¿Sería un jueves por la noche un día perfecto para un concierto? Es más, profundizo la pregunta: ¿Sería un jueves por la noche un día perfecto para un concierto de una banda tan grande como Cowbell?
La respuesta creo que podéis imaginárosla. Pero eso no importa, porque a veces, sólo a veces, Valencia es justa con la música. No había llenazo en la Wah Wah, pero había gente, bastante gente. Y con eso me basta. O, al menos, mi conformidad depende de una línea roja muy mínima.
La velada la abrían unos jóvenes valencianos y en cuanto empezaron se notó la falta de rodaje. La asquerosa frase «aún son jóvenes» podría usarse en este ejemplo. Pero ya que me estoy tirando piedras a mi propio tejado diré que es el sentido optimista de la frase. Y es que son jóvenes y por eso hacen cosas de jóvenes: aceleran los tiempos o, a veces, los pierden en un exceso de ganas de demostrar que valen. Porque Dusty Shoes llevan poco rodaje, sí, pero les sobran ganas. Y aunque empezaran fríos, su empeño para ganarse al público hizo que fueran a más.
Aquí es donde me pongo serio: ¡BASTA YA DE HABLAR EN LOS CONCIERTOS! Con la mierda que nos está cayendo encima al público y a las salas con el 21% y parece que regalen las entradas. Porque sino no entiendo ni lo podré entender nunca el hecho de pagar 6€ (suponiendo que sea la anticipada) para dedicarte a hablar con tus colegas. Además de la falta de respeto que esto supone. Me da igual delante de qué grupo estén hablando, pero me jode de manera excepcional si es alguien que quiere darse a conocer.
Cuando llegó el momento de Cowbell la gente no se calló del todo, pero al menos nos dieron un respiro. Y es que Jack y Wednesday suenan como si fueran un grupo entero. Así subieron al escenario con sus chaquetas estilo baseball y ese torbellino en forma de canciones que es Beat Stampede. Durante una hora y un pelín más estuvieron deleitándonos de ritmos acelerados y sonidos saturados que tuvo su punto álgido en «Tallulah». A partir de ahí daba igual lo que hicieran porque todos estábamos entregados. Luego el típico bis y los aplausos.
Cowbell me dejó la adrenalina. Dusty Shoes la promesa. De la gente mejor no comento nada más.
