El festival veraniego Santander Music cuenta ya con su novena edición. Un festival que se celebra en la Campa de la Magdalena, una de las zonas con más encanto del norte que cuenta con unas vistas espectaculares rodeados de naturaleza, y con un recinto cuidado al máximo detalle con sus zona de food trucks, marquet y una zona de auténtico privilegio en las zonas premium, a un nivel que se escapa del resto de los festivales. Pero todo no puede ser tan perfecto, hay que esperar a que el tiempo acompañe, que aunque sea verano en Santander suele hacer fresquito por la noche y esperar a que no llueva, que por desgracia lo hizo durante el último día del festival.
El californiano M. WARD fue el encargado de abrir los conciertos del primer día del festival. Comenzó puntual con una temperatura demasiado elevada para lo que están acostumbrados en esta ciudad por estas fechas. En solitario, acompañado de su guitarra acústica y haciendo valer su técnica fingerpicking que tan le caracteriza, así comenzaron a sonar las primeras melodías de su guitarra, en las que sólo los curiosos y amantes del blues, country y folk americano se atrevieron a acercarse a primera fila. A destacar, canciones de su último disco “More Rain” sobretodo “Girl From Conejo Valley” y “Temptation”. Una lástima que se presentase en solitario, un formato difícil de encajar en un festival, aunque tampoco ayudó demasiado el horario. Buena prueba de ello mostró el señor Ward cuando a mitad de su actuación lo vimos terminarse su café mientras sonaba un sampler de guitarra.
Pasamos del estilo americana del señor Ward al rock&roll en castellano de LOS DELTONOS, una buena manera de enlazar y continuar, esta vez a una hora más agradable y pisando el acelerador a fondo. Ritmos pegadizos y a toda mecha, con una serie de riffs rock&roleros con los que como mínimo, te hacía seguir el ritmo con el pié, y a los más fans, directamente a cabezazo y guitarrazo limpio. Buena manera de caldear el ambiente y de hacerte quitar la chaqueta que muchos preparaban para el fresquito de la noche, que parecía no llegar (y no llegó).
Los que si llegaron, y de que manera, fueron los catalanes SIDONIE, el plato principal de la noche. Comenzaron fuertes con “Os queremos”, aunque poco tardaron en mostrar el credo de sus directos, el amor desmesurado por todo. Y es que a estos maestros de la actuación les gusta provocar al público, hacerlos bailar y desinhibirse. Se muestran cómodos en esta faceta. Eso si, van sobrados de calidad , con una armonía muy trabajada en la mayoría de sus canciones, una voz magnífica y gran facilidad para interpretan sus canciones en directo. Todo no es jolgorio. Sonaron “Bailemos”, “Siglo XX”, “Carreteras Infinitas”, “Te quiero”, “Estáis aquí”, “Sierra y Canadá”, “El Bosque” con solo incluido, y el ya típico baño de masas con “Un día de Mierda”. Una sucesión de grandes canciones con las que puede que no necesitaran montar el gran show para hacer disfrutar a la gran mayoría de sus seguidores.
NOTHING BUT THIEVES fueron la gran sorpresa de la noche. Rock de altos niveles con una voz superdotada. Empezaron con problemas serios de sonido con uno de los guitarristas, pues no había manera de hacer que sonara, aunque no por ello pararon el concierto, y así hasta la cuarta canción cuando se solventó el problema y se dejaron llevar por todo lo alto. Una cualidad innata con la voz de Conor Mason y una edad insultante en los miembros de este grupo de ingleses, que dieron paso a la última actuación de la primera jornada.
Llegó la hora del frenesí y de los cortes más bailables de la noche con ROOSEVELT, que solo los más valientes permanecieron en la “pista de baile”. Una manera de cerrar la noche muy acertada, con un espectáculo visual que invitaba a incluso a los ya sentados en las zona premium y zona de descanso a seguir la actuación en las grandes (al lateral del escenario) y pequeñas (en la zona premium) pantallas y a seguir el ritmo como aquel que no quiere la cosa.
Texto: Rafa Calatayud
