25.4 C
Valencia
sábado, abril 20, 2024

9 de marzo (II)

-

Con la consciencia global generada por el movimiento #MeToo, una no puede dejar de preguntarse si en el rock y en la escena local tendremos también nuestra propia historia al respecto ¿Hay acoso sexual, coacciones y/u hombres aprovechándose de su posición de poder para abusar sexualmente de otras personas? Mucho me temo que sí. He visto y me han contado situaciones que, adaptadas al nivel local, se parecen mucho a las que todos hemos escuchado últimamente sobre Hollywood y creo que es el momento de hacer algo.

Sabemos (y si no, pregunta a tus amigas) que en nuestra escena hay algunos músicos, técnicos o productores que acosan a mujeres, que intentan emborrachar a fans algunas menores de edad) con oscuros fines y que se propasan con mujeres o lo intentan, muchas veces en público, a la vista de todos y con total impunidad. No es un caso aislado ni dos y su carrera musical no se ve afectada por el hecho de que sean acosadores sexuales o cosas peores. Músicos que jamás disculparían en sus compañeros ideas racistas o nazis, toleran, sin embargo, compartir banda con acosadores, disculpándoles a veces con un «se pasa un poco con las tías pero en el fondo es buen chico» y similares. Necesitamos empezar a actuar juntos contra esto. Dejad de disculpar a esta gente: no toquéis con ellos, no seáis conniventes, reprendedles, dejad de quitarle hierro. Esto es muy grave.

Las mujeres, entre nosotras, compartimos estas informaciones en privado, nos vamos advirtiendo unas a otras, nos protegemos y acudimos a rescatarnos cuando vemos a uno de estos en actitud de flirteo con alguna amiga. Sin embargo, no nos atrevemos a dar nombres ni a hablar de esto públicamente porque sabemos lo que, probablemente, sucederá a continuación: se nos cuestionará, se nos someterá a un escarnio público, se nos llamará exageradas, se nos acusará de querer hundir la carrera de un talentoso músico, se dirá que lo hacemos para obtener popularidad y en una escena tan pequeña como la nuestra, esto puede implicar llevar de por vida una letra escarlata, si no una denuncia por difamación.

Sin embargo, todos y todas sabemos quiénes son. Empecemos por no quedarnos callados ante cualquier situación de acoso que presenciemos. Podemos y debemos acabar con esto.

* Si tienes una historia que contar, puedes hacerlo de manera anónima a este email: 9demarzo@lagramoladekeith.com. Me gustaría publicar estos testimonios (siempre que des tu permiso y omitiendo cualquier dato que pueda identificarte a ti como víctima y a tu agresor).

- Advertisment -spot_img
- Advertisement -spot_imgspot_img
- Advertisement -spot_imgspot_img