El cantante viene a España a cerrar la etapa de su segundo álbum, Amor Bonsai (Autoeditado, 2017), antes de encerrarse a componer los temas de su tercer proyecto en solitario

Gramola de Keith: Buenas tardes Rodrigo, empezamos. En esta gira de 2018 pasas un par de veces por Madrid y también viajas a Barcelona, pero en principio no regresas a ciudades como Valencia, Bilbao o Santiago de Compostela que sí tanteaste en la gira de 2017, ¿cómo teje el esqueleto un artista argentino en España para darse a conocer?

Rodrigo Soler: Buenas tardes. El año pasado pude hacer ocho ciudades, una gira más viajera, una gira de yo solo con mi piano y la guitarra. Lo fui armando donde tenía conocidos, algún contacto o algún lugar donde quisiera programar.

Este año quería armar grupo. Venía con mi bajista y productor Alejandro Espinelli y dije: hagamos una gira con menos conciertos y ciudades pero con shows más grandes. En Madrid somos seis músicos, en Barcelona me voy a presentar en formato trío y cuando vuelva a Madrid haremos un cuarteto.

GK: ¿Qué es lo más difícil de presentar un álbum en un país en el que no cuentas con tantos oyentes?

RS: Llevar gente a los conciertos. Pero eso tiene su riesgo y también su adrenalina. La gira del año pasado sirvió para eso, para relajarme. Los conciertos estuvieron muy bien de público pero yo los encaré con la perspectiva de: “puede haber dos personas o puede haber cincuenta y yo voy a mostrar mis canciones a esos dos que estén o a los cincuenta”. Cuando vas a caer a tantas ciudades y esperas que todo vaya mal, luego cuando sale bien lo festejas más.

También el moverte, el armar una gira grande sin un manager ni una productora detás tiene que tú tienes total libertad pero también total responsabilidad.

GK: ¿Qué esperas de tu gira por España?

RS: Mi idea era volver a revalidar lo del año pasado pero en un formato más parecido a lo que hacemos en Argentina. El año pasado presentamos las canciones por muchas ciudades y ahora queríamos traer lo que es el vivo, cómo suena la banda en vivo y sus distintos formatos. Ya vine mucho solo y tenía ganas de mostrar otros tipos de show.

GK: España y Latioamérica están unidos por el idioma pero al tiempo, incluso dentro de este, tienen muchas diferencias, ¿tiene la música española influencias en ti a la hora de componer o cuenta más con tintes anglosajones o norteamericanos?

RS: La mayoría de mis influencias son de España y Argentina, de la música que escucho. Yo me siento muchas veces más escrito que cantante y me interesa mucho cómo escribe la gente y se expresa y por eso tiendo más al español. La música inglesa la analizo pero es muy diferente a la hora de componer.

Argentina y España soy mis mayores influencias y la cultura española desde pequeño, mis viejos vivieron en España muchos años y los CDs y casettes que iban trayendo más toda la música que descubrí cuando vine a vivir aquí… España influenció mi música 100%.

GK: Hace 10 meses del lanzamiento de Amor Bonsái, ¿cuándo podremos escuchar nueva música de Rodrigo Soler?

RS: Esta gira es un cierre del proyecto Amor Bonsái. El año pasado lanzamos a finales de mayo, vinimos a España a finales de junio y después de la presentación oficial fuimos por el Nordeste Argentino y en 2018 fuimos a Ecuador, Uruguay… vinieron muchas giras y shows en cuatro países distintos.

Ahora que ya lo presentamos, salvo un par de conciertos a fin de años en Buenos Aires, viene la etapa de encerrarme a escribir, componer y tocar. Tengo algunas canciones que salieron durante la grabación de Amor Bonsai que se quedaron fuera porque me parecieron de otra etapa distinta. Mis discos van reflejando ese momento de mi vida y creí que eso que estaba saliendo ya era otro momento de mi vida.

