“¡Por fin!” Esto han debido expresar todos los fans de La Casa Azul cuando hoy por fin han podido escuchar el nuevo y esperadísimo disco del genial Guille Milkyway, La Gran Esfera. Ocho años han pasado desde el lanzamiento de su álbum La Polinesia Meridional (Elefant Records, 2011). Adelantos aparte, hoy por fin ve la luz su nuevo trabajo. Tras la primera escucha concluimos que el objetivo único de su música sigue intacto: transgredir todas las barreras musicales existentes.
Es cierto que en estos años el músico catalán no ha parado ni un momento de entregarnos dosis de su creatividad ya fuera como productor o compositor de grandes éxitos para artistas como Fangoria, reinventando clásicos de Camilo Sesto o Nino Bravo o incluso formando parte del elenco de profesores de la academia de OT. Pero si bien es cierto que desde finales de 2016 nos venía entregando sencillos que formarían parte de su nuevo LP (Podría ser peor, El momento, A T A R A X I A, Nunca nadie pudo volar), la larga espera hacía parecer que éste no vería nunca la luz.
Quizá la “culpa” de este retraso recaiga sobre el propio Milkyway y su delicadeza a la hora de producir sus propios temas, donde ha contado para la masterización con Xavier Alarcón. Pero también es cierto que el resultado final demuestra que el empeño puesto ha merecido la pena. Los diez temas que conforman el álbum suenan redondos, listos para instalarse en la mente de cualquier fan desde la primera escucha. Y el abanico de efectos sonoros y estilos que maneja el barcelonés son una nueva muestra de su melomanía: desde la electrónica francesa al más puro estilo Daft Punk de El Momento, el más puro 70s de Hasta Perder el Control, el acercamiento al trap y a la música urbana de A T A R A X I A o Ivy Mike, hasta la discotequera Nadie pudo volar o el j-pop de El Colapso Gravitacional. Sin duda, la fiesta total llega con Saturno (Todo vuela). Gran esfera cierra el álbum con la dulzura característica de los finales de La Casa Azul. Líricamente, Guille nos muestra como ya hiciera en La Polinesia Meridional una realidad derrotista, abocada al fracaso personal, siempre en fuerte contraste con los ritmos de los temas.
Merecida espera por tanto la del último trabajo de La Casa Azul, la cual seguro tendrá una puesta en escena de altura en los conciertos de presentación del álbum los próximos 28 y 29 de marzo en la madrileña sala ocho y medio Club, y para los cuales los fans ya han agotado las entradas. Seguro quedarán bañados por las luces de la Gran Esfera discotequera de Milkyway y sus músicos.
