Son muchos años y mucho esfuerzo. Más esfuerzo que años. Hay que pelear mucho en esta ciudad. Muchísimo más que muchos artistas jóvenes creen. Pero está bien, porque la recompensa llega (o llegará) en formas que menos esperas.
Manolo Tarancón nos tenía preparada una velada acústica en el maravilloso Deluxe Pop Club el viernes pasado. Y si, ya de por sí, es garantía de un buen rato y toneladas de paz, decidió venir acompañado de dos músicos todo terreno: Carlos Soler a la guitarra eléctrica y Txema Mendizábal a la armónica. Así fue completa la noche. Ellos (a veces los tres, otras sólo Manolo) nos cautivaron con canciones viejas y hasta algún que otro adelanto del nuevo disco.
Y, claro, uno no puede sentirse indiferente ante estos tres. Fue una noche cálida, aunque el termómetro fuera dijera otra cosa. Manolo es como una gran casa y el fuego su guitarra, sus años, su esfuerzo y su alma.