Mientras hacemos tiempo tomando una caña en el Let´s Go Bar junto a la sala Wah Wah esperando la apertura de puertas, me pregunto donde han quedado aquellos jueves locos de Valencia en los que la ciudad ardía y tanto la Plaza del Cedro, como el Carmen o Benimaclet era un hervidero de gente con ganas de música y fiesta.
Tal vez sea el frío, la crisis o el hecho de que la poca cultura y música que se consume en una ciudad con tanta oferta, solo tiene lugar a día de hoy durante los fines de semana.
Unicamente los que sabían a lo que iban entraban en la sala a ritmo de cuenta gotas para ser recibidos por Sansito, la simpática mascota del festival de gomaespuma. Un público que aumentaba integrantes y entrega conforme avanzaba la noche los cuales destilaban ganas de música y de buen clima, en definitiva; ansias de festivales. Un buen puñado de amantes de la música que con su calor nos hicieron olvidar la fría noche consiguiendo generar en la sala un «micro-verano».
El Festival SanSan celebra su segunda edición el próximo mes de Abril en Gandía y dentro de la agenda de fiestas oficiales de presentación (la anterior tuvo lugar en la Sala Penélope de Madrid el 30 de Enero y la próxima repite en Valencia en la Wah Wah el día 27 de Febrero) se programaba un cartel doble en la mítica sala de la ciudad del Turia; Full + Dinero. Dos bandas cuya propuesta difiere significativamente la una de la otra.
Con un retraso con respecto a los horarios previstos aparecieron en el escenario Full, banda sevillana que con su album debut «Mi primer atraco (2013)» ha comenzado a meter la cabeza en el panorama festivalero tras patearse toda la geografía española desde el 2009, año en que comenzaron sus andaduras.
Un trabajo concienzudo les está permitiendo recoger frutos y ganarse un gran número de fans así como un respeto entre los medios especializados y las bandas nacionales, hasta el punto de ser los artistas invitados por Second en la Riviera el próximo 25 de Abril.
La sala Wah Wah sonó extraordinaria y sorprendentemente bien en temas como «Quienes somos realmente» mientras el público que había aumentado en número y ganas conforme avanzaba el concierto, coreaba alguno de los pasajes de esta canción.
Nada nuevo ni nada distinto, referencias sonoras que recuerdan a Vetusta Morla, Izal o Second en ese juego en el que por lo menos a mi me cuesta diferenciar que banda es cada una ya que todas me suenan igual.
Sin embargo esto no exime de calidad la propuesta de la banda sevillana que se metió en el bolsillo a los asistentes.
Sobre las 23.30 aparecen en escena Dinero. Conozco la actividad de esta formación desde el lanzamiento de su disco homónimo en el año 2009, pero nunca antes había tenido la oportunidad de verlos en directo con la incorporación de Ove al bajo tras la marcha de Ruben Giménez.
Ya en su día cuando los escuché por primera vez me llamó la atención la contundencia de su propuesta y la potencia de las guitarras de Sean Marholm con reminiscencias a Foo Fighters (banda a la que telonearon en el 2011 en Madrid), Stone Temple Pilots o Muse.
Dinero no da tregua entre tema y tema, son como una apisonadora descontrolada que sigue los pasos que marca Ekain Elorza a la batería y el pulso de Alejandro Ovejero «Ove»al bajo. Sean salta, retoza por el suelo, se arrodilla en el escenario cual futbolista que celebra un gol y hace gemir su guitarra sin errar una sola nota de sus riffs, para plantarse nuevamente ante el micro como si nada hubiese pasado mientras el sudor y sus greñas se le pegan en la cara.
Venían ese mismo día desde Barcelona donde están trabajando en su nuevo disco con los Todopoderosos productores Santos y Fluren en Blind Records (Sidonie, Love Of Lesbian, Santos…). Y en su agradecimiento a su público entregado, regalaron un tema inédito que formará parte de su nuevo trabajo cuyo lanzamiento está previsto para este mismo año.
Recorrieron su set list a través de himnos como «El momento perfecto», «Vaya Panorama», «En invierno» o «Una noche más» durante una hora larga.
Llegaron los bises; Sean tocando entre el público, la gente loca y la banda empapada en sudor. Puro rock and roll señores.
Parece que Dinero ha encontrado una fórmula para acceder y llegar al público combinando a la perfección la música con letras directas. Según sus propias palabras “…las letras deben ser directas, deben acompañar bien a una melodía sin molestar…”, “…deben transmitir algún tipo de emoción positiva, o negativa, o rabia, un poco acorde a la personalidad de la canción”, “…al final son emociones con las que puede identificarse cualquier persona”.
Sin embargo, el que escribe estas líneas, echa de menos algo. Tal vez sea el asistir a un concierto y escuchar algo que nadie esté haciendo en este momento histórico, en el que pese a los cambios que la sociedad está experimentando, hay parcelas que permanecen inmutables como es la de la música. Simplemente descubrir que no solo las propuestas clónicas son las que tienen repercusión mediática.
Pero más allá de profundizar en filosofía o doctrina musical, bien podemos dar la enhorabuena al SanSan Festival y a las bandas que la noche del pasado jueves nos hicieron recordar que aunque las cosas vayan mal, siempre hay valientes que salen de casa a defender el fuerte.
Y como decía mi abuela; «Para gustos los colores».
Texto: Noel Fueyo
Fotos: Mike