Entonces, tengo un par de canciones terminadas que quedaron para retomar esa etapa que comenzó.

GK: Eres un artista muy dado a las colaboraciones, que materializas bajo el nombre “sesiones porteñas”, ¿es esta una manera de dar continuidad a tu carrera entre disco y disco?

RS: Sí, la idea es seguir haciendo cosas. Nos juntamos y vemos qué tema nos encaja: tocamos un par de temas míos, otros de él, también hemos grabado versiones… y creamos un espacio único, lo filmamos bien y grabamos bien el audio, mezclándolo en el estudio, y lo lanzamos.

Sesiones Porteñas consiste en crear algo que tenga su identidad y que esté cuidado. Generar ese encuentro entre dos músicos que llevan bastante tiempo queriendo hacer algo juntos pero no encontraban el marco.

GK: Al contrario que otros artistas, tú sí optaste por subir a YouTube todos los temas de tu último álbum, ¿te encuentras cómodo en la era digital? ¿qué añoras del formato físico?

RS: Yo tuve un solo contrato discográfico, nos pusieron el disco en El Corte Inglés, allí lo vendían a 14,95€ y de cada disco la discográfica a nosotros solo nos daba un euro. Spotify también me da miseria.

Me gustaría ganar dinero con la música a nivel de reproducciones, pero los discos se venden en los conciertos. Si tú quieres escuchar una canción mía la vas a acabar encontrando y yo quiero que la escuches. Hice un disco no para que las canciones estén guardadas en ningún lado.

Para lo que me daban las discográficas y para lo que me paga Spotify, que el arte gire y ruede y si todo eso nos lleva a algún lado estupendo y si no, ¿quieres escuchar mis canciones? Escúchalas. Yo no te lo voy a poner tan difícil.

Algo que añore del formato físico es el disco como objeto, como arte. También el descubrir como oyente. Yo sentía que había escuchado el disco, que lo conocía, cuando lo agarraba y palpaba, cuando lo abría y veía su estética, las letras… allí yo sentía qué sabía cómo era el disco y qué decía.

Ahora es todo un poco más impersonal. Para mí el disco estaba completo cuando el artista te mostraba la estética que le quería dar en todos los sentidos. Yo sigo sacando discos y dentro de mis posibilidades intento optar por lo más lindo que pueda pagar. Me gusta cuidarlo igual que uno cuida los acordes o que las cuerdas estén bien afinadas.

GK: Actualmente la era digital no es el único cambio en el que está sumido la música, sino también en un cambio de estilo, principalmente en las generaciones más jóvenes, ¿crees que el rock volverá a reinar?

RS: La música siempre está mutando. Siempre hay géneros que se van poniendo un poco más de moda, que se masifican en determinada época y algunos se mantienen en ese nivel y otros se convierten en algo así como ghettos, como pasó con el heavy. Hay que ver cómo evoluciona el trap.

Creo que el rock se reinventa todo el tiempo. También depende de a qué llamemos rock, porque la mitad de las cosas pueden ser rock. Muchas veces es actitud, otras fusión de estilo… no sé si va a volver el rock clásico como lo vivimos porque se hizo en una determinada época y un contexto, para esos jóvenes en ese momento el rock era el trap. Entonces se mezcló con otros subgéneros y se fue reinventando. Siempre va a encontrar la manera de resurgir influenciando por la época, los artistas y las músicas que se den. Al final el rock nació como algo contestatario y que está atravesado por una coyuntura y creo que siempre hay algo que contestar. El rock no está muerto ni estará.

Quizá ahora a los jóvenes ahora han encontrado su manera de contestar en el trap, a mí no me gusta pero no tiene por qué ser malo. Por qué le tengo que discutir a un niño de 17 años si es malo o no cuando no es mi generación. Toda generación piensa que su música estaba buena y que lo que vino después era para menos; quizá los que fuimos para menos somos nosotros.