En la Gramola de Keith hemos podido escucharlo antes de su comercialización y nos ha generado opiniones contrastadas.
Para hablar del segundo disco, hay que hablar primero de su debut, «In Love»: el primer disco de Peace tuvo un éxito en Europa que ni ellos mismos se esperaban.
Pasaron de tener poco más de 5.000 seguidores en Twitter a ser portada de la NME, alcanzar los 100.000 likes en Facebook, y aumentar sus seguidores en la red social del pajarito hasta los 60.000.
La principal característica por la que la gente se queda con el nombre de este grupo es sin duda su sonido. Aunque no quieras, te acuerdas de la voz de Harry Koisser. «In Love» es un bombazo de 10 canciones, su popularidad explota hasta convertirse casi en fenómeno social, y ellos se vuelven locas. Y así componen el «Happy People».
El disco nuevo tiene, nada más y nada menos, que 17 canciones. Prácticamente el doble que el anterior, y ahí han cometido un fallo garrafal. Un grupo del estilo de Peace no puede permitirse el lujo de hacer discos de más de 45 minutos, porque el oyente se cansa. El disco en sí es como un recopilatorio de singles. Pocas canciones del disco tienen que ver con la canción que le precede o la que va a continuación.
Partiendo de las baladas, parece que Peace ahora ha encontrado la gallina de los huevos de oro en la música de baile: «Lost On Me» y «Gen Strange» son carne de remix, parecen sacadas de algún bar de funky noventero. La textura del punteo de guitarra característico de Douglas Castle, el solista, casi que tendrá copyright dentro de unos años. Consiguen un sonido único, muy puro.
Cerca del ecuador del disco encontramos «Love Me». La canción se abre con un claro guiño al «Somebody to love» de Queen. Aunque luego no sea el tema que quieras descargarte al teléfono móvil, sigue siendo una canción simpática. Algo parecida quizá al «Lovesick» del primer disco. Utilizan prácticamente la misma formula: un ritmo chocante, y no más de 5 frases que se repiten durante toda la canción.
La conclusión del disco está muy acertada, eligen dos temas, «Fur» y «Music Was To Blame» que suben el nivel, tanto de tempo como de calidad, en comparación a las cinco canciones que tienen detrás, que son prácticamente iguales, y son una mierda no precisamente buenas. Desde «God’s Gloves» hasta «Flirting USA», pasando por «Blue» y «Saturday Girl» no hay ningún acontecimiento destacable. Te aburres. Podría haber sido tan sólo una canción, o haber ahorrado dinero dejando de grabar. Parece que la avaricia les ha comido un poco la cabeza, y lo peor de todo, o lo mejor para sus fans: Peace va en aumento y nadie sabe dónde están sus limites.