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sábado, abril 20, 2024

Confesiones en un viejo sofá, entrevistamos a Junior Mackenzie

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Después de un par de semanas desde la última entrevista, quedo con Juan Fortea, cabeza, voz y guitarra de larga cabellera de Junior Mackenzie, en los locales de ensayo The Box de Alboraya, para hacerle unas preguntas, hablar de sus proyectos, de cómo empezó todo, del panorama nacional, etc.
Nos sentamos en unos viejos sofás en los pasillos de The Box… y resultó que la primera pregunta me la hizo él a mí:

JM: Joder, me sorprendió que quisieras entrevistarme, ¿por qué?

Yo: Hombre, Junior Mackenzie, ya tienes un nombre, cuando te vi con Badlands en Dogville Club me moló mucho el rollo, y luego el EP «Mr. Good Horse» me lo pongo bastante, me mola mucho, y creo que había que hablar de todo este asunto. Ese es mi resumen.

Dicho esto, empecemos: gracias por concedernos unas palabras para La Gramola de Keith, ¿nos conocías antes de que te dijera que quería entrevistarte?

JM: Conocía a Mike, que lo conocí por lo de las Mackenzie Sessions, porque La Gramola está de colaborador, junto a Radio Klara, con gente de Madrid, como Colectivo de raro propósito, y a Mike lo conocí por un amigo de Castellón que me habló de él, le mandé un mail, y quedamos un día para exponerle lo de las Mackenzie Sessions a ver si quería colaborar en la promo, y a partir de ahí surgió el tema musical. En un principio contacté para promocionar a otros artistas, no a mí.

Para la gente que no te conoce, haz un resumen breve de qué eres y qué haces:

JM: Hostias… pues bajo Junior Mackenzie realmente es música, y ya está, es música que llevo haciendo con este nombre 7 u 8 años, empecé en Barcelona con el batería de Beezewax, Stian Olsen, y un bajista, Edu Filomeno, que es brasileño, y era un bajista de puta madre, tenía una banda en Brasil que recibió un premio MTV en el 2000algo, y eso, el proyecto de Junior Mackenzie arrancó en Barcelona hace muchísimos años, cuando yo vivía allí. Lo que pasa es que por motivos de economía y demás, la banda se fue fuera, y yo me vi solo, con un primer disco grabado, y se quedó el nombre, y el proyecto engloba música, la haga yo solo en formato acústico, o lo haga con banda.
Es mi proyecto personal, en el que yo muevo, pongo la pasta, pero realmente está concebido como un proyecto grande, sin ningún estilo cerrado y la idea es ir variando de disco a disco, abierto a posibilidades. Involucra músicos también, me gusta mucho meter músicos, gente que toca mejor que yo, porque realmente cuando metes a gente que toca mejor, las canciones crecen, y la intención de esto es hacer canciones de calidad, y mira que yo se que no he descubierto ni la pólvora ni la penicilina, lo que hago yo lo hacen millones de personas, pero la idea es ofrecer algo que tenga una calidad sonora muy cuidada.

2Introduciendo un poco este tema, después de todos los años que llevas tocando y haciendo música, ¿en qué ha cambiado tu estilo?, ¿has hecho siempre la misma música?

JM: Hay influencias, porque yo siempre la música que he mamado desde pequeñito en casa ha sido siempre música de Estados Unidos, de Inglaterra… pero digamos que la música como yo la concibo es un tío en un escenario con una acústica, y que ya te transmita, sólo guitarra y voz. Los orígenes del rock and roll actual, por decirlo de alguna manera, se lo apropiaron los blancos, pero lo iniciaron todo bluesmen negros, peña que cantaba en las plantaciones de algodón, donde lo más básico era la voz, y con la voz ya hacían música, y esa es la esencia. Osea que tanto en solitario como con banda, intento transmitir esas influencias, con las que yo me he educado musicalmente, y si hay que buscar una etiqueta, un estilo, diría… no sé, ¿música de raíces?
No sé, también me gustan las secciones de cuerda, los metales, y me encanta mezclar todo eso.

