Como bien sabéis este domingo 31 de enero se celebra la final de la séptima edición del Vinilo Valencia, concurso de referencia dentro de la escena musical valenciana.
Holy Paul, La Bière Ganchosa y Testarosa son las bandas finalistas de esta nueva edición, segunda que se lleva a cabo en La Rambleta. Es la primera vez que la final se realiza un domingo a mediodía y si la metereología acompaña favorablemente al evento se desarrollará al aire libre, en la terraza y si no es así, el concierto se trasladará a la RamClub, recinto que ha acogido las semifinales. Además de las bandas también estarán Obleas Djs poniendo la música antes, entre y después de los conciertos.
Conscientes de la importancia del concurso para las seis bandas que ganaron anteriormente, les hemos preguntado qué supuso para ellos ganar el concurso y esto es lo que nos han dicho.
«Recuerdo que antes de Vinilo sólo había tocado tres o cuatro veces en solitario. Tenía muchas dudas sobre el directo, de hecho no me lo planteé en serio como proyecto real, entendiéndose una persona contra el mundo, hasta que se reconoció como algo que merecía la pena, y eso lo hizo Vinilo Valencia.
Para mí significó entrar en la escena local valenciana de verdad, y un punto de partida importante para seguir caminando. Sin estas iniciativas algunos comienzos ni siquiera existirían.»
Joni Atequera (Amatria), ganador de la primera edición.
«Para nosotros fue una inyección de moral muy potente. Llevábamos muy poco tiempo como banda y nos hizo afrontar el proyecto con mucha fuerza.
A los pocos meses de aquello, tomamos decisiones muy importantes que nos han llevado a disfrutar mucho de este proyecto»
Borja Mompó (Modelo de Respuesta Polar), ganador de la segunda edición.
«Vinilo Valencia supuso un gran chute de energía. La verdad, es que con ese nivel de semifinalistas nunca pensamos que ganaríamos el concurso. El Vinilo Valencia nos dio la oportunidad de hacernos un hueco en la escena de Valencia, grabar nuestro primer LP con Carlos Ortigosa y formar parte del cartel del Arenal Sound 2012. Toda una experiencia que supimos aprovechar al máximo.
Recordamos el día de la final con especial emoción y recordamos perfectamente la fecha porque era el cumpleaños de Nolasco. Los nervios que pasamos durante todo el día explotaron en el escenario cual tormenta eléctrica que nos empujó a darlo todo y a disfrutar a tope! Además fue una noche en la que estuvimos rodeados de amigxs, compañerxs de otras bandas, de hecho nuestro batería actual, Juli, estaba en primera fila dándolo todo!! jajaja… Siempre mola más tocar con bandas amigas que participar en un concurso con ellas, mola más disfrutar de la música sin que haya ningún tipo de competición
Después del concierto estábamos dispersos entre el público hablando con nuestra gente, cada uno por su lado como si con nosotros no fuese la cosa, pero el jurado dijo nuestro nombre. Imagina un escalofrío que te recorre el cuerpo de arriba abajo, que se transforma en una sonrisa de oreja a oreja!!! Pues eso mismo. Muy emocionados sobre todo porque siempre es muy gratificante que reconozcan tu trabajo.
Ese día confirmó para nosotros lo que llevábamos tiempo pensando, que hacer canciones y dar conciertos es nuestro lugar».
Gatomidi, ganadores de la tercera edición.
«Ganar el concurso Vinilo Valencia supuso que la banda fuera conocida en la escena musical valenciana. Captar la atención de otras bandas o de blogs y publicaciones musicales no era fácil hace 3 o 4 años. Para nosotros que veníamos de no conocer a nadie fue una gran ayuda, un impulso que nos sentó muy bien.»
Johnny B. Zero, ganador de la cuarta edición.
“El Vinilo Valencia fue una de las experiencias más positivas que ha vivido la banda, había mucho nivel y tuvimos que esforzarnos al máximo para ganarlo. Salimos del concurso con la moral bien alta y tuvimos la oportunidad de tocar en el Deleste, lo que nos ayudó mucho para consolidarnos como grupo.“
Pedro Sala (Red Buffalo), ganadores de la quinta edición.
«Recuerdo la última edición en la que se podía escuchar por radio con toda expectación la selección de los semifinalistas. Eso ya fue hace unas cuantas ediciones. Creo que muchas formaciones de Valencia teníamos la certeza de que llegar a la palestra del Vinilo era de las cosas más gratificantes que se podían hacer en esta ciudad. Ya no solo el podio, estar tocando era el significante de que un puñado de talentos y gustos refinados de varias generaciones habían decidido que tenías algo que aportar a la escena. Y ser ganador de una edición, con el significado que todo eso envolvía, es una emoción marcada a forja.»
Joecar Hanna (We Used To Pray), ganadores de la sexta edición.
