El Columpio Asesino, tras un concierto intermedio en Logroño, volvía a Madrid, a la misma sala pero con distintos acompañantes y poder dar otra oportunidad a aquellos que no pudieron asistir el pasado día 14 a la Sala But.
Los encargados de arrancar la noche fueron Trajano!, trío madrileño de post-punk que apareció en 2011 con un EP bajo el nombre de Terror en el Planetario y que en 2013 publica su primer trabajo de larga duración, Antropología, grabado en los estudios Rubben Tracks de Broklyn (NY).
Son jóvenes y eso se nota sobre el escenario, porque estos tres tíos no paran quietos zarandeando su cuerpo como el mismísimo Ian Curtis. Su directo fue arrollador, en vivo son mas contundentes y nos dejaron con con los oídos calentitos y los focos apagados para las sorpresas que nos esperaban esta noche. 100% recomendables.
El Columpio Asesino volvía a recibir por segunda vez la ovación de la sala en poquito tiempo con el inicio de “Babel”, tema elegido para comenzar el setlist de su gira Ballenas Muertas En San Sabastián. Todo sonando en su sitio, dentro de una caña sostenida y minimalista, controlando algo que va poco a poco tomando fuerza y sube La China (cantante de Cycle) para dar una vuelta de rosca mas a todo con Entre Cactus y Azulejos.
El grueso del concierto se desarrolló en base a su último trabajo Ballenas Muertas En San Sebastián, disco que refleja el clima de distorsión social en el que estamos inmersos, sin dejar de lado canciones de sus anteriores álbumes como Motel, Diamantes o Arpón de Grillos.
La Marca En Nuestra Frente Es La De Caín fue el tema elegido para que saliera al escenario León Benavente, gran sorpresa de la cita a modo de celebración por su reciente premio de El Ojo Crítico de Música Moderna 2014 de RNE. Poquito antes Cristina le cedía su Fender para que Luís, guitarrista también de León Benavente hiciera lo propio con el tema mas conocido de los de Pamplona, Toro, como falso cierre.
Lo pasamos en grande, la noche fue fantástica, y ni los problemas técnicos en la guitarra de Cristina en ciertos instantes del concierto tuvieron importancia porque para terminar todos los protagonistas de la actuación volvieron para invadir y llenar el escenario, incluso Raúl Arizaleta cambió su guitarra a Luís de León Benavente por una cervecita y disfrutar de la como hicimos todos.
Texto y Fotos: Pablo Quejigo
