El pasado 4 de marzo nos congregamos una gran multitud en torno la Sala Wah Wah y es que la actuación que iba a acontecer no era para menos, el gran Ramón Rodríguez, más conocido como The New Raemon, con la banda al completo llegaban a València para dan buen repaso de todas las canciones que tiene en su haber.
Llegadas ya las 23:00 horas hacían acto de presencia sobre el escenario Xarim Aresté, los cuales eran los encargados de hacer que el respetable cogiera tono para lo que vendría más tarde y es que el rock catalán tiñó la noche valenciana.
Una vez los integrantes de The New Raemon empuñaron sus instrumentos podías ver las caras expectantes de los asistentes. El grupo no se andó con rodeos y con apenas tiempo para que uno se quitara la vergüenza para cantar algún estribillo, sonó la segunda canción del repertorio que la banda había traído a la sala valenciana, ‘Oh, Rompehielos’. La celeridad parecía la tónica de noche, acto seguido se marcaron un ‘Reina del Amazonas‘, apenas llevando 10 minutos del show, pero visto con perspectiva todo era coherente, ¿qué mejor manera de alentar al público? amén de que tienen una larga lista de hits que debían aparecer esa noche.
Cabe decir que Ramón aparte de mayúsculo músico es un gran showman y nos cautivó entre canciones con graciosos speech. La gente se contagió e iniciaron una lluvia de peticiones musicales donde él se tenia que excusar o amedrentar a las fieras que aguardasen paciencia por que a lo largo de la noche irían cayendo los temas. Siguieron abordando a nuestros oídos canciones como ‘El Yeti’, ‘La Cafetera’.
Llegada la mitad del concierto los músicos excepto Ramón bajaron del escenario de Wah Wah, el cual se quedó solo guitarra en mano para interpretar ‘Te debo un baile’ y ‘Galatea’. Antes de interpretarlas y con varios acordes sonando, paró de rasgar la guitarra, miró atónito al público mientras les decía que no entendía que estuvieran más atentos a grabarlo en sus móviles que a disfrutar de la canción. Otra anécdota, por llamarlo de alguna manera, fue cuando molesto dijo en reiteradas ocasiones a la gente del final de la sala que no hablaran, o por lo menos que dejaran disfrutar a los que habían pagado su entrada para escucharle, inmediatamente la inmensa mayoría empezó a aplaudir dando así su apoyo al cantante.
Como broche final ‘Tu, Garfunkel’ fue la encargada de cerrar un glorioso concierto, lástima por algún incorrecto espectador, por no llamarle impresentable, que casi fastidia a los que nos reunimos para deleitarnos con un gran músico acompañado de una banda que está a su altura. Esperemos que vuelvan pronto.
