El sábado llegaba la primera edición de un festival diferente, un festival dirigido a los amantes del rock and roll clásico y el garage, un festival que, pese a durar todo un día se le hizo corto a la gente y es que seguro que hay muchos, como un servidor, que se encuentran ya contando los días. Por un contratiempo de última hora no pudimos estar en el segundo concierto, el de Magic Dildoss en Natura Dub así que pedimos perdón pero aquí os dejamos las sensaciones obtenidas en las otras dos citas del sábado.
Arrancaba la cosa bien pronto. Eran aproximadamente las 12:35 cuando entrábamos a la sala Loco Club con ganas de «garagear» con dos de las bandas que mejor saben de ello en nuestra ciudad, Los Ukelele Zombies, un grupo que me había quedado ya con ganas de ver cuando compartieron escenario de El Volander precisamente con otra de las bandas de este Wachina Wachina vol.1, los Midnight Shots, y Los Glurps, otro grupo que llevaba tiempo con ganas de ver.
Ninguno de los dos me defraudaron. Los Ukelele Zombies hacían su aparición sobre el escenario casi a las 13:30, con un Andrés Palmero, batería y cantante del grupo luciendo un collar hecho con huesos y gritando «no comais paella que está envenenada» (hay que aclarar que, tras el concierto, la organización del festival había preparado una paella para quien quisiese quedarse a comer). El grupo derrochó una energía increible, era casi imposible sacar una foto que no estuviese movida y con un repertorio lleno de canciones con una temática común (zombies, muertes…) consiguieron que una sala abarrotada no dejase de bailar (algunos incluso de subieron al escenario). Contaron con una colaboración especial en uno de los temas, la de Suso, vocalista de Los Glurps que se subió al escenario antes de tiempo para compartir asi unos minutos con sus teloneros y cómo no, no podía faltar el ukelele en el concierto. En general, un buenísimo arranque para esta fiesta garagera.
Los Glurps no se hicieron mucho de rogar y en menos de 10 minutos desde el final de la actuación de los Ukelele Zombies empezaban ya a rasgar las guitarras y las gargantas.
Se notaba que tenían más tablas que sus predecesores, con un sonido más sólido, algo normal dada la diferencia de experiencia entre ambas bandas, aunque les unía su pasión por un género que demostró tener muchísimos adeptos en nuestra ciudad y que, desde luego, a mi me ganaron para su próximo concierto y es que el punk y el garage son dos géneros que no había explorado tanto como me gustaría y el del sábado fue un buen principio. Durante el concierto de la banda valenciana me topé en las primeras filas con Quique, batería de Midnight Shots que me comentó, con una cara de gran satisfacción «la verdad es que esta ciudad necesitaba algo así» y no podría estar más de acuerdo.
Al igual que el Loco, la sala Wah Wah ya había colgado horas antes (la mañana del concierto ya no quedaban tickets) el cartel de no hay billetes y es que el plato fuerte del festival llegaba por la noche con una banda que llevaba, como ellos mismos dijeron durante el concierto, 40 años sin tocar en Valencia. Para mi era un concierto realmente especial ya que mi padre (que falleció hace casi 4 años) era un apasionado del rock de los 60, de los Stones en particular y como tal, le tenía un cariño y admiración especial a Los Salvajes, de los que decía, como mucha gente, eran los Stones españoles.
Pero antes le llegaba al turno a los Midnight Shots. Los que visitais asiduamente esta web sabéis de sobra mi admiración por estos chicos y su presencia allí, hacía que la noche del sábado y el Wachina Wachina en general, fuese aún más especial. Arrancó bastante puntual. Pasaban poco más de dos minutos de las once cuando ese «Auuu» con el que Paco Beneyto arranca siempre el Around and around de Chuck Berry, comiéndose la primera frase de la canción, retumbaba en la sala de la calle Campoamor. El concierto sirvió a la banda para probar nuevas versiones y varios de los temas que irán incluidos en su nuevo trabajo, que estuvieron grabando en Gijón hace unas semanas. Fue subiendo la temperatura a medida que se sucedían las canciones y todo ello culminó con Paco sobrevolando Wah Wah boca arriba siendo manteado por las primeras filas mientras cantaba Shout. Toda una locura que define bastante bien el Wachina Wachina.
Como decía antes, Los Salvajes llevaban 40 años sin tocar en nuestra ciudad y menudo concierto se marcaron… Ya en los minutos previos al arranque del concierto, Alberto (técnico de sonido de la sala) me comentaba «no veas como suenan estos tíos» y tenía toda la razón.
Los catalanes hicieron bueno aquel dicho de «los viejos rockeros nunca mueren» y era bastante curioso mirar a las primeras filas y ver gente que pocos tenían más de 30 o 35 coreando los temas míticos de la banda como «soy así», «corre, corre» o esas versiones castellanizadas de los Stones como Jumpin’ Jack Flash, Todo negro o Satisfecho, aparte de la de Animals de La casa donde nace el sol. Hubo tiempo para incluir un tema nuevo en el repertorio llamado Hace más de 30 del rock de los 60 cuyo estribillo, de facil recuerdo, también fue coreado por la gente que allí nos encontrábamos.
Como digo en el título de esta particular revisión del festival, ya cuento los días para el vol.2 y les doy la enhorabuena a los organizadores.
Iremos subiendo más videos y fotos del festival. Las fotos podeis encontrarlas en nuestro perfil de facebook y los videos en youtube escribiendo en el buscador «lagramoladekeith wachina wachina».
