En Tea Time, segundo tema del disco, nos entran unas ganas locas de viajar por el mundo. Maravillosa canción con un break brutal de batería (me quito el sombrero ante Pau García-Serra).
En Countryside desaparecen todos y se queda Adrián Barberá pidiendo un fuerte aplauso para Jara Yuste, la cual lo va a acompañar con el violín. Se crea una burbuja de intimidad entre los dos que poco a poco va atrapándonos al resto hasta coronarnos con un silencio y una dulzura tan genuina como apabullante. Aplaudimos todos, lo vivimos todos.
Suenan Arizona y At the top of the tree, ambas de su primer disco. Para Turning Wild se suben los Badlands al completo al escenario para hacerla sonar mejor aún, si cabe, que la versión en estudio.
Y, de repente, la sorpresa de la noche: primeros acordes del temazo de Pixies y la difícil tarea de hacer la tan manida Where is my mind? como si fuera suya. Locura general.
Luego viene la jugada de la noche: empezar a tocar Full of love, meter en el medio Bang Bang de Nancy Sinatra, continuar con la primera y acabarla con un solo (apoteósico) de guitarra. ¡Una animalada!
Después de Close to you (I Wanna shine), primer adelanto de su Outstanding Places, se bajan del escenario entre los aplausos de toda la sala (llena hasta las cejas). Vuelven a subir a los pocos minutos y arrancan con Trying to go home y Listen Darling. Un final de película en el que, incluso, hubo un micro-pogo de los presentes. Una noche entre amigos, dónde también colaboraron artistazos como Amparo Ballester (voz) y Pablo Pérez Soriano (saxo) de The Kojaks.
La hora del Té evoluciona y crece cada vez más. Atrás se quedan las maravillosas canciones de su EP homónimo. Pocas bandas se ven hoy en día que cuidan tanto los detalles y arreglos de sus temas en directo como ellos.
La hora del Té, con perdón de muchas otras, está a otro nivel y es un lujo poder disfrutarlos tan cerca. Ahora toca correr la voz.