Presentación del Wáchina en el Loco y el bullicio ya resulta abrumador; miedo da la juerga que el próximo 7 de febrero pueda traernos el festival.
A la venta abonos a precios especiales, chapas de regalo y canciones de las bandas en el hilo musical de la sala; previa festivalera más que evidente.
De pronto, como escopetados dibujos animados de esos que vuelan con humo en los pies, toman el escenario, directos desde Barcelona ¡los Mambo Jambo!
Un torbellino de velocidad y vitalidad que los músicos mantienen hasta la última canción.
Músicos magistrales regalando absoluta perfección melódica, que merecen un especial respeto y admiración; ellos son Anton Jarl a la batería, Ivan Kovacevic al contrabajo, Mario Cobo a la guitarra y Dani Nel.lo al saxo.
No hay cuerdas vocales, ni falta que les hace; los instrumentos hablan por si solos, dialogando entre sí con gran carácter y veracidad.
Comienzan con La maldición de los rockers un tema de su primer álbum, con el que inundan la pista de ágil rockanrol.
Se trata de su segundo concierto del año, dicen, augurando que el 2015 vendrá cargado de música y diversión…¡esperamos que así sea! por lo pronto se arrancan con su clásico Hot Guindillas.
Ese permanente dialogo entre guitarra y saxo que define la canción obliga al público a moverse de modo inevitable, ya estamos de lleno metidos en la particular atmósfera de los Mambo.
Potente rythm&blues y geniales cada uno de los integrantes, quienes sin parar de cambiar sus posiciones en el escenario, no pueden ocultar su gran complicidad, encontrando al mismo tiempo momentos para brillar por separado.
Escuchamos Camp Meeting, Flamin Hips, El Timo, Work Song, el Baile Hipnótico, y casi todos los títulos de su último trabajo “Impacto Inminente”, con enorme acogida por parte del público.
Ivan Kovacevic mira desafiante haciendo sonar su contrabajo con elegancia mientras va disminuyendo su tupé al compás.
Disfrutamos de mucho rockabilly, pinceladas surf y divertidos ritmos latinos, propios del batiburrillo estilístico que dota a los Mambo Jambo de un sonido personal que si bien debería definirse con su propio nombre.
Interacción con el público, bailes y de pronto Anton Jarl se marca un asombroso solo de batería que prolonga hasta fusionarse con los efusivos aplausos de los oyentes.
Bucean por sus discos, tachando la mayoría de sus Hits propios y alguna que otra versión. Incluyen su single La Caza y su cover del Safari de los Treble-Tones, sin parar de contentar a la audiencia.
Y en una fiesta instrumental de tal guisa, tampoco pudo faltar el Sack O’Woe de Connonball Addlerey; ni su particular versión del Whip de los Frantics, en la cual aumenta la adrenalina general.
Mario Cobo también luce sin tregua su talento a la guitarra, moviendo su púa con fascinante agilidad rockanrolera.
Y a destacar, con creces, la capacidad pulmonar de Dani Nel.lo, quien logra coronarse con el saxo canción a canción.
En definitiva, un imparable concierto que transcurre como un verdadero huracán; mucha velocidad y energía de principio a fin.
Para los músicos un sincero agradecimiento por su derroche de maestría, carisma y su IMPECABLE compenetración instrumental.
Y a los asistentes, ya saben, próxima parada: Wáchina Wáchina.
Texto y fotos: Claudia Torán
