25.4 C
Valencia
jueves, abril 25, 2024

Badlands – Presentación de gira 2018 por todo lo alto

-

Cualquiera que pasara por la puerta de la Sala Russafa el pasado 23 de marzo pensaría que lo que allí iba a acontecer era el estreno de una obra de teatro protagonizada por algún actor famoso, o la presentación del nuevo disco de alguien del mainstream. La larga cola a la entrada y los carteles sobre-impresionados con el siembre deseado «SOLD OUT«, doble además, así lo daba a entender.

La realidad es que estaría completamente equivocado, salvo que fuera capaz de ver el futuro, ya que lo que nos congregaba allí era la presentación de gira de unos «chavales», algunos más que otros a nivel físico pero, seguro, todos de espíritu. Y lo digo así, entrecomillado, porque resulta aún más impresionante que tanto talento quepa en cabezas y cuerpos tan jóvenes. Vale, podéis pensar que se me ven los colores y que llevo tatuado el nombre de Badlands en el pecho pero os equivocaríais, ese es otro, yo sólo me he hecho un defensor acérrimo de sus colores, me he enfundado su camiseta y he colgado su bandera en mi balcón.

Una vez dentro y ya ubicados en nuestras butacas, pasaban las 20:30 cuando el movimiento de unas siluetas en el escenario arrancó el primer aplauso del público. Con el telón de fondo proyectando una serie de diapositivas centenarias rescatadas de la familia de Guillermo Giner, uno de los guitarristas de la banda, y con un cálido escenario ideado por Jessica Bataille, empezaron a sonar los primeros acordes de la que iba a ser una de las noches más especiales para Badlands, y para todos los que estábamos allí presentes.

Tras esa «Middle of the Road», que podremos disfrutar en su próximo disco, se fueron entrelazando temas de los anteriores EPs con los del «Handmade Pieces». Poco a poco iba aumentando la intensidad, aunque comedida puesto que debían guardar energías para poder hacer frente a todo el primer y segundo pase, y para ello echaron mano de una inmejorable colaboración: las geniales Femme Fractal. Junto a Isabel Latorre al teclado, Marta Burgos al cello y Monty Peiró a la guitarra, interpretaron una emocionante, más si cabe, «Hadrianne Bridge«.

Tras despedir a las Femme Fractal, las cuales os recomiendo muy fuerte que no os perdáis en alguno de sus directos, volvieron a la sucesión de temas de anteriores trabajos, en los que May Ibáñez fue ganando en presencia y haciéndose con la atención de todo el patio de butacas a medida que su voz alcanzaba la temperatura de máximo rendimiento, y vaya rendimiento. Para mí una de las mejores voces de Valencia, y lo que está por llegar.

A estas alturas ya podíamos ver que la maquinaria de toda la banda estaba engrasada y eso se notaba en la comodidad con la que se desenvolvían en el escenario. Por un lado podías ver a Andrés Marco bailando a horcajadas sobre su fiel contrabajo y a Guille acariciando su guitarra, mientras Raúl Pruñonosa pellizcaba su banjo ejecutando rolls y Rafael Adrián hacía fácil eso de tocar el teclado, el violín y cantar a la vez. Todo eso aderezado por el desparpajo de todos ellos, ya que en más de una ocasión nos arrancaron una risa.

Transcurrida prácticamente la primera mitad del concierto se apagaron todas las luces del escenario salvo un foco iluminando la batería, momento en el que Ben Wirjosemito nos deleitó con un magnífico sólo, demostrando que los Badlands van a poder sacar mucho jugo exprimiendo sus baquetas. Distracción que fue aprovechada por May para retirarse brevemente y dejar que Ben, Raúl, Guille, Rafa y Andrés  interpretaran «Landfill».

Tras este receso volvió May a la vez que Andrés, Ben y Guille la dejaban liderando a Raúl y Rafa para interpretar, de una manera íntima, «Longest Day» (de Megafaun) y, una novedad en su setlist, «Tenesse Ride».

De nuevo con la banda al completo sobre el escenario, disfrutamos de «Howl» que vino seguida de «Wooden Countries» y una versión de «Colorado» (de Paper Bird), ambas junto al armonicista Ángel Vera, que les robó un poco de protagonismo con su destreza y sus armonías. Por momentos era como una segunda voz, aunque más bien cuarta o quinta si tenemos en cuenta a todos los Badlands que hacen coros. Un pequeño descanso para Ángel, en el que interpretaron «Gunslinger», y continuaron apoyándose en su armónica para dar vida a «Call Me Fire» y «Fourteen Rivers, Fourteen Floods» (versión de Beck).

Había pasado más de una hora y media de concierto sin darnos cuenta, en la que habíamos caído hipnotizados por su música, ayudados desde el escenario por Miguel Izquierdo o desde la sombra por Álvaro Plumed, en la mesa de sonido, y por las luces acompasadas por sus notas a manos de Jaume Rausell, y llegaba el momento de los bises. Cómo no, no podía haber mejor manera de acabar que con «Javaline Road» y con «Weak Men Cherish (Oh, Lord!)».

Pero no podían irse de esa manera, la gente les pedía más, así que volvieron al escenario, nos pidieron que nos levantáramos y nos acercáramos a ellos y, en medio de lo que ya se había convertido en una completa fiesta, pudimos bailar y cantar «Walking On Sunshine» (de Katrina & The Waves). Vaya espectáculo.

¡Hasta la próxima, Badlands!

Texto: Jorge Jordán

- Advertisment -spot_img
REDACCIÓN
REDACCIÓNhttp://www.lagramoladekeith.com
Redacción, La Gramola de Keith.
- Advertisement -spot_imgspot_img
- Advertisement -spot_imgspot_img