LOS GLURPS!
No importa que sea jueves, ni día laboral, toca cenar punk y los asistentes van apareciendo con mucha hambre.
En un Loco de momento poco habitado, sin previa aclimatación, se levanta el telón a berridos..garage crudo, autóctono ¡arrancan los Glurps!!
Como de repente van hipnotizando a un público que va apareciendo entre la maleza, se escucha la llamada…
¡La criatura se despertó! (literalmente) tema de su segundo álbum, con el que la banda comienza a caldear el ambiente.
Vemos patillas, flequillos, botines, los habituales integrantes en sus puestos, y como novedad la incorporción de The question boy al teclado, con unas gafas sesenteras al estilo Willy Wonka. Todos engalanados y listos para el festín.
Sin tregua, nos transportan rápidamente a su reciente Lp “8minutos 28 segundos de mamporros” editado por el sello Jaguar y lanzado el pasado mes de Julio. Suena “Cariño”, y el inquieto frontman no duda en surfear sobre el altavoz y saltar al público a contagiar la juerga. El último disco no deja de rodar, arrancan con “Ella es mi chica”; gamberra versión de “She is my woman” de los Crusaders.
De vuelta a las alturas, escuchamos el genial “Amor amargo” de Bruno Lomas y el clásico “Cenicienta”, de los todopoderosos Sonics. Y no fue la única adopción (spanish versión) que sonó durante la actuación; donde también pudimos escuchar un fantástico cover de “Don’t send me no flowers” de los Breakers, bajo el nombre de “No estoy muerto”, tema recogido en su último trabajo. No podía faltar el ya clásico himno de los trasfondos rockanroleros, aquel con el que nos pervirtieron en el disco “Yeah”, nada menos que “Fuzz en vena”.
Por si queda alguien frío en la sala desentierran a Johnny Thunders y nos plantan un “Born to lose” a la española, realmente espectacular. Provocando unos de los momentos álgidos del show.
Sin tregua, ya está sonando el pegadizo “No quiero no puedo”, donde el ruido incrementa y nos dejan gozar de unas cuantas genialidades guitarreras y primitiva batería a mamporros, haciendo honor al nombre de su último trabajo.
En fin, una rica macedonia de sus tres discazos y acertadísimos covers, adornados con sus habituales gritos y sonidos trogloditas.
Para ir acabando, sacan carcajadas al público recordando a Dr.explosión con ese “Eres feo chaval, te dice tu mama…”. Entre cachondeo y bailes se escucha una onomatopeya, se imita y se corea ¡todos a cazar mamut!
Uh pa pa pa pa pa pa pa pa pa pa uh
¡Bravo!
DICTATORS NYC
Llegó la hora ¡y ahí están ellos! Old school punk, desde el Bronx; los impresentables, por sus pintas y por que no necesitan presentación alguna…¡son los Dictators NYC!
Se palpa el nerviosismo y los asistentes se reubican a orillas del escenario, comienza el terremoto.
En la alineación encontramos a Ross “The Boss” Friedman a la guitarra y JP «Thunderbolt» Patterson a la batería, miembros fundadores de la banda; a la cual se sumaría como bajista Dean «The Dream» Rispler, ex componente de The Murphy’s Law y como segunda guitarra Daniel Rey, magistral músico vinculado a los Ramones; con quienes trabajó como productor y compositor de varios de sus clásicos.
Para poner la guinda al pastel, la gamberra voz de otro de los componentes originales: el inconfundible “Handsome” Dick Manitoba. Tal vez no sea el más guapo pero sí el tipo más chulo y con más actitud que he visto en mi vida.
Sale como un púgil al cuadrilátero, lanzando besos al público y presentándose frente a nosotros. Con la actitud más desafiante procede en español: “nosotros-somos-los–dictadores” “desde Nueva York-Nueva York”.
Sin concluir la frase, suena un redoble de batería; que mejor comienzo para arrancar con garra que el mítico tema compuesto por Andy Shernoff “New York, New York”.
