Ayer Valencia vivió el inicio de uno de los ciclos más interesantes, el inicio del CRIV (Ciclo de Rock Instrumental Valencia). Daban el pistoletazo de salido unos interesantes Modelo de Respuesta Polar que para la ocasión prepararon un único e irrepetible repertorio integramente instrumental y AtletA, grupo de Barcelona que presentó su último disco, Verdad, en la sala Matisse.
Once de la noche y expectación absoluta para ver a los chicos de Modelo de Respuesta Polar alejarse de sus sonidos más habituales y desprenderse de la carismática voz de Borja Mompo. Precisamente fue el mismo Borja a quien se le vió más desatado en la oscuridad del escenario, sin ninguna responsabilidad por ejercer de “frontman” en esta ocasión y desatado en la parte izquierda del escenario. Desde un principio, se percibió que la noche iba a ser especial. Uno tras otro, se transcurrieron los temas estrictamente instrumentales (ni un grito dejaron escapar). Canciones que sonaban a pop-rock del siglo XXI bien hecho, sin pretensiones. Instrumentales que pueden acabar siendo las bases de nuevos himnos de este joven grupo que tiene mucho que decir con y sin micros.
En cuanto a AtletA, faltan las palabras para describir lo que hicieron anoche. Con todos mis respetos hacia Modelo de Respuesta Polar y su espectáculo instrumental (que cabe decirlo, fue muy muy bueno), se nota cuando un grupo se dedica exclusivamente al género. Con el mayor desparpajo, subieron al escenario los ex-12twelve para marcarse más de una hora de repertorio instrumental, que aún malacostumbrado el público valenciano a no disfrutar a menudo de este género, lejos estuvieron de resultar pesados o aburridos. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba personalmente de un espectáculo tan divertido y espontáneo. Los barcelonenses se mostraron en un principio quizás un poco sistemáticos, muchas horas de local de ensayo, pero tras tres canciones pude comprobar que no. AtletA está compuesto por dos músicos con todas las letras y que a parte de tocar guitarra y batería de forma magistral, saben como entretener y como pasarselo bien. Saltos, gritos, la continua interacción con el público junto a unos temas instrumentales (con gritos de vez en cuando) divertidos y perfectamente ejecutados fueron la fórmula para poder entretener a una Sala Matisse semi-llena que quedó plentamente satisfecha. Porque, cuando ves que el 100% del público sale de la sala con una sonrisa en la boca dispuestos a dar la enhorabuena a los dos grupos y al organizador del evento; Quique Medina, entonces sabes que el trabajo de esa noche ha estado bien hecho.
Texto: Nerea Serrano
Fotos: Iñigo Soler
