Abriendo la noche, se subieron al escenario de La Sala 2 de Apolo el conjunto chileno-barcelonés The Zephyr Bones. Con la sala llenándose poco a poco, esta banda nos sumergió en un bucle de reverbs que nos recordaron a unos Tame Impala principiantes.
La Luz abrieron con Sleep seguida de You Disappear.
Sin duda alguna el concierto, que duró alrededor de una hora, estuvo lleno de mucha diversión en parte por la gran complicidad que hay entre las componentes del grupo. Los conciertos de La Luz son definitivamente únicos, te meten completamente en su mundo de sonidos lo-fi y shoegaze, donde es bastante raro no encontrar a todo el mundo bailando al son de sus acordes. Tanto esto como escuchar sus canciones en directo son una magnífica combinación.
Como chica que ha ido a un concierto de la girl-band me sentí muy orgullosa de la capacidad que tienen para transmitir sentimientos y estados de ánimo.
Estas cuatro chicas han formado una banda muy poderosa, tocando un estilo de música que antes estaba dominado principalmente por hombres. LARGA VIDA A LA LUZ.
Tras esto, ocuparon el escenario la última banda del line-up: Boogarins.