Si bien es cierto que me había propuesto escribir el primer articulo del año sobre alguna cuestión más positiva me parece que al final no va a poder ser. Los últimos titulares dedicados a Madonna han hecho saltar todas las alarmas y es que parece que la industria musical la está invitando a irse. Porque claro, una mujer sexagenaria debería estar en casa haciendo ganchillo y no bailando pole dance. Esto me sirve como excusa para introducir el tema de la fecha de caducidad que se nos impone a las artistas (aunque esto es extrapolable a cualquier otro ámbito de la vida). Los medios opinan que Madonna, que ha tenido que cancelar su última gira, “no acepta los límites físicos de su edad”. Nadie se plantea que se pueda tratar meramente de una lesión de rodilla de la cual, independientemente de sus 61 años, podrá recuperarse.
Otro gallo cantaría si se tratara de un hombre. En marzo de 2019 los Rolling Stones anunciaron la suspensión de su gira debido a los problemas de salud de Mike Jagger. En este caso, en los medios no se especifica la dolencia del cantante y aunque sí hacen referencia a sus 75 años de edad lo hacen para después alagar su fortaleza de seguir en los escenarios a tan avanzada edad: Qué grandes son los Rolling, con 70 años y dando caña aún! Nadie se plantea juzgar las capacidades de los septuagenarios Stones, en cambio sí que nos podemos permitir poner en entredicho las capacidades de Madonna que tiene aún 60 y no solo eso sino que nos creemos con la legitimidad de fijar sus propios limites. Madonna ya ha caducado y solo merece titulares que hablen sobre lo que esconden sus guantes, sobre las arrugas de su cuello y sobre el bastón que usa para andar desde que se lesionó.
Madonna, a parte de ser cantante es también productora, actriz, diseñadora de moda, escritora y directora cinematográfica. Casi cuarenta años de carrera que se están viendo invisibilizados y frustrados por culpa de ese orden de las cosas que habéis establecido contra las mujeres. Casi cuarenta años de carrera para que los señoros casposos de la industria musical te inviten a irte por la puerta pequeña.
Los homenajes en vida, por favor.
