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viernes, marzo 29, 2024

Crónica de la visita de Avida Dollars + Our Next Movement + Ben Drowned

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He de reconocer que, cuando me enteré del concierto que voy a relatar en estas líneas, no conocía a dos de las bandas que iban a acompañar a Our Next Movement el pasado viernes: la primera, Ben Drowned, por el motivo obvio de que era la primera vez que salían del local de ensayo para mostrar su música; y la segunda, Avida Dollars, por puro analfabetismo musical.
Llegué puntual y me dio tiempo de asistir a la prueba de sonido de Ben Drowned, que abrirían la noche. Para mi sorpresa Paco Solera, el batería de Our Next Movement, estaba a las baquetas pero no porque se haya embarcado en un proyecto paralelo (y no por falta de ganas, como me reconoció) sino porque Rubén Ajaú, el anterior batería, ha abandonado la banda recientemente y él les está echando un cable mientras encuentran un sustituto. Y vaya cable, nadie diría que han sido sólo 5 los ensayos los que ha tenido para prepararse el repertorio.
No había asistido a ningún concierto anteriormente en la sala Darkness así que no sabía lo que iba a encontrarme y, una vez estuve dentro, reconozco que tuve sensaciones encontradas: por un lado me pareció una sala como mucha personalidad, con sus paredes de ladrillo caravista y paneles de madera, pero, por otro, se me quitaron las ganas de volver por culpa del volumen atronador que hubo durante todo el bolo, al menos no volveré sin protección para mis maltrechos tímpanos.
Bueno, al lío. Cerca de las 21h Carlos Sánchez y Sergio Muñoz se enfundaron sus guitarras y Paco se puso a los mandos de su batería mientras sonaba El Bolero de Ravel. Sí, han leído bien, «sus guitarras». Y es que suplen el sonido del bajo a base de octavadores y algún artefacto secreto que no quieren desvelar, habrá que enviar espías industriales a su local de ensayo para averiguarlo.
Suenan las primeras notas de Gree, se hace el silencio y en seguida vemos de qué va todo esto: ritmos pesados ricos en platos, acompañados de punteados agresivos y una base melódica contundente abriendo espacio a voces desgarradas y melódicas, en la que el único descanso es un pequeño interludio a base de armónicos.
Conforme mi cerebro procesa todo esto comienzan a dibujarse en mi mente algunos nombres: At The Drive InThe Fall of TroyThese Arms Are Snakes o incluso Standstill cuando hacían hardcore hace más de 10 años y, sin apenas darnos tiempo para asimilar todo, somos golpeados por el doblaje de guitarras que es la intro de Thundaga. Un corto preludio y vuelta al azote de tralla, un temazo que espero tengan grabado en breve para poder saborearlo tranquilamente.
Carlos aprovecha el hueco antes de la siguiente canción para descansar un poco su castigada voz, pero dudo que fuera suficiente ya que Any Rumour You Heard no le iba a dar tregua y menos la que vendría a continuación, Cobra Vision, la canción más esperada y la única que tienen colgada en Bandcamp.
A continuación nos regalaron una versión de The Red Carpet/Welcome to Hill Valley de los madrileños Nothink y, para finalizar, Boxo, con el que se dejaron en el escenario lo poco que les quedaba dentro.
Parón para dejar el escenario preparado para el siguiente concierto, momento perfecto para refrescar el gaznate y charlar con otros representantes de La Marca del Sureste como Andoni Ros, cosa que se interrumpe cuando vemos que los Our Next Movement toman posiciones.
Con las primeras notas nos dimos cuenta de que estábamos presenciando un tema del que será su primer disco y que está a punto de salir del horno. Todo su concierto, salvo la última canción, giró en torno al nuevo disco y, como esto no es prensa rosa ni yo Jorge Javier Vázquez, no voy a marcarme ninguna exclusiva y dejaré que ellos sean los primeros que anuncien los títulos y den toda la información; así que os recomiendo que estéis pendientes de su página de Facebook porque no tardarán en publicarlo.
Comenzaron con una canción con más tralla de la que nos habían acostumbrado en su EP, muy en la línea de la parte más cañera de Glance of Clarity, con los ritmos cortantes de Paco y mucha distorsión, sacando lo mejor de cada uno de ellos y con mayor presencia de las líneas del bajo de Juan Suay.
A continuación nos deleitaron con una canción que me recordó mucho al sonido de Toe, con las guitarras de Sergio Santoro y Fran López plagadas de cosicas hechas con los dedos tapping y voces melódicas aunque, en ciertos trozos, también desgarradas.
Con el tercer tema no pudimos evitar dejarnos llevar por el ritmo que, en partes, parecían sacadas de algún disco de los, también math-rockeros, japoneses . La siguiente canción me recordó a ciertos trozos de Limitless pero sin abandonar la que está siendo su evolución: canciones más enérgicas, con melodías vocales desgarradas pero sin dejar de lado el tacto con el que tratan las notas.
El público ya estaba metido totalmente en sus bolsillos cuando empezó a sonar un riff palmmuteado que fue acompañado por golpes de caja que al final acabaría convirtiéndose en una canción de lo más bailonga. Perfecta para lo que llegaría después: Love You So Math, mi tema preferido del EP, que cerraría su concierto entre vítores y aplausos de los presentes, los cuales pidieron un bis pero, cuando los Our Next Movement se disponían a presentarnos un tema que entraría en el siguiente disco, tuvieron que desistir por un problema técnico debido a un cable defectuoso de una pedalera.
Así que así nos quedamos esperando a los Avida Dollars, los cuales se iban a encontrar a un público entonado al que no podían decepcionar después de lo bien que estaba marchando la noche.
Y no defraudaron para nada: comenzando con Nos Dejaremos la Piel pronto se hicieron con el público, en parte gracias a la constante interacción de Pablo Franco, el cantante, con el público y a interpretar temazos que ya casi se podría decir que son clásicos, como son Berriak Pula.
Entre afinación de guitarra, peticiones de cubata y agradecimientos por parte de Pablo a su «pequeña familia valenciana» nos encontramos inmersos en Sombra y Luz y, cuando nos queremos dar cuenta estamos coreando el estribillo de Los Niños Perdidos, ambas canciones incluidas en el EP que grabaron en 2015: Catarsis. Dos temazos, sin duda.
Continuaron repasando al EP con A Ciegas y Volvamos a Vencer donde Xavi Camilleri contribuye con su bajo y sus gritos a transmitir la rabia de las letras mientras David Camilleri resalta la ansiedad con sus punteados y Monchu López empuja con la contundencia de sus timbales y platos. No sé a vosotros pero a mí todo ese conjunto me recuerda a las distintas épocas de Thrice y, en ocasiones, a los Hamlet más áridos.
 Tal despliegue de energía no podía llevar más que a la locura del público y un pequeño accidente en el que el cubata de Pablo acabó derribado pero, ¿qué se le va a hacer?, son cosas del hardcore; y emprendemos el camino hacia el final del concierto con Éxodo, un corte más tranquilo que los anteriores, seguido de Croacia, extraído de su LP de 2012: Esencia.
Como broche final para su actuación terminaron con Del Miedo al Odio y su himno personal, Esencia, con el que todos nos liamos a corear aquello de «No somos simples soñadores, tenemos nuestra propia voz”, pelos de punta.
Una noche para no olvidar aunque me haya costado una pequeña sordera ya que, como decía aquél: valió la pena.
Texto: Jorge Jordán
 
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REDACCIÓN
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Redacción, La Gramola de Keith.
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