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martes, abril 23, 2024

Ricardo Moya, «mis cinco sin las cuales hoy no sería la persona que soy»

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Esta nueva edición de ‘Mis Cinco’ nos trae a Ricardo Moya, cómico y conductor del podcast ‘El sentido de la birra‘, programa de entrevistas a la gente del show business alojado también en Youtube. Además también es músico de un proyecto que firma con su propio nombre, Ricardo Moya. Este valenciano de nacimiento pero acogido y afincado en la ciudad condal nos relata lo siguiente:

«He elegido estas canciones en orden cronológico, porque más allá de estilo o gusto ese es el valor que tienen para mí. Son hitos que marcan momentos de revelación, a veces personal, a veces solo musical.

La lista siempre podría ser más extensa pero, teniendo que reducirla a 5, estos son temas sin las cuales hoy no sería la persona que soy (creo).»

1. Flying free – Pont Aeri
Ni me avergüenzo ni me enorgullezco de que mi lista empiece así, pero es necesario. Flying Free es, hasta donde llega mi memoria, la primera canción que yo elegí. Ni era música de mis padres, ni algo que escucharan mis primos, ni un tema cansino de la radio. Era mía. La descubrí en una caja de CDs husmeando  en el altillo de casa de mi amigo Victor a los 10 años. El logo me llamó la atención porque me recordaba al de Aerosmith (alas, un círculo en medio…) pero cual fue nuestra sorpresa cuando al meterlo en la minicadena escuchamos piano y que poco a poco se iba convirtiendo en… la locura. Una música que nunca habíamos oído antes, con una velocidad y un nervio que te obligaban a bailar, a asaltar, era droga.
Llevamos el CD al cole el día siguiente y lo pusimos en la radio portátil que se usaba en clase de inglés, antes de que la profe llegase. Y fue el caos.
Niños saltando en las mesas, corriendo en círculos, tirándose al suelo.
LA FIESTA había llegado a nuestras vidas para quedarse, pero aún no lo sabíamos.
Pont Aeri - Flying Free

2. Salir – Extremoduro
Extremoduro me descubrió, a los 12 años, lo que es la obsesión.
En una era anterior a Spotify y YouTube, y en una ciudad del extraradio de Valencia, la única forma de descubrir música nueva sin gastarte dinero era ir a la sección de discos de la biblioteca pública. Ese rincón de 3 o 4 estanterías era mi paraíso, y cada semana, religiosamente, iba a devolver los 5 discos que me dejaban llevarme a casa y salía de ahí con 5 más.
En la biblioteca no tenían ningún dispositivo para que pudieras escuchar el CD allí, así que tenía que elegirlos por la portada, por el nombre del grupo, el nombre de las canciones. Y así me topé con HIstorias Prohibidas de Extremoduro.
Salir era el Track 1 según la minicadena de casa, y en toda esa semana no llegué a pasar a la Track 2 en ningún momento, ni a escuchar ninguno de los otros 4 discos que había traído a casa. Me ponía esta canción una y otra vez, sin parar. Yo quería ser esa canción. No lo que decía, quería ser esa música.
La semana siguiente fui al profe de música del colegio y le pedí que me enseñara a tocar la guitarra.
3. Open Your Eyes – Staind
A los 16 años tenía muchísima rabia dentro, me había hecho muy punk y escuchaba principalmente bandas de protesta social como Boikot, Reincidentes, La Polla Records o Ska-P. Llevaba cresta a veces, otras el pelo rapado al 1, botas con puntera de hierro, chupa de cuero negro y pulseras de pinchos. Un cristo. Y en mi cabeza las canciones solo molaban si eran ruidosas y el cantante se dedicaba a gritar o a decir ‘chop chop’ entre estrofas.
Había poca gente de clase con la que compartiera música, porque todos me parecían ‘marionetas del sistema’, pero había una chica muy gótica que me había descubierto a Korn y se había ganado mi simpatía. Nos íbamos pasando discos y uno de los que me dejó fue Break The Circle de Staind.
Escuchar esa combinación de música potentísima y desgarradora con una voz lírica y entonadísima que se rasgaba solo lo necesario me rompió la cabeza.
Yo llevaba desde los 12 años aporreando una guitarra y berreando en mi cuarto para ser auténtico, y este grupo me enseñó que cantar bien no solo era algo de pijos.
Staind - Open Your Eyes

4. El Lago – Triana
Esta canción huele a Marlboro, a birra reseca en la barra y a ambientador de limón; porque esta canción es LA CANCIÓN del bar de mi padre.
Ya no lo tiene, pero lo compró una semana antes de que yo naciera y me pasé toda mi infancia entre heviatas, rockers y punkis, subiéndome a cajas de cerveza puestas del revés para llegar a jugar al pinball mientras de fondo sonaban la Creedence Clearwater Revival, Bruce Springsteen, Led Zeppelin y Deep Purple. Bandas que fueron ‘música de viejos’ durante mucho tiempo, y entre las cuales se encontraba Triana, posiblemente el grupo favorito de mi padre.
A mis 21, volviendo de una cena familiar, mi padre puso esta canción en el coche y me dijo «escucha la letra». Íbamos solos, conduciendo por la huerta de Valencia en mitad de la negrura y con las ventanillas bajadas respirando estiércol, naranjas y cebollas. Tranquilamente había oído el tema de fondo más de 100 veces, pero nunca lo había escuchado; y ahora estaba metidísimo, imaginándome a mi padre con mi edad, cantando Triana a gritos mientras fumaba canutos con sus colegas conduciendo por la misma huerta.
No sé explicarlo de otra forma: me sentí joven, y lo sentí viejo. Y me aguanté una lagrimilla porque llorar era de nenas.
Triana - El lago (letra)

5. Chamber of Reflection – Marc DeMarco
El tema en sí no es lo más importante aquí, aunque es una de mis canciones favoritas; la puedo poner en bucle y nunca aburrirme, me parece preciosa, cada sonido es perfecto y la letra una maravilla. Pero lo loco para mí fue el empezar a investigar sobre Mac DeMarco y descubrir que el tío era un Juan Palomo en toda regla. Se lo hace todo él. Algunos colegas le graban un instrumento, otros le echan una mano con una mezcla, pero es un ejemplo increíble de las posibilidades que uno tiene de autoproducirse y de llegar a un público amplio sin tener que entrar dentro de la rueda del mainstream y las productoras gigantes.
Lo descubrí a los 26 mientras me peleaba con horarios de 4 músicos con los que quería montar una banda, porque esa era la única forma de hacer música (según yo) y me descubrió todo un mundo de independencia y autosuficiencia creativa que nunca podré agradecer lo suficiente.
Un grande, Mac.
Chamber Of Reflection

Foto: @akanemayo_fotografia

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Alexandre Zaragozà
Alexandre Zaragozà
Profesor y proyecto de investigador en una vida dirigida por David Lynch. Si se me permite el ácido oxímoron, indiependientemente mainstream.
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