La Llimera es, ya de por sí, un espacio peculiar: un lugar para más de 100 personas totalmente diáfano. Las paredes blancas están desnudas de cuadros (cosa que es rara). Y la luz es mínima cuando suben al escenario Red Tree. Los castellonenses vienen a Valencia presentando su primer EP (el cual viene incluido en el precio de la entrada).
Empiezan el concierto fríos, como si estuvieran ensayando. Es la gente los que los va animando de a poco. Suenan los dos singles que dieron a conocer en su bandcamp y ahí se los ve más sueltos, más seguros. Cuando acaban «Paradise» y «Monsters» (de letra muy recomendable) estallan todos en aplausos.
Un concierto de domingo por la tarde en el cual me dejaron la (amarga) sensación de que podrían haberlo hecho mejor. No musicalmente ya que fueron correctísimos, sino entregándose más contagiándose de ese público (más de 40 personas, más o menos) que sí lo dio todo. Porque cuando llegué a casa me puse a escuchar el EP y lo comprobé: Red Tree lo pudo haber hecho muchísimo mejor. No sé si fue el día, no sé si fue la sala. Como anécdota (mala) de lo último puedo hablar de un «técnico de sonido» ausente al cual los músicos, y luego el público gritando, tenían que avisarle que iba a haber un cambio de guitarra y necesitaban esa guitarra muteada.
Con la mano en el corazón vuelvo a repetirme: el EP es bueno, muy bueno, pero el grupo que vi no era Red Tree. Le faltó algo. Y a mi me faltaría volverles a ver para poder comprobar si es que fue el día, si es que fue la sala o lo que sea que haya sido que no acabó siendo como esperaba.
