La temporada de festivales siempre viene presidida por los carteles del FIB, Mad Cool, BBK, Primavera Sound y un largo etcétera. Pero algo que no tenemos en cuenta, son los eventos tan nuestros como las fiestas patronales de los pueblos. Éstos siempre vienen acompañados de conciertos con artistas de diferentes disciplinas. Es muy normal que con la oleada de festivales que estamos viviendo en estos tiempos, muchos de esos pueblos se quieran subir al carro.
Con unos carteles mucho más humildes que los anteriormente citados, estos pequeños festivales suelen traer entre tres y cinco bandas para cubrir un día en la programación de las fiestas. Muchos de estas bandas suelen ser grupos locales que en muchas ocasiones se convierten en una gran sorpresa para el público. La estructura es simple pero muy efectiva. En ocasiones es mucho más disfrutable un festival de estas características al no estar tan tremendamente masificado y el acceso, como a la barra o al servicio, es prácticamente inmediato.
Dicho todo esto, de entre tantos conciertos ofrecidos este verano, queremos destacar el festival que pudimos disfrutar el 24 de agosto en Las Pedroñeras (Cuenca). Lo curioso de todo esto, es que este festival nació hace ya más de dos décadas, pero en 2003 celebró su última edición. Nos referimos al festival Ajo Rock, un festival que ha contado en pasadas ediciones con grupos como Mägo de Oz o los ya extintos Sugarless. Siempre reivindicando el rock estatal, Ajo Rock nació casi a la par que el festival celebrado en Villarobledo, Viña Rock (apenas 20 km separan ambos pueblos). Quizás la promoción de este último produjera que a día de hoy se convirtiera en uno de los festivales de rock nacional más importante.
Ahora 15 años después de su última edición, Ajo Rock ha vuelto, pero esta vez es para quedarse. Con grupos locales como Kover, grupo que versiona grandes clásicos clásicos de la música española, A.M.A.R. (Asociación de Músicos del Ajo Rock) compuesto por algunos de los organizadores del evento, y los castellonenses Dry River, cuyo cantante Ángel Belinchón, es también originario de este pueblo. El festival fue un auténtico éxito gracias al interés y el apoyo del pueblo. Si esto sigue así, es posible que dejemos de reivindicar los pequeños festivales con el Ajo Rock por haberse convertido en un gran referente del rock nacional. El tiempo lo dirá.
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