El carísmático frontman con un gorro del Bronx, gafas de sol y más anillos que dedos, nos da la espalda mostrándonos su derruida chupa de cuero, donde aparece el lema “Dictators NYC”. Nos anima a que le saquemos fotos, se recrea, se gusta y a nosotros también nos gusta su paripé yankee; el público comienza a desfogarse.
Con la boca muy pegada al micrófono, se deja acompañar de algunos coros por parte de sus compañeros, con quienes no puede ocultar su máxima compenetración.
Sin dejar concluir la canción, retoma su español a grito pelado: “!la fiesta empieza ahora¡”.
Intuimos el próximo tema: “Party starts now”. Ese hit de su álbum “And you?” con el que debutaron allá por los noventa los Manitoba’s Wild Kingdom.
Copiando el gesto de sus teloneros, el líder no se lo piensa dos veces y se sube al inestable altavoz a marcarse un surf.
Nos mira desafiante, mueve sus caderas y comienza “The next big thing”, donde los coros del público juegan un papel imprescindible con la espectacular destreza de los músicos.
Manitoba, nos cuenta con disfrazada nostalgia, aquel punk de juventud, aquellos años que, confiesa recordar algunas noches antes de dormir. Recuerda la ciudad de Nueva York, sus juergas, sus calles y…sí, también recuerda la Avenida A!
Comienza uno de los temas más aclamados, ese clásico “Avenue A”. Momento idóneo para sudar y mezclarse con el público, romper barreras, por que “el punk va de eso” afirma, “todos tenemos que ser iguales”.
A pesar de convertirse en el foco de atención, el resto de integrantes no pasan desapercibidos desde el escenario, continuando con un infinito tema en el cual se recrean durante varios minutos puramente instrumentales.
El espectáculo continua con un hit tras otro, himnos como “Haircut and Attitude” o “Who will save rock and roll”, con pentagrama más clásico pero igual de enérgico.
También hubo ocasión para “Minnesota Strip”, “Slow death” de los Flamin’ Groovies y la prolongación de éste con eternos solos y punteos, de esos de cerrar los ojos y viajar en Harley por los 70.
“Baby let’s twist”, como no podía ser de otro modo, hace crecer de nuevo a la audiencia y Manitoba se vuelve a mezclar con el público dando lugar a muchos saltos, bailes y a un pequeño incidente que causó el momento más tenso de la actuación.
Uno de los asistentes comete el infortunio de quitarle al cantante su intocable gorro del “Bronx”, haciendo que éste se enfadara (de verdad). Se enfada con él, con la situación y con el público en general; volviendo indignado al escenario y dedicándonos un “Fuck you all!” de lo más veraz y desconcertante.
Tras unos instantes de confusión, donde la naturalidad del resto de músicos amansa el ambiente; el frontman se disculpa por su temperamento y da una lección de respeto, muy a la americana. Pero ¡ya estaba de buen humor! Somos sus amigos y estamos pasándolo bien ¡la fiesta tenía que seguir!
Y como si nada hubiera ocurrido, así fue; se arrancaron con un poderoso “Kick out the jams” de MC5, banda en la cual formó parte a principios de los 2000.
Fueron elevando el listón canción a canción, arropados por un entregadísimo público progresivamente eufórico y desinhibido, sin ganas de despedidas.
Dicen ser como Peter Pan, nunca morirán y seguirán tocando rock&roll por siempre. Suena “Faster and louder”, “Search and destroy” de los Stooges y demás clásicos aplastantes; no pueden parar.
Finalmente se despiden de un enérgico concierto de compases acelerados y, aclamados por la audiencia, salen de nuevo a regalarnos un apoteósico “Stay with me”.
Y sí, nos quedaríamos con vosotros, con mucho gusto.
¡Nos prometen volver el año que viene! Esperamos que así sea, por que es todo un privilegio.
¡hasta siempre, motherfuckers!
Texto y fotos: Claudia Torán
