25.4 C
Valencia
jueves, marzo 28, 2024

Crónica Viña Rock 2018

-

Viña Rock, ese festival que congrega a más de 200.000 personas en medio de ninguna parte, ese festival al que volvemos a pesar de que cada año pasemos mil penurias, ese en el que pensaba mientras conducía a la una de la mañana camino a Villarrobledo desde Madrid.

Hoy os cuento por qué volvemos a este festival, y por qué seguiremos volviendo mientras haya un Viña Rock al que volver. Aquí empieza la magia:

Tras el aperitivo servido la noche anterior con la fiesta de bienvenida, tocaba dar comienzo al verdadero festival, siendo éste el único día que el tiempo respetó.

Para ir calentando, llegábamos al recinto con Porretas sonando en el Poliakov. El directo de la banda suele ser una fiesta, y en esta ocasión no fue una excepción, tocando gran parte de sus temas más conocidos como su himno “Marihuana” o “La del fútbol”.

Justo después, los madrileños Toundra nos deleitaron con la presentación de su nuevo álbum, “Vortex”. Flipando me quede cuando giré la cabeza y vi que un género como es el post-rock había juntado a toda la gente que llevaron.

Actuación excelente que nos dejó tanto temas nuevos, como otros más conocidos como “Oro Rojo” o “Zanzíbar”. No obstante, no todo iba a ser bueno, y es que es conocido por todo el que frecuenta este escenario que al señor Viñarock le interesa poco la calidad de sonido, con la música del principal comiéndose gran parte de las partes limpias de la banda del pequeño.

Iseo & Dodosound – Foto: GRValencia

Después de un descanso para cenar, volvíamos a la carga con El Reno Renardo, que tocaban de nuevo en el Escenario Villarrobledo. Ahora ya puedo decir que lo he visto todo en el mundo de la música. Letras chorras, guarras y satíricas inundaban el setlist de la banda, que atrajo gente de lo más variopinta: desde el típico heavy con chaleco de cuero hasta un Deadpool con pinta de gustarle el azúcar glass.

No faltaron clásicos como “Fiesta Palangana”, “El Bogavante” u “Orcos de Mordor”, y al grito de “Dog es perro, cat es gato, pork es cerdo” del famoso “Mongomix” corríamos hacia el Poliakov para pillar un buen sitio para Boikot.

Si el año pasado presentaban “Jarama”, este año le llegaba el turno a “Hablarán las Calles”, que aunque cuenta con infinidad de colaboraciones, no tuvimos el placer de poder disfrutar de ninguna de ellas en directo.

Con quien sí que contaron para colaborar en “Bajo el Suelo” fue con las chicas de Yo no las conozco, que aprovecharon para dar la enhorabuena por lo conseguido el 8 de Marzo.

Como cada año, no faltó la mofa sobre los distintos casos de corrupción que han salpicado el país, destacando especialmente el caso Bárcenas, llegando a subir niños al escenario para ondear banderas con las cuentas para un tal M.Rajoy.

Por otro lado, los que estuvimos allí fuimos víctimas de lo que llamaré el Efecto Boikot. Me explico: Muchos de los que vamos a sus conciertos, hemos aprendido las canciones gracias a los directos, que suelen ser siempre iguales ¿Qué pasó en este Viña? Que cambiaron varias canciones del set y la gente se miraba diciendo: “Estos no son mis Boikot, a mí que me los devuelvan”

Bromas aparte, fue como siempre un conciertazo que acabó como siempre con “Sin tiempo para respirar”, “Cualquier día” y con la coreada “Hoy me voy de borrachera”

PD: señores de Boikot, dejen de joder el pogo de “Cualquier día”, primer aviso.

Para acabar la noche con las pulsaciones aceleradas, nos presentamos en el Escenario Smoking para flipar con la particular mezcla de hardstyle con hardcore metal que llevan los chicos de Prozak Soup, que me ganaron con una versión del “Voglio Vederti Danzare” de Franco Battiato.

Llenar la carpa a las 4 de la mañana es difícil. Llenarla con La Sra. Tomasa tocando a la misma hora más. Y que la gente aguante hasta esas horas con el frío que hacía y la amenaza de lluvia es casi un imposible.