Y ¿qué hacía Junior Mackenzie en sus primeros años? ¿qué planes tenías cuando empezaste?

JM: Pues a ver, tengo 37 años, llevo tocando desde los 16, he pasado por mogollón de bandas y mogollón de estilos, desde más punki, más grunge, rockanrollera, psicodélica… entonces cuando llegué con lo de Junior hice una inversión bastante tocha a nivel económico, y la idea era mover el disco y buscar sello, agencia de management, y moverlo con aspiraciones profesionales, y por aquel entonces, que debía ser el año 2007 o así, que yo estaba en Barcelona, aquello se convirtió en una obsesión, era 24/7, todo el día pensando por y para esto, buscando gente con quien hablar, pasarle el disco, viajes, reuniones… pero al final las cosas no salieron.
En un principio sí que el proyecto de Junior era con una intención de profesionalizarlo, pero considero que fue un grave error, porque acabé frustrado y quemado, porque grabé un primer disco, con una inversión económica grande, con muy buenos músicos, con productores que van con Love of Lesbian, Sidonie… peña tocha, una inversión muy grande en el estudio, con colaboraciones de Maika Makovski, vientos, teclas, y la idea era hacer un discazo, y de ahí moverlo, pero no salió, y yo entonces me ví con un agujero económico de menos infinito, con un disco por presentar, y de ahí salió el segundo EP, que era en acústico.
La idea era esa, profesionalizarlo, pero luego estuve un año casi sin tocar, porque estaba muy desencantado, no por el hecho de ver que las cosas no salían como a mí me hubiera gustado, si no por el hecho de que me agoté, vivía por y para y con las consecuencias que eso conlleva, te quemas tú, quemas tu relación de pareja, cuando decides invertir el dinero en vez de en un alquiler en hacerte una gira, y vuelves con menos dinero… y entonces ahí paré porque estaba muy quemado, estuve una temporada en Londres, y fui recuperando poco a poco la música, pero con otra perspectiva.

Y, ¿por qué Junior Mackenzie?

JM: Buena pregunta… pues porque yo me llamo como mi padre, y soy el «Jr.», en casa, y porque, no sé, queda bien, queda americano. Y es gracioso porque el nombre surgió en cero coma, en cinco minutos antes del primer bolo, en Barcelona, no teníamos nombre y dijimos «Eh, Junior Mackenzie« y así se quedó.
Luego por ahí en las hojas de prensa y demás, comentaban que si yo me había formado con un guitarra yanki, y movidas varias, historias raras…

1Aparte de este proyecto, que es en inglés, tienes otro proyecto en castellano, Martina, en ese proyecto ¿incluyes las canciones que no tienen cabida en Junior Mackenzie, o es simplemente liberarte en tu lengua nativa?

JM: Aquello empezó como un experimento, y como un reto, surgió por entonces la posibilidad de intentar profesionalizar mi música, pero me comentaron que cambiara al castellano, y yo no quería cambiar lo de Junior a castellano, porque pierde el concepto, y monté este proyecto, escribiendo en castellano, y en tres o cuatro meses tenía ya varias canciones, pero el concepto es totalmente distinto a Junior Mackenzie, la sonoridad es distinta, las canciones son distinta, la voz suena distinta…
Fue eso, un experimento, que acabó también en una palmada de pasta, porque la idea era meterlo en multinacional, estaba planteado como una superproducción, y aparte llevar eso a directo es económicamente inviable, porque si te juntas a grabar con peña como Charly Bautista, o Nacho García, que está con Jero (Romero), o con Chapo, que está con M-Clan, o con Octavio, que estaba con Amaral… pues luego llevar eso a directo, tienes que encontrar gente que toque tan bien, con la que te sientas tan cómodo, pues es un poco caos.
Y Martina fue un poco eso también, un reto, porque escribir en castellano es muy difícil, escribir letras que suenen bien, que no caigas en el ridículo, y decir sin decir, es muy complejo, y quizás por esa complejidad, porque las letras de Martina no son directas, son canciones que hay que escuchar y pueden tenr muchas lecturas, tienen un trasfondo más poético.

