“Juntos ningún concierto es imposible” reza la iniciativa Cooncert, que mediante algo parecido al crowfounding consigue organizar conciertos que, a priori no parecerían atractivos para ciertos promotores, pero que de este modo nos brindan a muchos la oportunidad de disfrutar de ellos. Pues bien, esta vez, nos ofrecieron un concierto completo, sensible y vibrante, junto a la promotora Houston Party, de la mano del irlandés James Vincent Mcmorrow.
Pero vayamos por pasos, la noche empezaba antes, con el casi desconocido I have a tribe, el seudónimo utilizado por Patrick O´Laoghaire. Éste prescinde de banda, no necesitó más argumentos que su voz y su teclado para crear un directo tranquilo y conmovedor. Donde, presentó su EP “Yellow Raincoats”, y consiguió que la sala se quedara en silencio.
Tras una media hora, los focos se apagaron, los pipas hicieron el cambio de escenario llenándolo de pirámides de cristal que suponemos serán lámparas. Se hizo una pausa y apareció James Vincent Mcmorrow junto a su banda. No nos hizo esperar, y mientras las pirámides se iban encendiendo y a su espalda se proyectaban estrellas fugaces, comenzó a cantar. La elegida fue “The lakes”, de su segundo disco.
La sala ya estaba llena por aquel entonces, la gente en silencio susurraba la letra, fotografía y baila cada canción. El grupo no se relajó y solo hizo pausas para agradecer al público su presencia. Y así fue encadenando las canciones de su maravilloso y reciente, “Post Tropical” como “Glacier”, “Red dust” o “You know” (esta última casi inédita, pues sólo se encuentra en la edición deluxe del disco que sale en noviembre). Sin descuidar los temas clásicos de “Early in the morning” como “Hear the noise that move so soft and low”, “Down the burning ropes” o “Higher love” esta se agradeció especialmente. Tras ésta última aprovechó para hacer un descanso y conversar con el público. Comentó que era la primera vez que tenía un show independiente en España fuera de los festivales a los que ya había acudido, e incluso se permitió contar como empezó a tocar el piano.
Después prosiguió con el concierto. El grupo cruza guitarras acústicas, mandolinas y clarinetes, con teclados, sintetizadores, y guitarras eléctricas cargadas de reverberación. Lo que junto a la maravillosa voz soul, que tanto recuerda a Justin Vernon, de James Vincent Mcmorrow les permitió defender un tracklist en el que parece que no falta ninguno de los grandes temas de sus discos. Suenan “Follow you down”, “Breaking hearts”, “This old dark machine”, “Post tropical”, “Look out”, “From the Woods”, “All points”, “We dont eat”, “Gold”, y el escenario se cae finalmente con “Cavalier”, vale la pena pagar la entrada sólo por el final con el espectáculo de luces y James Vincent Mcmorrow cantando en un falsete infinito que hace que se te ponga la piel de gallina.
El grupo bajó del escenario y la gente aplaudió sin parar durante los 5 minutos que estuvieron fuera. Vuelve solo James con guitarra acústica, visiblemente emocionado y nos cuenta que le encanta Barcelona, que quiere regalarnos algo que ha hecho en otras ocasiones, y así nos quiero ofrecer un acústico y sin micro, él solo y su guitarra acústica. No estaba seguro de que esto fuera posible en una sala del como la sala Apolo, sinceramente yo también tenía mis dudas. Pero el público enmudece y nos recuerda que en algún momento aquello quiso interpretar ser un teatro, y así nos regaló una versión acústica de “And if my heart” que sonó impresionante.
El grupo volvió, y para muchos si hubiese acabado el concierto ahí ya se habrían ganada el pan, pero continuaron tocando, no sin antes bromear sobre disolver el grupo para que James tocara siempre en acústico. Suenan “When i leave” y cierran con “If aI had a boat”. Luego se despidieron. Las luces se apagaron. Sólo queda esperar que vuelvan pronto.
Texto: Pablo Poblet
Fotos: María Suay