La Sra Tomasa – Foto: GRValencia

Aun así los valencianos no tuvieron problemas con esto y nos regalaron un show alucinante. Tanto que al final del concierto me acerque a los técnicos de sonido y luces y les di la enhorabuena.

Ganas quedaban para ver al tributo gallego Abaixo Cu Sistema, pero la lluvia nos obligó a terminar la noche e irse a descansar para estar frescos el día siguiente, dentro de lo que cabía.

Comenzábamos el segundo día como dirían Los de Marras, con rock de calle. Y es que es lo que me pareció el enérgico directo de los Kaotiko, que montó más de un pogo entre los asistentes.

Mi fotógrafo también ha querido participar en esta crónica, así que voy a darle un espacio que si no se me enfada y me pasa las fotos desenfocadas…

(F) En el escenario Viña Grow, unos de los grupos italianos más famosos en la escena reggae, los sardos Train To Roots nos aseguraron un principio de jornada muy animado. Saliendo el sol incluso, la multitud se agolpó para bailar “Shame” y disfrutar el break de “Hot Situation”. Eché de menos alguien vestido de fresa o piña, haciendo referencia l videoclip de ese single.

A continuación, al fin llegué a ver a un grupo que se me había escapado en las anteriores ocasiones. Los Trashtucada, desde el escenario Negrita, vieron ponerse el sol. Los gaditanos actuaron a una de las mejores horas a mi parecer, y mucho público del festival me respalda. Enérgicos, con su desparpajo natural, “De Festi? Vale” es todo un himno nacido y crecido en el Viña Rock como aquel que dice.
A raíz de este tema, en la presentación, Juanmi nos dio un discurso que a mí, personalmente, me chirrió un poco. En éste, se “cagaba” en el anti-viña defendiendo que él “ha sido festivalero siempre y siempre lo será” y animando a que se fueran y lo montaran otro día.

A ver, justamente este año que los colectivos se encontraban en el sur de Francia en un festival sonó raro, pero bien. Personalmente, para mi supone algo complementario. No por ir al anti no voy a entrar a los conciertos. Y hay mucha gente que si no fuera por ello no pisaría Villarrobledo, por tanto no puedo compartir sus palabras.

Pero esto es lo bonito ¿no? Diversidad de opiniones. Y ya os devuelvo al redactor.

Llegaba el momento de mi grupo favorito, de un directo que ya se ha convertido en una institución propia, de los asturianos Desakato.

Bastante ha llovido desde aquel Viña 2016 en el que los vi por primera vez en el escenario pequeño, con apenas un cuarto de asistentes de los de este año.

Con un nuevo EP bajo el brazo, y con muchas ganas de dar caña, la banda empezó como mejor saben, con un salto del screamer Pepo al público sonando “Humo Negro” de fondo. Este fue uno de los dos temas nuevos que sonaron, dejando así hueco para su material más conocido, como “Animales hambrientos”, “Pánico en Frankfurt” o “Cuando Salga el Sol”.

Tampoco faltaron canciones para los de: “Molaban más en las maquetas”, con “Octubres Rotos” y “Cada Vez” como estandarte.

Desakato – Foto: GRValencia

Acabada su actuación, tocaba correr al Smoking para ver a los putos Sexy Zebras y su rock en Spanglish que tantas ampollas ha levantado.

Llevaba queriendo verlos desde el pasado Montgorock, que por motivos que no vienen al caso me los perdí y sin duda alguna no me decepcionaron. Tienen una conexión con el público que encandila, y si bien a primera vista no son una banda que pegue mucho en este festival, no pareció ser un problema para llenar la carpa.

Como diría Boikot, sin tiempo para respirar, corrí al camping para esa mala costumbre que tengo de alimentarme y vuelta para el recinto a ver a los Lágrimas de Sangre.

Muy a mi pesar, me tocó elegir entre ellos y Soziedad Alkoholika, pero por circunstancias de la vida, el destino no quiere que vea a estos últimos.

Al contrario que el año pasado, este no consiguieron que saliese el sol, complicado a las doce y pico de la noche, aunque hubiese sido curioso. Lo que sí consiguieron fue un llenazo hasta la bandera y miles de fans cantando al unísono canciones como “Voy a celebrarlo”, “Buen Viaje” o “Senderos a Roma”.