¿Alguna vez te planteaste dejar la música por falta de respuesta por parte de la gente?

JM: No, porque respuesta siempre tienes, sea buena o mala, sí que me lo planteé dejarlo, pero porque un día me vi mayor, sin un duro, y con una mochila llena de experiencias de los viajes a Estados Unidos, o de las actuaciones tochas que he hecho, los artistas que he teloneado que me molaban… y ves que estás sembrando, sembrando, sembrando, y no recoges fruto.
Valoración de la gente puedes tener o malísima, porque para gustos los colores, o buena, pero valoración siempre tienes.
Yo moviéndome en acústico nunca he sentido que he tenido una mala valoración o respuesta, admiro mucho a la gente que se sube a un escenario sola, con una guitarra, Raquel (Chlöe’s Clue), por ejemplo, la conocí hace un par de años, y desde que me dijo que grababa el disco con Chlöe, estuve apretándole, y eso es muy respetable, y a veces el público no se da cuenta, que subirte a un escenario tú solo, e intentar proponer algo como si hubiera una banda, es algo muy complejo, y requiere de un par de cojones, y de tener mucha confianza en lo que haces tú, porque si te subes a un escenario y no tienes la suficiente fe en lo que estás haciendo, se te come el público, eso es así.
Entonces sí que me lo planteé, estuve un año largo que la guitarra la tenía debajo de la cama, porque me quemé, pero veía todos los bolos aquí en España, la gira con The Kills, o el teloneo a Frank Black, o a Richard Hawley, y sí que veía buena valoración. Simplemente me agoté.

¿Qué opinas de las malas críticas?

JM: Bueno, mientras se hagan con sustancia y se argumente lo que se dice, yo creo que una mala crítica es una buena crítica, también, ¿no?
Por muchos aspectos, primero porque cuando te subes a un escenario de te expones a las críticas. El problema que hay es que las malas críticas son muy subjetivas, porque una mala crítica por parte de un «crítico musical», puede ser que alguien del público tenga una crítica super buena, no hay objetividad en las críticas.
A mí mientras se hable en la crítica de la música, se desmenuce la música, me da igual que sea buena o sea mala, pero cuando ya entramos en cosas que ya no tiene que ver con la música, y el que ha escrito la «crítica» ni siquiera se ha parado a escuchar o a informarse…
Mira, te voy a poner un ejemplo, no voy a decir nombre, pero sí que es gente que está super ahí arriba tocando en festis, y es peña super top. Festival hace poco, crónica del concierto, y el cronista escribió que la banda había cerrado, y había tocado canciones que ni siquiera habían tocado en el set. Entonces, ¿eso qué te hace pensar? Primero: la gente no se informa. Es muy fácil ir a un concierto y hacerle una foto al setlist, o hablar con el manager y decirle que te lo pase, y buscar en qué disco está cada canción, pero lo que no puede ser es que la gente haga crónicas sin ir a conciertos (a mí me ha pasado de que digan que he tocado alguna canción que no he tocado ese día). Joder, eso no es un trabajo objetivo.

Entonces, las malas críticas , siempre y cuando se hagan los deberes, vamos.
Lo que no se puede es que se digan cosas como (que me pasó hace poco) que mi propuesta, la del último trabajo («Mr. Good Horse») es acústica y es íntima. Pues no. Es tan fácil como irte al bandcamp y escucharte los temas. La única guitarra acústica que hay está pasada por un ampli y distorsionada.
Las malas críticas me molestan, pero cuando se hacen mal. Si haces una mala crítica y dices «es que salió borracho como una cuba» o «la voz no afinaba», pero cuando ya se entra a hablar de cosas que ya no tienen nada que ver como que si mi banda es joven o es vieja. Joder, tenemos todos canas en los huevos, ¿sabes? La banda que me acompaña ahora, quitando a la violinista que es más jovencita el resto ya peinamos canas y llevamos años tocando. Y eso, aparte, debería dar igual, las críticas deberían ceñirse a lo estrictamente musical, desde mi punto de vista, y eso no se hace.

