A las 12 de la mañana ya estábamos en los aledaños del MBC Fest para recoger nuestras acreditaciones, aparcar correctamente y tomar algo antes de entrar al recinto, que abría a las 16h.
El primer concierto con el que nos topamos al entrar fue en el escenario en el que mejores ratos pasaríamos ese día: el Escenario Deleste.
Ellos eran Césped de Verdad, con un estilo bastante peculiar, que ciertamente no entusiasmó demasiado a los pocos asistentes que a esa hora tan temprana habían entrado al recinto de conciertos.
Seguidamente tomamos el camino del escenario «mediano», el Escenario Ron Barceló, para ver a los jóvenes The Soda Club (a los que entrevistaríamos después, puedes leer la entrevista aquí), que destilaron energía y garra en el escenario, con un cantante que se volvía loco, contagiando parte de su locura a la (un poco más numerosa) parte del público que se había acercado a verlos. Estrenaron varios temas de su nuevo disco «Young Blood».
Y entonces algo empezó a cambiar, sería la gente, sería el tiempo… o que empezaba Johnny B. Zero. Sé que es un delito ser de Valencia y no haberlos visto nunca, pero algún día había que hacerlo. No gustaron, fascinaron.
Molaron a más no poder, y acabaron el concierto en la apoteosis máxima, con Johnny cercenando su guitarra en el suelo, arrancándole las cuerdas y escapando del escenario. Fantástico. De los mejores conciertos del festival, sin ninguna duda. Y seguía sin haber mucha gente, pero ya se respiraba otro ambiente, había ganas. Muchas ganas.
Nos movimos por el recinto del festival, localizando los puestos de comida, muy variada, haciendo visible la variante gastronómica del festival, y los puestos de los artistas, que se apiñaban en la parte derecha del Escenario Deleste, con poco espacio para todos, con lo que tuvieron que ir turnándose.
Dando vueltas se hicieron las 19:00, hora a la que empezaban los powerpopísimos Testarosa, en cuyo concierto ya empezaron a proliferar las cámaras de la gente de prensa, la gente ya estaba caliente (pese al demoledor frío que hacía), y se notó. Un concierto de 10 por parte de los de Xàtiva, que con temas como «Cowboy de Ciudad» o «Imbecilidad» contibuyeron a calentar los corazones de los asistentes.
Y cuando acabó, sin darnos un respiro, nos dejamos comer por Coleccionistas, concierto en el que el eclecticismo y las «peculiaridades» y una enorme calidad musical se hicieron ver gracias a la superbanda que había en el escenario: Jorge de Tórtel, Víctor de Ramírez y Remi de dios-sabe-cuántos-millones-de-grupos, ofrecieron las canciones de su nuevo e inminente lanzamiento, incluyendo hits como el ya estrenado «Amor Zombi».
Después de ver a Coleccionistas nos tomamos un merecido descanso, hasta que se hicieron las 23:00 y empezaban puntuales dos chavales de Xàtiva (sí, Xàtiva otra vez) en lo que fue uno de los conciertos más concurridos de la primera jornada, otra vez en el Escenario Deleste. Eran Siberian Wolves, guitarra y batería-voz, y no veas la energía y el ruido que pueden hacer estos dos genios en el escenario. Mientras la gente se moría por ver a Los Punsetes, yo me moría viendo a estos dos maestros del rock pesado. Los seguiremos muy de cerca.
¿Y qué pasa cuando llega el momento del cabeza de cartel de un festival?
Que el concierto se llena.
Pues esto mismo pasó con un cuarteto barcelonés que nadie esperaba que tuviera un concierto tan movido ni concurrido (aunque personalmente nosotros sí que lo esperábamos). Mujeres saltó al escenario, con su garage-rock-pop-sucedáneo, para acabar de calentar la noche. Saltos, bailoteos, fuerza, calor, todo eso se vio en el escenario, con colaboración de Quique Medina (Deleste, Rambleta…) subiendo al escenario a cantar uno de los temas de la banda.
Este fue el último concierto que vimos, ya que el frío y el hecho de estar más de 16 horas de pie y moviéndonos empezaba a hacernos mella.
Para nosotros, mejores bandas de la jornada: Johnny B. Zero y Mujeres.
Bandas a seguir: Siberian Wolves y Coleccionistas.