De ahí de nuevo a la carpa Smoking para ver a los Smoking Souls, o como a mí me gusta llamarlos, fumando almas.

La banda centró su repertorio en el álbum estrenado el pasado año: “Cendra i or,  tocando “Fera”, “Vida”, “Alcohol i Sal”, y “Eterna força”, aunque también hubo hueco para el Nòmades con “Passatgers del món” y “Fills de la Nit” como principales representantes.

Por supuesto, no faltó una canción a la que deben mucho, la canción del pasado Festivern. Os hablo de “Nit Salvatge”, que por desgracia no contó con ninguna de las colaboraciones de la canción original, aunque hubiese molado verlo.

Después de este par de conciertos, volvimos al camping con intención de volver a ver a Dremen pero fue una de esas salidas que se envenenan, de esas que nublan la vista, Satán sabe por qué y no volví a pisar el recinto. Una pena, ya que me dijeron que el concierto fue brutal, llegando a bajar el cantante del escenario para montar un buen Wall of Death.

Lo que sí que pisamos fue las raves, y como anunció mi compañero en su crónica del año pasado, el pueblo ha tomado medidas en el asunto y no se acercan a lo de otros años ni de lejos. Cuatro altavoces, dos carpas y un par de luces eran los sustitutos del Viñatek de este año. Casi congregó más gente una furgoneta que había a mitad de camino con Rafael, Julio Iglesias o la Carrá.

¿Con qué me quedo de las raves este año? Con un par de colegas bailando alrededor de un compresor. Total, iba casi a los mismos bpm.

Trashtucada – Foto: GRValencia

La jornada del último día arrancó con nubes, lluvia y reggae music desde el País Valenciano de la mano de Auxili. Presentando su nuevo disco “Tresor (Propaganda Pel Fet)” estrenado hace apenas unos meses congregó a muchos valencianos (que son aproximadamente el 50% del festival a mi parecer) en el escenario Negrita. Ni la llovizna consiguió que la gente se refugiara bajo la carpa de la barra para seguir disfrutando de esos ritmos tan frescos y de sus vocalistas Marc y Esteve, que no paran de un lado a otro del escenario.

Horas más tarde, y  por un lento control no me dio tiempo a llegar a Def Con Dos, la banda del polémico Cesar Strawberry, aunque según me han dicho, pudieron resarcirse de los problemas de sonido que tuvieron el año pasado.

Corriendo para no perdernos a Riot Propaganda, llegamos a un buen sitio justo cuando empezaron a sonar los primeros acordes. Nadie quiso perderse la cita, y es que sería la última actuación del conjunto en este festival, dada su cercana disolución.

No hubo queja ninguna del set, que repasó su álbum homónimo y el “Agenda Oculta” dejando joyas como “Plata o Plomo”, “Cambiarlo Todo”, “El Miedo va a Cambiar de Bando” o “El Peso del Tiempo”, con la que a más de uno se le escapó una lagrimita.

No faltaron tampoco “Mano de Hierro” de Habeas Corpus, “Mucha policía, poca diversión” de Eskorbuto o clasicazos de la banda como “Guerras Púnicas” o “Bienvenido al Paraíso”.

Para despedirse, eligieron el tema “Riot Propaganda”, llamando al público a hacer un enorme Wall of Death que lograron a pesar de las malditas vallas anti-avalancha. Mucha gracia me hizo encontrarme a mi fotógrafo todo cargado en mitad de la gente. Se le va la flapa.

Tras esta locura de concierto, dimos un giro de 180 grados en cuanto a estilo y directos al foso de Juanito Makandé, que como era de esperar, iba rodeado de unos musicazos para acompañar la velada.

El gaditano fue lanzando al aire canciones como “Kamikaze”, “Cuando te Empecé a Querer” o “Yo Tengo la Llave”, siempre con algún grito de fondo pidiendo “Niña Voladora”, que llegaría más tarde en el set.

La elegida para las últimas palmas fue “Eres para mí”, con la que el andaluz se despidió, dejando paso al plato fuerte de la noche, La Raíz.

