Foo Fighters – «Concrete and Gold» (RCA Records, 2017)

Siempre, a pocos días del lanzamiento de un nuevo disco, ya sea azar, o márketing, o como quieras llamarlo, el fan o escuchante de música se encuentra con filtraciones o, directamente (y como es este caso) con el disco entero en internet.

Ha sido el caso hoy, 3 días antes de la salida oficial del álbum, de lo nuevo de la mejor banda de rock en activo: Foo Fighters, y su «Concrete and Gold».
Aquí podréis leer lo que me va pareciendo cada tema a medida que escucho el disco por primera vez:

El disco se abre con «T-Shirt», un tema que empieza lento… hostia. Qué golpe. Un riff nos golpea en la cara, se mantiene… Y vuelve a bajar. Tema de menos de minuto y medio para dar paso a la ya conocida y brutal «Run». Nada nos sorprende ya de este tema, nos lo sabemos al dedillo. Ese ritmo reggaetonero, ese riff criminal. Ese Grohl desgañitándose. Y en directo suena igual de brutal, os lo juramos.

Le sigue «Make It Right», lo más parecido a los otros proyectos del batería Taylor Hawkins que nos encontraremos jamás en un disco de Foo Fighters. Ritmazo y riff pegadizo. Buen tema. Y he de decir que me cuesta mucho distinguir la voz de Grohl en este tema. Se dice también que este es el famoso tema donde Justin Timberlake hace unos la-la-las.

Comienza otro de los temas ya conocidos del disco «The Sky Is A Neighborhood». Poco que decir de este hit, que contiene muchísimas referencias a esas bandas que tanto gustan a los integrantes de la banda, reminiscencias a Queen o a los Beatles en esos breaks instrumentales de la parte final y un estribillo que corta el aire como un cuchillo y atraviesa tu cabeza para quedarse en lo más profundo de tu cerebro y no te pierdas.

«La Dee Da» es otro de los temas que habíamos escuchado en directo en vídeos de conciertos. Otro riff criminal. Distorsión al 100% en la voz. Como un «White Limo» mucho menos agresivo en los versos pero que se hace grande en el estribillo. Destacar que tanto en «The Sky is a Neighborhood» como en este tema canta Alison Mosshart (The Kills, The Dead Weather), aunque sea casi imperceptible.

«Dirty Water» nos da un respiro y nos relaja con una melodía acústica acompañada de los coros de Inara George. El tema cambia a mitad para volverse contundente, con un sintetizador distorsionado, llevando el tema a otro nivel. El final del tema es brutal. Todo acompaña, el riff, los coros, la batería… uno de los mejores temas del disco.

«Arrows» sigue al derroche de energía anterior con un ritmo extraño marca de la casa Hawkins. Un tema pantanoso al principio, que va subiendo poco a poco para dar paso a otro derroche d energía en el estribillo, pero sin perder el toque oscuro. «Happy Ever After (Zero Hour)» deja ver el plumero más Beatle de Grohl y los suyos. Una suerte de «Blackbird» nos sorprende cuando llegamos a los temas finales del disco. Es un tema precioso. De verdad. Joder, es muy bonito.

¡Cuidado, que en «Sunday Rain» tenemos la batería de Sir Paul McCartney! Taylor Hawkins canta este tema con su voz rota e inconfundible. Phasers a más no poder y otro ritmazo para el bolsillo. Parece que Hawkins cambió ese frío día al sol por la lluvia de domingo. Es un temazo. Tranquilo, pero temazo.

«The Line» es el penúltimo tema del disco y a su vez el último tema que la banda ha adelantado (recordemos que estamos a 12 y aún no ha salido el disco, pero ya lo tenemos). No me acabó de gustar cuando salió y tampoco lo hace ahora. Suena demasiado a «indie» enérgico. Quizás es ese «like yoooooooooou, ooooooooh» que no sé quién coño canta pero que me deja frío cada vez que aparece. Pasable.

Y con «Concrete and Gold» finiquitamos el disco, con un tema que se prevé espeso al principio. Y acabamos como empezamos, con un tema lento que acaba golpeando fuerte. El tema se diluye en un fade out en el que sólo se escuchan ruidos y acoples, y nos deja huérfanos pensando en la barbaridad que acabamos de escuchar.

Nos acabamos de meter 11 temas nuevos de Foo Fighters entre pecho y espalda y ahora sólo nos queda pensar en lo que acabamos de oir. Me retiro a pensarlo, mientras lo escucho en bucle 20 veces más. Nos vemos.