El segundo día de Arenal Sound podría decirse que estuvo protagonizado por viejos conocidos como Crystal Fighters, cabeza de cartel está edición, Taburete y Maldita Nerea. Pero también por nuevos artistas, con estilos diferentes y que compartían la posibilidad de sorprender en el festival, hablamos de: Alfred García, Rels B y, los otros dos cabeza de cartel, Jess Glynne y Martin Jensen.
Alfred García daba comienzo al día de conciertos. No hacía ni un mes desde que el artista había debutado en su primer festival, el Share Festival, y ahí estaba en Burriana, preparado para actuar frente a un público que llevaba haciendo cola desde las cuatro de la tarde a pleno sol. Suena sorprendente porque el catalán consiguió atraer a un gran público a primera hora de la tarde, horario en el que es difícil mover a los sounders.
La espera se hizo larga, y es que el concierto se retrasó treinta minutos. Sin embargo, el inconveniente no hizo que el artista no entrara con fuerza. Alfred García pisó el escenario con las ganas de querer vivir la actuación al máximo. El escenario principal estaba a reventar. El público estaba lleno de carteles y abanicos con mensajes para el artista; “1016”, nombre de la gira del cantante y tema de lo que será su primer disco, podía leerse en miles de ellos. Su tema más popular “Que nos sigan las luces” fue de los primeros en sonar, la emoción podía leerse en las caras de muchos asistentes. La actuación tuvo pequeños fallos de sonido, pero aquello no pudo con ninguno de los que estaban en el escenario: la fuerza de Alfred García y la buena conexión entre sus músicos era algo palpable. Destacó el gran recibimiento del público a temas que no han sido tan explotados, como “La Ciudad”. Aquella canción generó un ambiente íntimo y bonito entre los asistentes y todos los músicos. El artista aprovechó entre canción y canción para dar pinceladas de los que será su primer disco y dejó claro quien era su inspiración.
Los ya conocidos, Taburete, fueron la segunda actuación y no ofrecieron nada diferente a lo que el público ya está acostumbrado. Transmitieron su energía como siempre, y trasladaron al público a México, esencia de su último disco. Tomando el relevo, Rels B actuó seguidamente en el escenario de Negrita. Este fue un concierto sin ninguna complicación; la sencillez estaba sobre el escenario, y con ella, se ganó a todo el mundo. Acompañado de otros dos cantantes, Buco y Nelicious. La primera voz daba ritmo y fuerza, y la segunda, sorprendió con una calidad vocal que arrancó el aplauso del público más de una vez. El artista no se quedó muy atrás, un directo mucho más cuidado que el de otro artistas de su género, y una naturalidad apreciable. Rels B agradeció la acogida del concierto, e incluso declaró que estaba nervioso porque nunca había actuado ante tanta gente. El recinto estaba lleno.
Maldita Nerea paraba por el Arenal Sound con su nuevo proyecto, Bailarina. Sin embargo, sus temas más conocidos, que ya han acompañado a muchos durante años, fueron los protagonistas. No se esperaba nada nuevo del grupo, pero su actuación llenó de magia el Arenal Sound. La música tiene la capacidad de trasladarnos a recuerdos, y aquella noche hizo que cada persona los reviviera. La forma en la que el público cantaba era especial, cada persona compartía un sentimiento sin quererlo. Jorge Ruiz, cantante del grupo, no destaca por ser muy expresivo, pero su forma de transmitir su música invitó a muchos a hacer cada canción suya. “Tu mirada te hace grande” fue la canción que remató ese sentimiento. Dejó a un público emocionado con ganas de más, y ahí me incluyo.
Hay tres voces que conquistaron el Arenal Sound. La primera la del cantante de la M.O.D.A, David Ruiz, ya mencionado en la anterior crónica, y la segunda, la de Jess Glynne. Su presencia llenaba el escenario y su voz lo completaba. La artista iba acompañada por un coro y músicos, que invitaban a bailar con sus coreografías. En cuanto a ello, destacó que las demás voces no estuvieron durante todo el concierto en un segundo plano, cada participante del coro tuvo su momento. Un gesto admirable por parte de la artista, ya que de esa forma el foco no solo estaba sobre ella, sino que invitaba a apreciar el talento de los demás. Jess Glynne emocionó al público con su voz; primero con temas como “I’ll be there for you” , y después con uno de los temas más sonados, “These days” que canta junto a Macklemore. Sin embargo, fue un concierto en el que no importaron los temas, todo el mundo estaba hipnotizado por la calidad de la cantante. Su talento brillaba.
Crystal Fighters, aquellos viejos conocidos. El buen rollo que despierta cada una de sus canciones era lo que buscaba todo el que acudía a escucharles. En el recinto la gente bailaba sin parar, el hueco entre canción y canción servía para coger aire y volver a empezar. Sebastian Pringle, como siempre, no paró en ningún momento. Ya tan solo al empezar, bajó del escenario y se tiró a cantar sobre el público. La actuación fue una bomba de energía y colores, parecía que las preocupaciones ya no existían para nadie, todo el que estaba allí estaba disfrutando de ese momento, del presente. Esto último es lo más apreciable del grupo, conseguir que su música haga que desconectes del mundo, aunque sea por un instante.
El último fue el esperado Martin Jensen, otra gran apuesta del Arenal Sound por la electrónica. El Dj entró fuerte al escenario. Las pantallas de leds, junto a los efectos lumínicos hicieron de su actuación una explosión de ritmos que hicieron saltar a todo el festival.
Texto: Elia Yago
