Como cada año por estas fechas, Benicàssim multiplica por mucho su población debido a la celebración del Festival Internacional de Benicàssim, que este año cumplía 22 años. Un cartel ecléctico, como siempre, este año con claro predominio de la electrónica en los nombres más grandes, pero también con grandes bandas y alguna que otra sorpresa, como siempre, en los nombres «pequeños».
El primer día de festival fue el jueves 14, y se abrió con la actuación de los castellonenses Ruth Baker Band, con la imponente Amparo Jiménez a la voz, y acompañada de una banda que bien podría haber estado en uno de los escenarios grandes. Pero les tocó la carpa del escenario Radio 3, por el que pasarían la mayoría de los grupos nacionales. La banda venía presentando su último lanzamiento «Changing My Way» y se marcó un gran concierto cuando la gente casi ni había entrado al recinto.
Al acabar nos desplazamos al escenario J&B para ver a una de las apuestas del Deleste Festival para su edición de este año, que también tocaba en el FIB. No son otros que Perlita, que mostraron al escaso público su indie-dance bailable. Algo más de gente había viendo a Fuckaine y su post-punk, pero en general el público durante la primera jornada se agrupó exclusivamente en los dos escenarios «principales».
Soulwax fue el primer plato fuerte de la noche, ya con poca luz, con bastante más público (mayoría extranjera), e impidiendo a los fotógrafos acceder al foso para hacer fotos. La sala de máquinas de los hermanos Dewaele arrojaba hits como «E-Talking», «Miserable Girl» o «NY Excuse».
La dolorosa parte de los solapamientos la sufrieron Extraperlo, que ante una «media entrada» en el escenario Radio 3 regalaron su indie-electrónico con temas como el tropical «Entre las Plantas» o el más reciente «Algo Distinto».
Skepta puso la nota discordante del día con su grime, ya que se pasó el concierto quejándose de todo, menos del momento en el que una espontánea subió (no sabemos aún cómo) al escenario. Fans de Wiz Khalifa, Kendrick Lamar y Snoop Dogg fueron felices esa noche. Pero mucho ruido y pocas nueces. El londinense no consiguió transmitir lo que sí haría el americano Lamar en la última jornada. Uno de los que me «sobraban» en el cartel.
Para desintoxicarnos nos desplazamos al escenario Radio 3 a ver al «Grupo sorpresa». Lo que nos encontramos no servía para desintoxicarse, desde luego. Las Weers (es decir, las HINDS, con otro nombre) subían al escenario con el neón luminoso «Hinds» a sus espaldas. En cuanto el público conoció la identidad del grupo sorpresa corrió a verlo, y la verdad es que (casi) llenó la carpa Radio 3. Eso sí, el show de las madrileñas fue exactamente el mismo que darían al día siguiente en el escenario principal, por lo que nos ahorramos el verlas dos veces. Con «Chilli Town» o «Bamboo» el público se movió de lo lindo, mientras los detractores de esta banda se preguntaban por qué justamente ellas debían tocar dos veces en un fesstival de este calibre y en dos días consecutivos.
Y llegábamos al final de la jornada con el plato principal: Major Lazer. Este compendio de sonidos tribales, rap, electrónica convenció y decepcionó a partes iguales en la pasada edición del Rototom Sunsplash, y este año volvían al mismo recinto para resarcirse, y se marcaron un cuadriculado set en el que introdujeron, además de sus archiconocidos «Watch Out for This (Bumaye)», «Jah No Partial» o el quemadísimo «Lean On», unos guiños a la música latina con temas como «Gasolina». ERROR. Error clamoroso. Eso sí, los (a esa hora de la noche) alcoholizados asistentes gozaron como un adicto cuando se le pasa el mono. Un cierre agridulce para una jornada bastante pobre en cuanto a asistencia, pero que superó la del año anterior en su primer día. Primer minipunto para el FIB.
