El pasado 10 de Julio a las 22.00 hacía aparición en el escenario del Ram Club Quique González, acompañado de los Detectives. Sonriente y contento de poder estar. Venía aquejado de una afonía que le impidió celebrar el concierto que había programado en Murcia para el sábado anterior. Fue este el primero de sus dos conciertos en Valencia. Para la primera fecha (11-7-19) se agotaron las entradas rápidamente. Y no dudaron en abrir otra fecha que acabó también llenando la sala.
Arrancó el concierto colgándose su famosa Gibson Hummingbird la guitarra con la que tocó en el Mad Cool de hace dos años y del que se editó el álbum llamado Radio Station. Y con el tema Nadie podrá con nosotros, del álbum Daiquiri Blues ( SONY, 2009), álbum producido por Brad Jones y grabado en Nashville, cuna de Elvis, con el que Quique subió a los altares del Country de los que aún no ha bajado.
Manifestaba su emoción y gratitud al público y poco a poco fue calentando motores para deleitar a los asistentes. No forzó (lógicamente) la voz pero a medida que avanzaba la noche, la música y las emociones, se pudo desinhibir y dar algo de rienda suelta a su garganta.
Quique tenía como objetivo participar en el Huescasa (festival de música country en Riaza). Pero “el señor de culo inquieto” aprovechaba que salía a la carretera y montó una mini gira veraniega que en Valencia hemos tenido la suerte de disfrutar.
Hay un modo de medir la conexión del público con el artista, y es con los aplausos, las ovaciones y los silbidos de aclamación. Y no me refiero a la cantidad y/o la intensidad, si no al sentimiento que desprende. En el caso de Quique es muy palpable. Su música, sus letras y su trayectoria arrastran mucho sentimiento, eso llega al público y el público se lo devuelve. Y los músicos. Los músicos estaban tocando (como suele ser hablitual) con gran profesionalidad, como sin querer equivocarse, súper concentrados, contagiados por el buen hacer de Quique. Banda country; batería, bajo, guitarras, pedal steel, mandolina, armónica…
Sonido bueno de la sala y sonido bueno de la banda.
El repertorio se daba un paseo por toda la discografía. Sonaron temas muy reconocidos y otros algo más íntimos.
Siempre es maravilloso asistir a un concierto donde el artista no viene a presentar nada nuevo ni tiene que justificar el show con algo. Quique había preparado un setlist libre, para dar vía libre a las canciones y poder “echarle” buena dosis de MÚSICA. Obviamente el espectáculo fue in crescendo, dibujando varios picos emocionales con; Kamikazes enamorados, y Pequeño rock and roll o Es tu amor en vano y Avería y redención.
Remató el bolo con Dallas Memphis y Salitre y un fenomenal bis con Y los conserjes de noche rematada con armónica y la siempre fabulosa Vidas cruzadas que llegó a grabar en un directo con Ivan Ferreiro colocándola así en la lista de los mejores temas del rock español de todos los tiempos.
Salud y r’n’r.
