Cómo decía El Chaval de la Peca, álter ego de Marc Parrot, cuando un músico sube al escenario no puede ir en vaqueros y camiseta de manga corta como iría un domingo por casa, debe ataviarse con sus mejores galas. Y así subieron al escenario The Crab Apples, con el look en tonos rojos que les ha acompañado esta gira y con el que se despedían de “A Drastic Mistake”.
Mauro Cavallaro (batería) disparó una base programada que acompañó con su batería, era la intro que precedía “Dear Please” tema con el que abrieron fuego en el concierto y canción tras canción, no permitieron que se apagase la llama ni un solo instante.
La juventud de las artistas no les impide danzar con soltura sobre las tablas.
En el caso de Laia Alsina (guitarra) casi podías escuchar el sonido de su guitarra solo con mirarla, siente la música en cada milímetro de su piel, así que, cuando tus ojos se clavan en ella puedes ver cómo guitarra y mujer bailan a un mismo ritmo, el que Laia marca enérgica con cada acorde.
Verlas en acción es enriquecedor, llenan el escenario con su presencia y con su sonido. Su música te transporta a un estado místico pero sin frivolidades, una atmósfera de armonía y equilibrio, hasta puedes quedar hipnotizado con esos sonidos como provenientes de otra dimensión.
Laia Martí (bajo eléctrico), traía el show “preparado” para su muñeca derecha que arrastra una pequeña dolencia y al parecer no le permite explayarse en sus arpegios. Pues bien, no creo que nadie de la sala se hubiese percatado del matiz, porque estuvo espectacular y, además, como buena bajista, transmitía con su rostro cada una de las notas, ese gesto de entreabrir un poco la boca mientras da un ligero golpe de cuello y barre el mástil de arriba a bajo con el dedo corazón. Micro segundos de delicia musical.
Y luego está Carla Gimeno (voz, guitarra) que completa el cuarteto catalán con esa voz tan poderosa. Cuando empecé a escucharlas me recordaba mucho a Alanis Morissette, a Sheryl Crow e incluso a Marie Fredriksson, pero ahora ya la reconozco con su propia personalidad, y es que, su voz es de esas que te dejan anonadado y en directo mucho más.
Interpretaron temas de sus dos álbumes, incluso se atrevieron con el “Crazy in love “ de Beyonce. Y terminaron el concierto los cuatro juntos a la orilla del escenario cantando en versión “acústica” “Wicked Memory”, despidiendo así la gira que les ha llevado por salas y festivales de toda España. Se despedían con orgullo y agradecidas, como muestra, el gesto de Laia Martí dándole un beso a Mauro en el hombro en el último momento, supongo que agradeciendo y reconociendo la labor de la banda todo este tiempo.
Les deseamos mucha suerte para el próximo trabajo.
Nota: en The End and The Beginning (1’15”) hay una notas que suenan igual que otras de algún tema que aún no he encontrado de Aurora & The Betrayers, daré con él.