Además de con los ganadores de las ediciones anteriores también hemos podido charlar con Andrés Verdeguer, organizador del concurso junto con Quique Medina sobre los orígenes y la evolución del concurso.
¿Cómo surgió la idea del concurso?
Casi que puedo evocar el momento en que Quique Medina me traslada la idea de organizar algo. Ese algo acabaría siendo el concurso Vinilo Valencia. Íbamos hacia Wah Wah, y ya para variar aparcar en esa zona era misión casi imposible. Andábamos por ese tramo peatonal que tiene la calle Campoamor que une Yecla con Manuel Candela. Quique lo veía claro. Quique nunca tiene miedo a nada. O al menos no lo aparenta. A mi me pasa justo al contrario. Siete ediciones después, tenía razón. Ya llevábamos dos años y pico años con el proyecto Vinilo Valencia, haciendo periodismo musical en la web y en la radio, pinchando en bares, organizando algún que otro bolo y sobre todo teníamos muy buen rollo con toda la escena menos con uno o dos. Todo era emocionante y las resacas eran todas muy llevaderas. José Wah Wah nos amaba y acogió nuestra propuesta con los brazos abiertos y la apoyó como suya también. Un concurso así le hacía falta a la ciudad: que valorase propuestas, que permitiese tocar en las mejores condiciones de la ciudad o que los premios fuesen apetecibles. Reunimos un jurado de referencia y de buenos amigos, y lanzamos el concurso. Nuestra gran sorpresa ha sido siempre la acogida y gran participación. Te diría que nunca se han presentado menos de 50 propuestas por edición y algún año han rondado la centena.
¿Qué evolución ha tenido?
Creo que hemos llegado a la séptima dándonos cuenta de que el concurso se ha convertido en un referente en Valencia para las bandas noveles. Me parece que no éramos conscientes hasta ahora. Al concurso le hace falta ilusión, y esa la tienen que poner, sobre todo, los grupos que participan, que siempre te acaban sorprendiendo. Para nosotros cada mes de mayo o junio, cuando lanzamos una nueva edición, siempre es una incógnita. Los años de Wah Wah fueron buenos. José tiene parte de culpa de que esto sea hoy lo que es. Se creció. Se vivieron auténticas noches mágicas. El recuerdo de Amatria en el escenario en la primera gran final, por ejemplo, es imborrable; cómo se hizo grande ese tío en el escenario, él solo ahí, y disfrutó de un autético bolazo. Entraban nuevos miembros al jurado, nuevos premios. Por ejemplo, la llegada de Music Rooms, que era un estudio de grabación poco conocido entonces y que hoy es de auténtica referencia en la ciudad. En la evolución logramos superar incluso el abandonar Wah Wah tras cinco ediciones para trasladarnos a Rambleta. Todo es necesario y parte del viaje. El concurso sigue siendo esa ventana para escarbar con cuidado y esmero entre lo mejor de la escena emergente valenciana y algo así como el corazón que une todo este cotarro del que participan gente a la que es imposible no querer como Javi Gafotas, Carlos Pérez de Ziriza, Raúl Tamarit, Rafa Rodríguez de Verlanga, Carlos Ortigosa, vosotros los Gramoleros, Alquimia Sonora, Beat Valencia o esa segunda generación de nuestra amada Redacción Atómica.
¿Qué edición del concurso ha estado más apretada en lo que a votos se refiere?
Esa sería una buena pregunta para que respondiera El Lobo, otro ser necesario en todo esto y al que es imposible no querer hasta los colmillos, y que guarda bajo llave la estadística histórica del concurso. Pero para final reñida, la que se vivió con Modelo de Respuesta Polar y Soledad Vélez. Hubo tensión de la buena. Y la prueba de aquello es que hoy los dos proyectos siguen andando con paso firme e ilusionando con nuevos materiales. Ganaron los Modelo por muy poco. Recuerdo el cabreo de Soledad. Estaba que trincaba: quería ganar. Los dos lo merecían, sin duda. Era la segunda edición y Chesterton, que no me olvido de ellos, eran los terceros finalistas.
¿Que nos espera en la final del domingo?
Nos espera música en directo de la buena y mucha emoción. La novedad es el horario. Puede ser un puntazo. Seguro que le da un toque diferente. Además, el concurso Movistar Vinilo Valencia siempre ha sido muy familiar. Con muchos padres y madres viniendo a ver a sus hijos tocar, e incluso abuelos y abuelas. Este horario favorece todo eso y seguro que el ambiente será increíble. La final, por mi parte la veo muy abierta. Testarosa, La Bière Ganchosa y Holy Paul han ofrecido tres grandes conciertos en semifinales. Todo dependerá de lo finos e inspirados que estén el domingo 31 de enero. Nos vemos entonces.
