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jueves, marzo 28, 2024

Crónica del MTV Winter 2010

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Hay días en los que uno se siente orgulloso de vivir donde vive y ayer era uno de esos días. Esos días en los que uno se siente un privilegiado y es que desde el año 2005, cuando gracias a aquella pareja de Sheffield descubrí a esa pedazo de banda llamada Arctic Monkeys bastante antes de que grabaran su primer disco llevaba soñando que actuaran en mi ciudad y cinco años después se cumple y vienen gratis. ¿Qué más se puede pedir?
La verdad es que la noche se presagiaba grande, llena de rock y buen rollo y así fue. Además, pese a las previsiones de lluvia, el cielo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias tan solo dejó caer unas cuantas gotas a lo largo de la tarde. Yo llegué al recinto a eso de las 17.15 con mi hermano y la gente lucía sus paraguas temiendo lo peor, pero esos paraguas no llegaron a desplegarse salvo uno en el que habían frases escritas en inglés tales como Alex do me (Alex hazmelo) o Suck my dick, frase que prefiero no traducir. En general el ambiente era muy similar al de la noche del día 5 en el Palacio de Vistalegre con gente de todas las edades aunque en esta ocasión la cosa fue un poco más radical ya que, al ser gratuito, habían niños que no tendrían más de 12 años, algo en mi opinión criticable ya que, ¿qué menos que ir acompañados de un adulto? pero la noche transcurrió sin incidentes.

Tras casi tres horas de espera, se cumplían las 20:02 cuando salió a escena el presentador de la MTV Johann Wald para introducir a la primera banda de la noche, los valencianos Fuzzy White Casters. Si el año pasado me quedaba boquiabierto al ver actuar a Polock, lo de anoche no fue para menos. Ya os había hablado brevemente de ellos hace unas semanas pero ayer me quedé maravillado con esos cuatro tíos que supieron estar a la altura de las circunstancias aprobando con nota. Sólo tocaron cinco temas (creo recordar que lo mismo sucedió con Polock en la edición anterior) pero lo dieron todo en esas cinco canciones mezclando rock independiente y electrónica de forma magistral y demostrando que para encontrar grandes grupos de rock en inglés no hay por qué cruzar el charco o irse a las islas británicas. Tan sólo un metro detrás de mi posición se encontraban un grupo de chicas y chicos con unos carteles en los que se podían leer las siglas del grupo FWC, algo que podréis ver en el video que acompaña esta crónica. Tengo la suerte de haber hablado con los Fuzzy White Casters un par de veces por Twitter y la verdad es que son un tios majísimos, con los pies en el suelo y que estoy seguro de que van a dar muchísimo que hablar. Yo, por lo menos pienso estar muy atento a sus movimientos.

La segunda banda eran casi unos desconocidos para mí, los Lightspeed Champion. Cuando me enteré de los grupos que completaban el cartel de la edición de este año me puse manos a la obra y estuve escuchando los discos, viendo videos en youtube… y de las cuatro bandas, Lightspeed champion fue la que más me sorprendió ya que jamás había oido nada de ellos y también debido a sus componentes ya que es muy raro hoy en día encontrar bandas de rock con un cantante de color, solo me vienen a la mente dos: Bloc Party y Ocean Colour Scene, también es extraño (aunque no tanto) encontrarse a una chica en el bajo y otra en la batería. Me llamó también la atención la estética del cantante, Devonté Hynes, con unas gafas dignas de Buddy Holly. Las canciones que había oido de esta banda eran muy lentas todas y me preguntaba si una banda como esta pegaría en una noche así y la verdad es que si que estuvo a la altura mezclando temas animados con otros más lentos y alguna versión como la de It won’t be long de los Beatles que la verdad es que fue uno de los momentos de la noche.

Tras los Lightspeed Champion les llegaba el turno a los Mystery Jets, la banda de Londres que hacía 8 días me había dejado un sabor de boca algo regular y que anoche me gustaron más y fue agradable el descubrir que mucha de la gente que tenía a mi alrededor se sabían sus canciones y es que hay que ir preparado a los conciertos jaja. Tocaron exactamente los mismos temas que en el Palacio de Vistalegre y fueron despedidos con una sonora ovación reconociendoles la gente que eran unos dignos teloneros para lo que sería la explosión rockera de la noche, los Arctic Monkeys.

Tras casi media hora de preparativos con el escenario lleno de humo para que no se distinguieran las siluetas de los de Sheffield al salir al escenario, sonaban los acordes de Dance Little liar, canción con la que abrieron las tres actuaciones que la banda ha dado en nuestro país. Y es que esa es una de las críticas que tengo para la banda de Alex Turner. El que hicieran el mismo repertorio en las tres ciudades da la sensación de mecanicismo (la verdad es que no sé si esa la palabra), de que los conciertos son algo automático y que no hay lugar a la improvisación o a regalar a cada ciudad un tema distinto. Aunque con esto lo que pretendo es hacer una critica constructiva (aunque evidentemente sé que esto no lo van a leer ellos) y la verdad es que musicalmente me gustó más la actuación de anoche que la de la semana pasada en Madrid. Cada día tengo una mayor admiración a Matt Helders, un batería que si sigue por este camino podría estar en una de esas listas que incluyen a John Bonham, Charlie Watts o Keith Moon como mejores baterías de la historia del rock. Y es que el batería es el que marca el ritmo, el que si se equivoca puede hacer que el cantante entre tarde o que el guitarrista pierda el sitio en la canción y Helders no falla una. Es algo que yo sólo había visto en Charlie Watts, batería extremadamente preciso de los Rolling Stones.

En fin, que fue otra gran noche de rock en un paraje increible como es la Ciudad de las Artes y las Ciencias y sólo me queda hacerles una sugerencia a los de MTV para el año que viene: Los Strokes están grabando disco nuevo. Pensarlo jajaja. Os dejo con unos video de anoche.

 

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Mike
Mike
Director y fundador de La Gramola de Keith. Apasionado de la música y camarógrafo y editor de video a tiempo parcial en Nanuk Audiovisual Studio.
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