Este Lunes fue un día de despedidas, y es que el conjunto Chikos del Maíz-Habeas Corpus no era el único en despedirse del festival manchego para siempre. La Raíz, este grupo que tantos temazos nos ha regalado, se separa al terminar su actual gira, y para muchos sería esta la última oportunidad de verles.

La banda empezó su concierto con “Entre Poetas y Presos”, “Borracha y Callejera”, “La Voz del Pueblo” y “Muérdeles”, con las que el público enloqueció, tanto que los de seguridad tuvieron que sacar a más de uno por el agobio.

A partir de ahí, nos inundó una lluvia de clásicos uno tras otro: “Jilgueros”, ”Llueve en Semana Santa”, ”Nuestra Nación” o “Elegiré” fueron algunos temas de los elegidos del “Así en el Cielo Como en la Selva”, y “Por Favor”, “Rueda la Corona” o “La Hoguera de los Continentes” del “Entre Poetas y Presos”.

Hay que destacar un momento especialmente emotivo, cuando tocaron “Suya mi Guerra”, en la que apagaron las luces del escenario para dejar la tarea de alumbrar y cantar al público.

Para finalizar el concierto, eligieron irónicamente “Nos volveremos a ver”, y con ello terminaban su andanza por Villarobledo, aunque esperemos que en un futuro puedan cumplir esta promesa y realmente los volvamos a ver.

La Raiz – Foto: GRValencia

(F) A partir de este momento vuelvo a las teclas ya que mi pobre redactor y gracias al maravilloso tiempo de Villarrobledo pilló una señora insolación que le dejó “wasted”. Menos mal que me sobrevivió que era quien me devolvía a casa. Ángel te quiero.

Acabamos La Raíz un par de colegas de prensa reunidos y en mi duda de si ir a los Dubioza Kolektiv casi me matan. Un “sí” al unísono salió de sus sabias cuerdas vocales y realmente se lo agradezco. Nunca había tenido oportunidad de verles en directo, y sinceramente, creo que nunca tampoco les había escuchado antes, pero vaya tela. Uniformados cual equipo de fútbol de un color amarillo, los bosnios son pura fuerza sobre el escenario. Con ritmos ska, toques punk y folklore de su Bosnia local, me hicieron bailar a niveles que casi abandono mi mochila para meterme en el pogo. Muy muy contento de haberles visto y sin duda, un grupo que no me puedo volver a perder.

Y para no relajarse, a continuación entraron en escena los Narco, en el escenario Poliakov. Haré un paréntesis para decir que poco se habla del sabor de ese brebaje. Que cada uno lo entienda como quiera. Makeda, va por ti. Bueno, volviendo a lo importante, la banda sevillana nos trajo los nuevos temas de su último largo, “Espichufrenia”. No faltó “El trapichero”, “La Anticrista” o ese brutal “Suicídate”.

Finalmente, a falta del tributo a Fito, los valencianos Zoo fueron los encargados de colgar el broche de oro a cuatro intensos días. La familia Sánchez Pardines es incombustible, ya sea con Pablo en La Raíz como con Pancho en Zoo. Las apariciones del trombón a primera línea del escenario en grandes solos me fascinará siempre. Que no caigan en el olvido los vientos metales, por favor.
Y así acabamos un año más en Villarobledo, de paseos por las raves.

Desde aquí dar gracias a todo el que ha llegado hasta el final, porque no escribo mal pero no soy Pérez Reverte (Gracias a Dios). Además, al equipo de la Gramola por mandarme como redactor (Imaginadme besando el escudo), a Les 3 Bessones por hacer del camping de este año un poco mejor, a Neus por salvar mi cabeza quemada con su Aftersun y a Sonia, por ayudarme cuando casi caigo muerto en la sala de prensa. También a la gente de prensa por tratarme como a uno más de la familia. Con un poco de suerte, el año que viene seguiremos dando guerra.

Texto: Ángel Martínez Palomares
Fotografías: GR Valencia

 

- Advertisment -spot_img
REDACCIÓN
REDACCIÓNhttp://www.lagramoladekeith.com
Redacción, La Gramola de Keith.
- Advertisement -spot_imgspot_img
- Advertisement -spot_imgspot_img