A caballo entre Madrid y Londres, el cuarteto bajo el nombre de una aupair que decidió cambiar su vida y mudarse a Londres, donde las creaciones de David Bowie y Elton John eran caldo de cultivo para una generación de melómanos, Reme debuta con su primer disco en el que quisimos adentrarnos de lleno.
Estrenais vuestro primer trabajo (un LP que no es poco en los tiempos que corren) ¿Qué expectativas teníais puestas en él antes de que viera la luz? ¿Han diferido mucho de su acogida real una vez fuera?
Las expectativas antes que se publicara no eran unas concretas. Somos una banda que literalmente no existía hasta hace poco más de año y medio, por lo que imaginar cualquier cosa era adentrarse en lo desconocido. Uno nunca sabe si sus canciones van a gustar, y eso genera incertidumbre. Pero más allá de ello, con saber que había alguien ahí fuera escuchando, nos bastaba. Más allá de números y estadísticas que lo desvirtúan y mercantilizan todo, hemos visto que hay gente que pregunta por el vinilo y por conciertos, y sólo eso ya a uno le hace pensar que ha llegado a algunas orejas y, por tanto, que hay alguien al otro lado.
Habéis avisado que en otoño habrá edición física del disco. Esto de los vinilos es algo que se ha vuelto a poner de moda, junto con lo vintage y lo analógico. ¿Qué os llevó a querer sacar edición física, y encima en vinilo? ¿Cuánto creéis que le queda de vida a este formato, viendo que se ha vuelto a poner de moda gracias a bandas como la vuestra?
Sacar el álbum en formato vinilo es una especie de regalo que nos hacemos a nosotros mismos. Hoy por hoy, éste es el único álbum que tenemos, y hasta que un segundo diga lo contrario, hay que tratarlo como algo muy especial. Por tanto, nos apetece que todo el proceso se culmine con una edición en formato físico, quizá por una especie de engaño que hace que si uno no lo ve, no lo cree. Que sea vinilo es porque nos permite más jugar con el arte, además de que quizá es el formato por el que se decanta la gente que quiere poseer una muestra física de la música que le gusta, algo que comprendemos perfectamente y que creemos que, paradójicamente, puede perdurar en el tiempo ahora que lo digital lo gobierna casi todo.
En este disco habéis trabajado codo a codo junto a grandes profesionales de la música, como Manu Cabezalí y Víctor Cabezuelo, de Rufus. Empezando a mediados de 2019 y estando a caballo entre España y Londres, ¿podéis decir que la salida del disco ha sido costosa y que ha sufrido más de lo esperado, por eso y por la pandemia? ¿Cómo ha sido trabajar con estos profesionales estando cada uno en un país?
Lo cierto es que la pandemia puso algunos impedimentos, e hizo que la incertidumbre se adueñara de bastantes meses durante el proceso de grabación, sobre todo de la segunda parte. La primera mitad pudimos terminarla en Madrid antes de que terminara 2019, pero la segunda se retrasó hasta bien entrado 2020. Para entonces ya contábamos con la ventaja de que habíamos trabajado con Manu y Víctor en Madrid, por lo que la producción a distancia fue más sencilla. Cuando Manu, antes de empezar, propuso currar con Víctor, fue como si el círculo se cerrara y, de repente, nos encontramos trabajando, no con un gigante con décadas de experiencia, sino con dos. La verdad es que en ese momento daba algo de vértigo, pero ambos son gente tan afable, que hace tan fácil la conversación y que tienen tan buenas propuestas, que no pudimos tener más suerte.
Quien se haya pasado por vuestras redes sociales verá que, además de ser una banda llena de energía y color, cuida mucho su contenido, hasta tal punto de tener en vuestra biografía la frase de «Mainly saturated colors» – ¿Qué colores creéis que reflejan mejor vuestra música, o por qué elegisteis esos colores para la portada de «Reme»?
Las portadas son obra de Alba Rivero, que ha puesto a nuestro servicio su arte. Quizá por similitud con lo glam, la psicodelia, el bending… pero el cuerpo nos pedía que todo estuviera bañado de color. Le hemos preguntado a Alba, y ella dice que los colores utilizados son ácidos, los mismos que se utilizaban a menudo a finales de los 60. Ello, sumado a las melodías que tienen nuestras canciones y lo cambiantes que son a veces, incluso durante el transcurso de un mismo tema, le llevo a plantear unas portadas así, estilo Alicia en el país de las maravillas.
De Londres, pero trabajando con una agencia de comunicación española de gran alcance, ¿cómo es de importante para vosotros tener a un equipo detrás que ayude a que vuestra música crezca? ¿Creéis que en ocasiones vale solamente con el alcance orgánico?
Trabajar con Marta y Álex de Lume vino por recomendación de Jack Bisonte, con quien tenemos buenos amigos en común. Y, desde entonces, fuimos para adelante sin pensarlo dos veces. En cualquier caso, la decisión de buscar equipo de promo en España (y no en Reino Unido) se basó en dirimir dónde estaban funcionando mejor los singles, pero usando una perspectiva muy inglesa: «Si no está roto, ¿por qué arreglarlo?». Si las canciones estaban funcionando en España, merecía la pena seguir apretando allí y esperar a que en Reino Unido pudiéramos avanzar cuando todo mejorara. En nuestra corta experiencia, podemos decir que si ese trabajo no lo hace un equipo de promo, lo harás tú. Y aunque puede estar bien por un tiempo, llega un punto en el que es básico poder delegar. Los milagros a veces ocurren, y es posible que el boca-oreja te lleve lejos, pero es más probable que, si no tienes un poco de suerte, tu música se quede algo perdida entre tanta buena competencia.
Podemos apreciar influencias de los Arctic Monkeys, de The Wombats, pero vuestra esencia radica en el rock clásico y de finales del siglo XX. Suena tradicional, pero no te das ni cuenta y con un solo cambio te transporta a 2021 y te ves viendo a Reme en uno de los escenarios del Reading and Leeds o del Pitchfork Music Festival. ¿Cómo hacéis para viajar de un siglo a otro con vuestra música que case todo tan bien?
Lo bonito es que, al querer referenciar algo, con suerte, a uno le sale otra cosa un poco distinta. Quizá se debe, sencillamente, a que uno vive en otro tiempo (si es que se busca emular algo de los 60 y 70) por lo que es natural que su propuesta también tenga tintes de lo que suena en el tiempo en que se vive. Aunque, al final, la mayoría de contemporáneos de los que tomamos inspiración están fijándose en algo que ya está hecho. Pero todos lo hacemos, al fin y al cabo. De esto va lo de hacer música, quizá, como muchas otras disciplinas. De tomar, moldear y cambiar algo que ya se ha hecho antes.
Habiendo sacado ya LP, ¿podéis decir que lo tenéis todo hecho o tenéis algún plan más de futuro que podáis desvelar?
Ahora lo que queremos hacer es poder volver a tocar en directo. En Londres el último confinamiento ha sido bastante duro, con salas cerradas a cal y canto, y ahora se están haciendo los primeros conciertos con distancia. Pero aún así, muchos de los promotores que programan en salas están esperando a septiembre u octubre para empezar de nuevo, por lo que hay que ser paciente. Nos encantaría tocar en España más pronto que tarde, y también esperamos que pueda ser en los próximos meses.