Osea, propongo un nuevo punto de vista: «Crónica de tal en la sala tal: punto de vista del músico». Que las crónicas las hagan desde el escenario, valorando si la gente calla o no, si escuchan, si se escucha a la banda bien, si el músico la caga, la sala de puta madre, o no, la prueba de sonido bien… no sé, hagámoslo.

¿Y de la gente que habla en los conciertos?

JM: Pues tío, a mí eso me molesta, yo lo comparo con el comprar una entrada de cine o una a un concierto, tú no vas al cine y te pones ahí a hablar de cómo te ha ido el fin de semana, eso jode mucho al músico. A mí me ha pasado de no oirme ni a mí mismo de la cantidad de ruido que hay fuera. Entonces, así ni conecto conmigo, ni son las condiciones idóneas para conectar con el público.
Y este es el debate eterno, que yo sólo lo he visto aquí en España. Y le pasa a mogollón de músicos. Tampoco digo que el público sea un ejército ahí todo callado y firme, pero hay diferentes decibelios en las conversaciones en los conciertos.
Yo creo que lo primero que hay que hacer es respetar tanto el músico al público como el público al músico.

¿Qué disco cambió tu forma de hacer música?

JM: Uff… ¿sólo uno?
Si hay algun disco que me cambió la percepción de musicalidad, y de lo que es el trabajo en estudio, y lo que es una buena instrumentación y unos buenos arreglos es el disco de Josh Rouse, «1972».
Es un disco que, además tengo la suerte de que me lo firmara él, y es un disco que crece, y con el que se me han puesto los pelos de punta, es la visión que tengo yo de la música: espacio en el que van entrando y saliendo cosas, y de repente lleva un pasaje instrumental, que te pone los pelos de punta, y está ahí arriba, y de repente bajan y te susurran al oído… es como concibo yo la música, como una montaña rusa. Ese sería un buen disco para describir cómo me gusta trabajar a mí en grabaciones, y lo que me gusta hacer en directo, pero muchas veces llevar una banda grande es complejo.
Ahora con la banda que llevo estoy super contento, me ha tocado la lotería. Bajo, contrabajo, saxofón, teclas, batería, violín, dos voces…

Dínos un grupo con quien te gustaría compartir escenario.

JM: Me fliparía mucho abrir para Ben Harper, o para Jack White. Siempre digo que hay que apuntar alto. Jack White me molaría mucho, es un tío que me molaría conocer, y sé que algún día lo conoceré, porque tengo una red de contactos que pueden acabar derivándome ahí, y Ben Harper es un tío que ha cambiado de estilos a lo largo de su trayectoria. Ambos son tíos que a nivel musical, aparte de su hiperactividad, tienen una oferta muy buena y muy coherente, y siendo fieles a lo que son ellos. Para mí telonearlos, o directamente darles la mano, sería lo máximo.

3Muy bien, pues ahora dime un grupo valenciano que te haya sorprendido en los últimos tiempos:

JM: Otras veces me han hecho esta pregunta, y yo hay un grupo que ya me los llevé a las Mackenzie Sessions, a Gandía y a Oliva, que son los Acapvlco, me parecen increíbles, lo que hace Diego es muy grande, porque son super jóvenes, y han escuchado toda la música que escuchaba yo cuando tenía su edad, y yo escucho sus canciones y me vienen a la cabeza millones de referencias de música que he escuchado yo, y me hace pensar que aún hay salvación para la música, que gente tan joven sepa tanto de música, y que luego tengan unos directos tan increíbles. Los conciertos de Gandía y Oliva fueron flipantes, fue acabar y decir «hijos de puta, qué claro lo tenéis siendo tan jóvenes». Lo que pasa es que las propuestas que son distintas, tienes que trabajar mucho más para llegar al público.
Les ofrecí toda mi ayuda para grabar disco, pero siempre y cuando se mantuvieran en el rollo que tienen.
Así de la Comunidad Valenciana, los Acapvlco sin duda, luego Chlöe’s Clue también, pero ella ya es como de la familia, y luego esa hermandad de Johnny B. Zero, o Odd Cherry Pie, que todos tocan con todos, eso me parece amor. Eso es música en estado puro, y a mí me encanta, y es una cosa que me lo he encontrado en Valencia y en ningún otro sitio, ni en Barcelona, ni en Madrid… A mí me fliparía hacer algún evento y juntar, yo qué sé, los Badlands, con Johnny, Junior Mackenzie con los Gypsy Casino, tocar unos canciones de otros, no sé, joder, una frikada máxima, sería diversión total.

¿y un grupo internacional?

JM: Estoy escuchando, porque me lo pasó Nacho, el batera de Jero, que también estuvo con lo de Martina, y tal, me puso un disco de un grupo que se llama Bahamas, un proyecto en solitario de un músico canadiense, Afie Jurvanen.
Ese tío es increíble, como compone, como toca, las texturas de sus discos, y de hecho este año le han dado un premio en los premios Juno, en Canadá, el de «Mejor cantautor del año», osea que tela
. Hay que escucharlo.

Bueno, por último quería preguntarte ¿qué coño os pasa a la gente de Castellón con los CDs en formato grande? Tanto el de Martina, como el de Nacho Silvestre, también el «Mr. Good Horse»todos en caja de cartón pero más grande que de normal.

JM: Mira, Nacho (Silvestre) y yo somos colegas, de hace muchos años. Pues Nacho, que el capo del CD grande fue Nacho, sacó su EP y le dije «joder qué chulo», y le pedí permiso para usar el formato, es muy cómodo, te permite hacer una tirada de la cantidad que quieras, es más artesano, también, pero controlas la tirada, lo que gastas, lo que ingresas, y es una forma llamativa, la gente piensa si es un vinilo, o qué es, y llama la atención.
Lo llamaremos el «formato Silvestre».

 

Y ahora, y como es costumbre en nuestras entrevistas, recibes las preguntas de nuestro anterior entrevistado, que en este caso es entrevistada, y es Raquel Adalid, cabeza visible de CHLÖE’S CLUE:

Sabiendo que yo soy muy muy fan de Martina, ¿incluirías en el próximo disco de Martina una canción dedicada «pour moi»?

JM: Mmmm… bueno, no sé si escribiría una canción expresamente para Raquel, pero sí que me llevaría a Raquel para grabar conmigo, o en lo de Martina o en lo de Junior.

¿Lavas los pantalones todos los días? Osea, ¿te pones un pantalón, lo usas, y a llegar a casa lo lavas?

JM: ¿Lavo los pantalones todos los días? No.
¿Quién lo hace? ¿Raquel lo hace?
A ver, yo qué se, si tú te pones un vaquero, te vas a retozar con los cerdos, pues lo lavas.
Pero te pones un vaquero y te vas a currar, o te vas a la uni… pues no. otra cosa es que te vayas de bolo, lo sudes hasta la uña del pie, y entonces sí.
Raquel es una lady.

Pues señor Mackenzie, muchas gracias por tu tiempo, y nos vemos el día 2 en el Loco Club.

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VikPamNox
VikPamNoxhttp://www.facebook.com/VikPamNox2
Fotógrafo, cronista y ser humano. Beer Brother a tiempo parcial y pastor a tiempo total de la Primera Iglesia Presleyteriana de L'Eliana. Comprador y coleccionista compulsivo de discos. Enfermedad pura. Rock 'n' Grohl.
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